El Rey Felipe VI visitó las obras de la planta de ensamblaje de baterías de Seat, en abril
10º aniversario
Cataluña es la comunidad autónoma que más ha visitado Felipe VI
El monarca habla un muy buen catalán, aunque quien se lleva la palma es su hija Leonor, Princesa de Asturias y de Gerona
El Rey Felipe VI cumple hoy diez años en el trono y, sin duda, Cataluña ha sido uno de sus motivos de desvelo en esta primera década de reinado. En estos diez años ha girado 150 visitas a Cataluña, más que a ninguna otra comunidad autónoma, incluso por delante de Asturias, a la que está vinculado por su época de príncipe de Asturias y por su esposa, la Reina Letizia.
La preocupación del Rey por Cataluña está fundada: el Centre d’Estudis d’Opinió –el equivalente al CIS de la Generalitat de Cataluña– afirma en su último barómetro que la Monarquía es valorada con un 2 sobre 10 por los catalanes, siendo la peor institución por detrás de los partidos, que reciben un 2,9, o el Congreso de los Diputados con un 3,5.
Solo los votantes del PP de Cataluña dan su aprobado a Felipe VI, con un 5,2, seguidos por los del PSC, que le suspenden con un 3,2, y los de VOX que le puntúan con un 3.
Quienes peor nota dan a Felipe VI, como es previsible, son los votantes de la CUP con un 0,2 sobre 10. Los votantes de ERC, Junts y Sumar coinciden en puntuar al Rey con un 0,8.
Monarquía o república
Según el mismo CEO un 72% de los catalanes se inclina por que España mute a república frente a un 16% que apuestan por la Monarquía. Al igual que a la hora de puntuar los más adeptos a la monarquía son los votantes del PP catalán, un 61% apoyan a la institución monárquica frente al 29% que preferirían que España fuera una república.
El otro partido con más fieles que contrarios a la Monarquía es VOX, con un 45% de apoyo frente a un 41% de rechazo. Solo un 21% de los votantes del PSC, un 4% de los de Junts, un 2% de los de Sumar y un 1% de los electores de ERC apoyan el mantenimiento de la monarquía constitucional.
Vinculación con Cataluña
El Rey se ha esforzado por mantener la tradicional vinculación de su padre y de su abuelo, Conde de Barcelona, a Cataluña. Así, sus visitas para inaugurar certámenes clave en la economía catalana como el Mobile World Congress o el Alimentaria, entre otros, han sido constantes.
El Rey Felipe VI durante la cena inaugural del Mobile World Congress
El pasado mes de marzo giró tres visitas a Cataluña y su relación con la sociedad civil catalana es una constante en la agenda real. Esto pasa, por ejemplo, por inaugurar las Jornadas del Círculo de Economía o presidir el 250º aniversario de Fomento del Trabajo Nacional.
Felipe VI habla un muy buen catalán, aunque quien se lleva la palma es sin duda, su hija Leonor, Princesa de Asturias y de Gerona. Precisamente el principado de Gerona y su fundación han sido un eje estratégico de la relación del Rey con Cataluña.
Ha sido, también, una fuente de dolores de cabeza dado que la ciudad de Gerona, donde Puigdemont fue alcalde, le declaró non grato y hace años que el certamen de entrega de los premios de la Fundación se ha tenido que celebrar en otros enclaves, primero en Barcelona y luego en Caldas de Malavella.
En estos diez años Felipe VI ha tenido que aguantar los desplantes de Ada Colau. La que fue alcaldesa de Barcelona entre 2015 y 2023 siempre jugo al cínico ejercicio de no recibir al Rey, aunque luego cohabitaba con él en los eventos. El mismo trato ha recibido por parte de los diversos presidentes de la Generalitat.
Discurso tras el referéndum
Pero, sin duda, es el discurso del 3 de octubre de 2017, tras el referéndum ilegal por la independencia y una jornada de huelga promovida desde las instituciones en clara rebeldía, lo que más ha condicionado la relación del Rey con una parte de la sociedad catalana y de la Generalitat en manos independentistas.
Esa noche puede ser considerada el 23 F de Felipe VI, dado que el Rey tuvo que salir a defender el orden constitucional y a denunciar la actitud de los dirigentes de la Generalitat. El independentismo no ha perdonado jamás al Rey su defensa de la Constitución y, con ella, de las instituciones autonómicas y del autogobierno catalán.
La amnistía concedida por el gobierno Sánchez ha situado al Rey en la incomoda posición de tener que sancionar, ejerciendo su papel constitucional, una ley que contradice su intervención de esa noche.
