El alcalde de Gerona, Lluc Salellas, de la CUP

El alcalde de Gerona, Lluc Salellas, de la CUPCUP

Cataluña

El Ayuntamiento de Gerona no permite que se abra una sala de fiestas porque al lado vive un okupa

  • El okupa no está empadronado en la ciudad y el inmueble no tiene cédula de habitabilidad

  • El consistorio está gobernado por la CUP, que cuenta con el apoyo de ERC y de Junts

El Ayuntamiento de Gerona ha denegado la licencia de obras y de usos para poder abrir una sala de fiestas en una nave que se encuentra cerca del río Ter, en el barrio de Fontajau. El motivo que ha esgrimido el consistorio, es que justo en el edificio de al lado vive una persona que, además, está ocupando de forma ilegal el inmueble. Y en estos casos, la normativa municipal impide que se haga un equipamiento de estas características si hay continuidad con una vivienda.

Para el líder del PP en Gerona, Jaume Veray, esta decisión es un sinsentido y una muestra más del «desgobierno» que hay en la ciudad. Y es que «parece que tiene prioridad y más privilegios, un okupa, antes que otras personas que quieren invertir en la ciudad, pagar sus impuestos y hacer las cosas dentro de la legalidad».

El concejal popular recuerda que en la zona en la que se quiere construir esa discoteca hay un supermercado, un bingo, una sala de cines, algún restaurante y, por supuesto, el okupa. Porque solo existe este edificio donde vive el inquilino, que no está empadronado en Gerona, y además, la vivienda está en muy mal estado y no tiene la cédula de habitabilidad.

La CUP y la ocupación ilegal

En cualquier caso, a Jaume Veray no le sorprende la decisión del consistorio, que tiene como alcalde a un representante de la CUP, a Lluc Salellas, y que cuenta con el apoyo de las otras dos formaciones separatistas: ERC y Junts. El concejal del PP dice que «esta es la hoja de ruta y la filosofía» de ese partido, «que es defender las okupaciones; no creer en la policía local y por eso tienen el problema que tienen con ellos, porque no quieren ampliar la plantilla. Pero en definitiva, ellos vienen de donde vienen. Son antisistema que se aprovechan del sistema para intentar reventar el propio sistema».

El concejal de Urbanismo de Proximidad, Lluís Martí, dice que esta denegación «no es nada raro», porque inicialmente se empezó la tramitación pertinente porque estaba en regla. Sin embargo, los vecinos presentaron alegaciones que apuntaban a que en ese inmueble en mal estado, junto al que debía construirse la discoteca, vivía una persona. Por este motivo, la tramitación ha quedado en punto muerto.

La sala que se proyectaba pretendía ser una especie de Razzmatazz, como en Barcelona. Se iba a llamar Alter, y debía construirse en una nave de unos 700 metros cuadrados, para capacidad para más de 600 personas. Se había diseñado con cinco barras, tres salas privadas y una pista.

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