Un momento del debate electoral en RTVE.

Un momento del debate electoral en RTVE.RTVE

Elecciones en Cataluña

Illa se proyecta como presidente entre el «vacile» independentista y el escepticismo constitucionalista

El mapa de pactos y la posición frente a la amnistía caldearon el primer debate televisado de la campaña catalana

Los estudios de RTVE en Sant Cugat acogieron este jueves el primer debate televisado de la campaña de las elecciones catalanas, un encuentro entre los ocho partidos con representación en el Parlament que fue ganando temperatura a medida que corría el cronómetro. El punto álgido llegó en el tercer bloque, dedicado a la ley de amnistía, cuando el candidato del PP, Alejandro Fernández, acusó a Salvador Illa de ser «vacilado» por los independentistas.

«Señor Illa, usted usa la manipulación sentimental al referirse a la amnistía, hablando de reconciliación… pero yo no he visto reconciliación, sino que le están vacilando, tanto ERC, que dicen que quieren volver al inicio del procès, como Junts, que quieren otra DUI», arguyó Fernández. Antes, el candidato socialista había defendido la amnistía como el «camino correcto» para «normalizar política, institucional y socialmente Cataluña».

Frente a ello, el candidato de Vox, Ignacio Garriga, incidió: «Me parece un insulto a los catalanes que hable de normalizar a unas personas que dieron un golpe de estado y quemaron las calles». «En junio usted rechazaba la amnistía y el referéndum, y ahora se ha convertido en socio de Junts, de ERC y de los comunes… Su palabra no vale nada», lamentó, instando a Illa a anunciar en directo «la fecha y la hora del referéndum».

«Cuanto antes gobernemos, antes será», respondía con sorna el presidente de la Generalitat y candidato de ERC, Pere Aragonès, que daba la razón tácitamente a Fernández y Garriga: «Hace diez meses Illa decía no a la amnistía, al traspaso de cercanías y al ingreso mínimo vital, y hoy lo tenemos todo». También Josep Rull, que participó en representación de Carles Puigdemont, recordó que «la amnistía pretendidamente era imposible, pero cuando hay capacidad de influir y negociar se pueden conseguir cosas aparentemente imposibles».

«Vampirizando al Gobierno»

Por su parte, el candidato de Ciutadans, Carlos Carrizosa, acusó a Illa de «engañar a los catalanes», y dijo que la pacificación de Cataluña no vino por la amnistía sino «porque se había aplicado la ley». El político naranja lamentó que ERC y Junts «están vampirizando al Gobierno de España sin renunciar un ápice a todo lo que hicieron el uno de octubre, pese a la amnistía». «Exacto –intervenía Aragonès–, nunca renunciaremos al referéndum ni a la independencia de nuestro país por vía democrática».

La candidata de Comuns Sumar, Jéssica Albiach, defendió la amnistía como «no solo una conquista para los independentistas, sino para todas las personas que queremos hacer política desde la fraternidad y mirar hacia el futuro», y la de la CUP, Laia Estrada, afeó a Junts su preocupación por mostrar «mucho músculo» frente a España: «¿Conseguiremos nuestro derecho a la autodeterminación pidiendo permiso a Madrid?», ironizó.

El bloque se cerró con una nueva acusación de Fernández a Illa: «Usted no ha cambiado de opinión, sino que ha mentido, y no en aras a la reconciliación, sino para mantener a Pedro Sánchez en la Moncloa», dijo. Garriga se quiso desmarcar al hablar de política territorial y añadió que «la amenaza territorial más grave de Cataluña es la amenaza islamista».

Salvador Illa y Alejandro Fernández, en el debate.

Salvador Illa y Alejandro Fernández, en el debate.RTVE

Illa y los pactos

Otra de las secciones más vibrantes del debate moderado por los periodistas Gemma Nierga y Xabier Fortes fue el dedicado a los pactos de investidura, un fragmento marcado por la negativa de Illa a concretar con quién pactaría. «Les diré qué voy a hacer: me presentaré a presidente de la Generalitat, ¿quién de ustedes va a bloquear mi investidura?», preguntó, ante las críticas de Aragonès y Fernández, que afearon su «falta de humildad» por adelantarse a los resultados de las urnas el 12-M.

