
Pabellón de Alfonso XII, en el parque de María Luisa
Sevilla
Breve historia del zoológico que tuvo Sevilla en el parque de María Luisa
El abandono del parque tras la Exposición Iberoamericana de 1929 motivó la creación de un zoo en su interior
El parque de María Luisa es uno de los lugares más emblemáticos de Sevilla. Su origen se remonta al año 1849, cuando los duques de Montpensier, Antonio de Orleans y María Luisa Fernanda de Borbón, adquieren el Palacio de San Telmo y los jardines contiguos. Sin embargo, no fue de acceso público hasta 1914, cuando la infanta lo dona a la ciudad a la muerte de su marido. Como muestra de agradecimiento, le pusieron el nombre de María Luisa.
La Exposición Iberoamericana de 1929 llenó de vida el parque, en cuyo entorno se situaron todos los pabellones. Al norte se construyó la Plaza de España, otro emblema de Sevilla. Sin embargo, cuando la muestra echó el cierre, el parque, así como la ciudad, vivió una gran depresión, viéndose abocado al abandono.
Así, con el objetivo de volver a darle vida, una comisión de gestores pensó que no era mala idea montar un zoológico en pleno parque de María Luisa, de modo que se pusieron manos a la obra. El proyecto comenzó en 1957 con la llegada de dingos australianos, pumas, papiones y mandriles, que se establecieron en la zona que hoy se conoce como Isleta de los Patos.

El parque de María Luisa alberga el Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla, en la imagen
Sin embargo, el éxito duró apenas siete años. El deterioro de las instalaciones, como consecuencia de la falta de mantenimiento y de un problema con filtraciones de agua, hizo que el zoológico cerrase sus puertas a finales de los 60. Los animales se reubicaron en otros zoos cercanos, como el de Jerez de la Frontera.
Con todo, el zoológico no fue desmantelado definitivamente hasta el año 1982, cuando el parque es declarado jardín artístico. A partir de entonces va recuperando su actividad como el lugar de paseo que hoy se conoce, aunque en un primer momento se destinó un espacio a conciertos dominicales.
El anuncio de la Expo 92 hizo que algunos recuperaran la idea del zoológico, pero esta fue descartada llegado el momento. Así las cosas, actualmente no queda ni rastro del espacio para animales que un día tuvo el parque de María Luisa, aunque pueden verse pavos reales, patos y, por supuesto, palomas. Y en la acera de enfrente está el acuario, para quien desee contemplar especies exóticas.