
En situación normal, las compuertas permanecen abiertas, permitiendo el paso de peatones entre Triana y El Charco de la Pava
El muro de defensa del Guadalquivir: las desconocidas compuertas que mantienen a Sevilla a salvo del río
En una decisión histórica, la ciudad activó por primera vez su sistema defensivo, inaugurado en 2011, y que la mantiene a salvo de las crecidas
Martes, 18 de marzo. Siete de la tarde. El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, decide cerrar, «por primera vez en la historia», las compuertas de su muro de defensa. «Se trata de una medida preventiva ante la crecida del cauce del Guadalquivir», declararía.
Se trata de una decisión histórica que nunca antes desde su inauguración se había tenido que tomar en la ciudad. La crecida del río, tras las lluvias de los últimos días, llevó al cierre de los pasos peatonales situados entre Triana y El Charco de la Pava, considerados elementos fundamentales para el sistema de protección.
Un muro contra las crecidas
Este sistema defensivo, que ahora ha necesitado entrar en acción, fue construido en 2011. Los sevillanos más jóvenes ni conocían su existencia. Estamos ante una obra de ingeniería destinada a proteger las áreas más bajas del barrio de Triana, vulnerables a las posibles crecidas del Guadalquivir.
Son una serie de compuertas metálicas, instaladas en los pasos peatonales inferiores, que pueden activarse, según se necesite, de forma automática o manual cuando el río supera los límites de seguridad.
Servicios de emergencia durante la activación del nivel 1
Si bien el cierre automático de las compuertas se completa en tan solo cuatro minutos, el procedimiento manual necesita de unos 20.
Las mencionadas compuertas poseen unas dimensiones de 5,86 metros de longitud y cuatro metros de altura. Son estructuras de acero inoxidable, ideadas para resistir la presión del agua en caso de crecida.
Crecida histórica
En Córdoba, este río entraba en nivel naranja o de vigilancia cuando superó los dos metros de lámina de agua en la estación de Casillas, en el casco urbano de la ciudad.
El nivel de vigilancia implica una situación hidrológica peligrosa; peligro real para todas las actividades que se realicen en el cauce del río y recomienda medidas de protección de la población y de los bienes expuestos.
Ya en Sevilla, y aunque la capital está «bien protegida», según las autoridades, de la crecida, son algunos afluentes, en incluso los arroyos, los que más quebraderos de cabeza han provocado.
Así fue como la tragedia llegó a la localidad de Constantina, cuando un matrimonio vecino del municipio perdió la vida al intentar vadear uno de estos con su todoterreno cuando acudía a trabajar.