Illa tuvo un encontronazo en este momento con el candidato popular a cuenta de los contactos entre el PP y Junts a puerta cerrada. «Yo he explicado por qué defiendo la amnistía y qué reuniones he tenido, pero su formación política lo ha ocultado», criticó, trayendo a colación las tensiones entre el candidato y el líder del partido, Alberto Núñez Feijóo.

Fernández supo devolver el golpe: «Soy un catalán un tanto rebelde, y doy mi opinión cuando mis principios y valores están sobre la mesa, a diferencia de usted, que cuando aparece Pedro Sánchez… Genuflexión pura», dijo. También se confesó «orgulloso» de formar parte «de un partido política donde se puede discrepar en público», y criticó la salida del PSOE de Nicolás Redondo Terreros.

Albiach criticó la «pirueta espectacular» de Illa «para no esclarecer si hará gobierno con Puigdemont o no», algo a lo que ella cerró la puerta, por considerar que «la derecha es derecha, sea catalana o española». Rull, por su parte, se negó a dar el gobierno al PSC, «porque quiere pasar página del uno de octubre, y representa la negación de aquel latido tan extraordinario y poderoso». Garriga señaló como «revelador» el «silencio del señor Illa», y señaló que «desde hace muchos años, el PSC se ha convertido en un partido separatista más».

Servicios públicos y financiación

Los dos primeros bloques del debate estuvieron dedicados a abordar el estado de los servicios públicos en Cataluña y la reforma del modelo de financiación. Casi todos los partidos coincidieron en señalar los déficits en ámbitos como la educación, la sanidad, la seguridad o la movilidad, pero no en las soluciones al problema.

Sobre educación, se enfrentaron los candidatos de CUP y Junts: la primera dijo que «la principal causa de la segregación escolar es la escuela concertada», y el segundo dijo que tanto la escuela pública como la concertada son fundamentales. «No tiene sentido que una parte del sistema ataque a otra parte del sistema», señaló Rull. Carrizosa criticó el modelo de inmersión lingüística: «Nuestros hijos en las escuelas no pueden estudiar en su lengua materna».

En lo tocante a seguridad, Illa presentó su iniciativa de incrementar 570 plazas de Mossos cada año, porque «nunca la población catalana se había sentido tan insegura», y Aragonès le dijo que su gobierno ha creado más que estas. Garriga preguntó a ambos si ven normal «que en 2022 y 2023 el 78% de los detenidos en Cataluña hayan sido extranjeros». «A mí lo que no me parece normal es la extrema derecha», le respondió Aragonès.

Al hablar del modelo de financiación, coincidieron Junts y ERC en recordar su exigencia de que Cataluña recaude y administre el 100% de los impuestos, «pagando al Estado por los servicios que presta», dijo Aragonès. «Queremos tener la caja y la llave de la caja», resumió Rull. Para la candidata de la CUP, esto es «vender humo»: «No podemos engañar a la gente y decir que con el PSOE y el PP será factible un pacto para gestionar el 100% de los recursos; no podremos hacerlo hasta que seamos independientes».

En esta línea, el candidato popular señaló que «en el mundo real una mejor financiación se consigue negociando con otras comunidades autónomas», y «gastando bien» el dinero. Puso el ejemplo de Castilla y León, «que no tiene ninguno de los impuestos de Cataluña y tiene los mejores datos de calidad educativa de España». Por su parte, Garriga pidió «acabar con el acoso fiscal» y eliminar impuestos propios en Cataluña.

Para Albiach «es una decepción vincular los servicios públicos con la construcción del mayor casino de España», en referencia al proyecto del Hard Rock. También criticó –secundada por Estrada– la ampliación de El Prat: «No entiendo que Junts y PSC hablen de la ampliación del aeropuerto, cuando lo que necesitamos son más trenes».

comentarios
tracking