Jóvenes asesinadas en Pakistán
«El hermano no quería que las chicas volvieran a España. Se pelearon y se le fue de las manos»
Tali Raja, propietario de la tienda en la que trabaja el padre de las chicas asesinadas en Pakistán reconoce que al padre no le gustaba la vida que llevaban las jóvenes, pero asegura que «las quería»
Tali Raja lleva ya muchos años residiendo en España, en Terrassa, donde regenta una tienda de ultramarinos en la plaza Francesc Macià. Allí trabaja Ghulam, el padre de las dos chicas asesinadas en Pakistán por «honor». De alguna forma, Raja se ha convertido en una suerte de portavoz de la familia. Y él defiende al padre, que desde que se conoció la noticia no ha vuelto a trabajar en la tienda y permanece «encerrado» en su casa en una «montaña rusa de sentimientos», nos cuenta.
Tali reconoce que el padre llevaba algún tiempo sin tener contacto con sus hijas. Una de ellas, nos dice, se marchó hace casi un año, la otra hace casi cinco meses. «No estaban viviendo junto a su familia. Y así el hermano estaba cabreado y el padre no quería saber nada de ellas». Pero también deja claro que Ghulam «no era radical», porque «él amaba a sus hijas, a su hijo, trabajaba tanto para ellos y al final se perdió todo», precisa Tali.
También niega que el padre tuviera algo que ver en el viaje que las chicas hicieron a Pakistán. Él o la madre. «Eso es mentira», afirma rotundo. «Nadie sabe por qué ellas acabaron en Pakistán». Niega que fueran engañadas, como ha publicado un medio de comunicación de aquel país, haciéndole creer que la madre estaba en su lecho de muerte y quería despedirse de ellas. Según Tali, «todos tenían teléfonos móviles» y ellas «estaban en contacto con su madre». Por lo tanto, nos asegura, tampoco es cierto que dejaran a la madre incomunicada para que no pudiera hablar con sus hijas, que éstas se preocuparan al no tener noticias de ella, y se vieran obligadas a viajar a Pakistán.
Tali Raja nos explica que «nadie sabe» lo que pasó en Pakistán. Según le ha contado Ghulam, el hermano no quería que las jóvenes volvieran a España, sino que pretendía que se quedaran en aquel país. A partir de ahí «empezó una discusión entre hermanos» y «todo se fue de las manos», según la versión que le ha dado el padre. Tali también se pregunta «qué ha podido pasar» para que el hermano mayor, Shehryah, haya llegado al punto de matar a sus hermanas. Según él, era un chico «amable» al que le gustaba ir al gimnasio o jugar al voleibol, pero que no era para nada «violento».
Tali ha explicado a El Debate que una de las jóvenes ya estaba casada cuando llegó a Terrassa, mientras que la otra volvió a Pakistán para casarse. «Decían que no estaban contentas, pero en aquel tiempo no lo parecía», nos asegura. Una de ellas convivió un año con su marido y la otra joven, un mes, aunque cuando volvieron a España rehicieron su vida y tenían otras parejas. Y es más, el hermano de las jóvenes, como no veía bien esta situación llegó a apuñalar a uno de los chicos, lo que contrasta con lo que nos dice Tali Raja, en el sentido de que Shehryah era «tranquilo». En cualquier caso, dice que «en nuestra cultura que una hija deje a su madre y a un padre así, solos, es muy feo para la familia». Pero de ahí a matar, deja claro, va un trecho.
Mientras tanto, los Mossos d'Esquadra continúan investigando para determinar si el entorno de las chicas conocía los planos de asesinar a los jóvenes durante su estancia en Pakistán. Según Tali Raja, ni el padre ni la madre sabían nada de eso. La madre no denunció los hechos, mientras que el padre ha ido a declarar varias veces a la comisaría de los Mossos de Terrassa. Tali dice que el padre está «destrozado» ante el panorama que tiene por delante: dos hijas muertas y dos hijos que están detenidos en Pakistán por el crimen y que se enfrentan a la pena de muerte. La policía de aquel país asegura que tiene suficientes evidencias para demostrar la responsabilidad de los detenidos.