Sevilla
La muerte del hombre que se arrojó al Guadalquivir para eludir a la Policía desata una ola de altercados
Familiares y amigos del vendedor ambulante fallecido protagonizan la rotura de cristales en la sede policial de La Ranilla, así como la quema de contenedores de basura en los alrededores
Familiares y amigos del vendedor ambulante de 43 años que se arrojo al río Guadalquivir, resultando finalmente muerto, para eludir a la Policía Local mientras desempeñaba la venta ambulante ilegal, han protagonizado graves altercados ante la Jefatura de la policía sevillana.
Así, y en la sede policial de La Ranilla, un grupo de familiares y amigos del fallecido han desplegado una serie de actuaciones violentas que les llevaron a romper cristaleras e incluso llegar al primer control de acceso al recinto. Además, también se les atribuye el incendio intencionado de contenedores y vehículos. Solo el despliegue de efectivos movilizados ante la situación evitó que la cosa fuera a mayores. Los altercados se han saldado con un detenido, al que se le atribuyen presuntos delitos de atentado a la autoridad y desórdenes públicos.
Se lanzó al agua
El vendedor perdía la vida en la tarde de este domingo tras arrojarse al Guadalquivir a la altura del puente de Los Remedios. Al parecer, buscaba eludir un control de la Policía Local que, antes de que se lanzara al agua, intentó calmarle, sin éxito.
Agentes de la Policía Local encargados de la vigilancia en la zona de influencia del dispositivo especial de Navidad localizaron a un hombre en las inmediaciones del Muelle de Nueva York quien, al verse descubierto, echó a correr.
Ante su gran estado de nerviosismo, los agentes intentaron calmarle, pero el hombre decidió lanzarse al agua, donde mostró movimientos evidentes de incapacidad para mantenerse a flote. Dos policías se arrojaron al río para rescatarle, pero el hombre se sumergió y ya no volvió a salir a flote. La Unidad de Rescate Acuático de los Bomberos mandó dos embarcaciones con buceadores para dar con él.
Una vez localizado su cuerpo, le fueron practicadas maniobras de reanimación en una de las embarcaciones durante 45 minutos, hasta que los facultativos de Emergencias Sanitarias certificaron su defunción.
Falta de videovigilancia
El documento se elaboró en respuesta a otro escrito formulado por la sección sindical el 17 de junio de 2022 «tras observar que, a pesar del tiempo transcurrido, ninguna de las propuestas presentadas se había tenido en cuenta por parte del Ayuntamiento». En el texto se aludía a la falta de una «cámara nítida» que grabara imágenes «con una calidad aceptable en el perímetro y el acceso al edificio de la Jefatura», al tiempo que se recordaba el «incendio provocado en un patrullero estacionado en la misma puerta».
Asimismo, la sección sindical lamenta que la entrada principal de la sede policial esté abierta las 24 horas del día, «cuando el trabajo de las oficinas administrativas concluye a 15,00 horas, y es una puerta de cristal corredera, que se puede abrir sin ninguna dificultad, pese a que allí se halla el Centro de Control y Transmisiones, la Sala de Control de Tráfico y los armeros de la Policía».
Desde la sección sindical también se incide en el hecho de que la cancela de cierre automático de puerta al interior del aparcamiento subterráneo, en la parte posterior del edificio, «tarde más de un minuto y medio en abrir y cerrar, pudiendo acceder cualquiera, pues los agentes se encuentran a mucha distancia física para poder impedir ese posible acceso», apuntan la mismas fuentes.
Por todo ello, insisten en la necesidad de colocar una puerta de seguridad en la puerta principal de La Ranilla, así como cámaras de alta definición, «con dispositivo infrarrojo de videovigilancia que abarque todo el perímetro de la Jefatura», y de tornos de seguridad para el acceso al interior del edificio, entre otras medidas.