El senegalés que se ahogó en el río tras huir de la Policía arrastraba una condena de atentado a la autoridad

Nacionalidad senegalesa, mantero de profesión, con permiso de residencia y trabajo y sin expediente de expulsión activo. Este es, a grandes pinceladas, el retrato robot del varón de 43 años que inexplicablemente se arrojó el pasado domingo al río Guadalquivir en Sevilla en pleno diciembre, donde perdió la vida.

Solo una mancha en su expediente preocupa a los investigadores del caso y que podría explicar que el mantero se pusiera tan nervioso cuando unos agentes de la Policía Local le dieron el alto por la práctica de la venta ambulante, hasta el extremo de arrojarse a las frías aguas del río aunque es muy posible que tan siquiera supiera nadar.

Tal y como ha adelantado la Cadena SER, el fallecido arrastraba una condena de cuatro meses de cárcel por un delito de atentado contra la autoridad.

Una circunstancia que pudo provocar su nerviosismo cuando fue interceptado por la policía sevillana, lo que le llevó a emprender una huida desde la Avenida de la Constitución cuando los agentes se cercioraron de que estaba vendiendo falsificaciones de camisetas de fútbol en dicha vía.

Clima de crispación

Su fallecimiento ha provocado que el ambiente en la ciudad sevillana se haya enrarecido, hasta el punto de que un grupo de personas, supuestamente familiares y amigos del mantero, se dirigió la noche del mismo domingo a la Jefatura de la Policía, situada en La Ranilla.

Allí, varios individuos protagonizaron graves altercados con la rotura de cristaleras y un intento de asalto al primer control del recinto, que se saldaron, gracias al despliegue de los efectivos movilizados, con un detenido por posibles delitos de atentado a la autoridad, quedando finalmente en libertad en la tarde de este lunes.

La comunidad africana entiende que la muerte de su compatriota se pudo evitar e incluso la asociación Sevilla Negra ha puesto en duda la versión de los hechos que facilitó la Policía, dudando que se trate de un accidente y llegando a acusar a los cuerpos y fuerzas de seguridad de «racismo».

De esta manera, se está pasando por alto la actuación de los agentes implicados, que participaban en un plan de seguridad con motivo de las fechas navideñas y que tiene, entre otros objetivos, minimizar las consecuencias que la venta ambulante tiene para los comercios de la capital en unas fechas de mayor consumo y altas ventas.

La pareja de policías locales que siguieron al mantero hasta el Muelle de Nueva York, donde decidió arrojarse a las aguas, intentaron salvar su vida, tirándose al río también, pese a que no les fue posible, y poniendo su propia vida en juego.

Además, el jefe de la Policía local de Sevilla, Antonio Luis Moreno, ha resaltado que se activó inmediatamente un equipo de Bomberos, que llegó al lugar donde se sumergió el senegalés «en una lancha neumática». Una vez localizaron su cuerpo, tanto los sanitarios del cuerpo como del 061 intentaron reanimarlo «durante una hora», aunque no se pudo hacer nada por su vida.

Su cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Sevilla a la espera de que llegue un familiar, en concreto, un hermano que vivía en Barcelona, para que sea reconocido. El fallecido deja también mujer y tres hijos en Senegal.