El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni

El alcalde de Barcelona, Jaume CollboniEuropa Press

Política- Economía

Las reacciones a la ocurrencia de eliminar los pisos turísticos en Barcelona: «Populista» e «improvisada»

Oponentes políticos y analistas privados reflexionan sobre el alcance de la medida anunciada por Collboni

El anuncio del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, de su intención de eliminar los pisos turísticos de Barcelona para el año 2029 no ha dejado indiferentes a los expertos ni al resto de formaciones políticas.

Desde el sector privado, Iñaki Unsain, Personal Shopper Inmobiliario, habla de que es una medida «un poco difusa y más compleja de lo que aparenta», puesto que hay muchos pisos turísticos y negocios muy grandes detrás de este sector.

En su opinión, es una «medida populista» y «para contentar a ERC» una vez más, para ayudar a los socialistas a conseguir la presidencia de la Generalitat, pero que ve compleja.

El abogado de Asoban Abogados, Ángel Sánchez, especializado en temas de vivienda, señala a El Debate que esta eliminación de los 10 mil apartamentos turísticos que hay actualmente en Barcelona supondría la reducción del turismo. «Estos pisos son más baratos que un hotel por ejemplo, porque cabe más gente», explica.

Además, también habla de «efectos económicos colaterales» porque el turismo deja dinero en otros sectores. Lo que sí se conseguiría es que el precio de los inmuebles baje, seguramente, «una medida que sí es positiva para las personas que viven en Barcelona».

Lo que puede pasar también, según Sánchez, es que, con la desaparición absoluta de los pisos turísticos proliferen negocios ilegales y eso conlleve negocios sin declarar - evasión de impuestos- y otro tipo de turismo, puesto que las personas que tengan capacidad adquisitiva para gastar van a ir a sitios regulados. «Por lo tanto, el perfil no va a ser el más óptimo», añade.

Cartel de 'Se Vende' en un balcón de una vivienda en Barcelona.

Cartel de 'Se Vende' en un balcón de una vivienda en Barcelona.

Preguntado por alternativas a esta medida que puedan respetar la ciudad y a sus habitantes sin ser tan drásticas, Sánchez comenta que la solución sería «no emitir nuevas licencias para no disparar los pisos turísticos ni los precios de la vivienda, pero si seguir renovándolas».

«Otra medida sería destinar dinero a auditar esas viviendas para ver si cumplen con unos requisitos mínimos indispensables para poder obtener y renovar las licencias, así mejoras la calidad del servicio y no masificas la ciudad ni subes el precio de la vivienda».

Por último, Sánchez explica que disparando el precio de la vivienda lleva a que todas las personas de Barcelona tengan que irse fuera de la ciudad por no poder permitirse vivir en ella o porque en sus bloques de pisos viven cierta inseguridad porque sus vecinos han decidido convertir los pisos en pisos turísticos.

«Improvisada e ideológica»

El concejal de Junts en el Ayuntamiento de Barcelona Damià Calvet ha tildado de «improvisada e ideológica» la medida de eliminar todos los pisos turísticos de la ciudad en noviembre de 2028, planteada este viernes por Collboni.

Según Calvet, «son buenas intenciones que no se sustentan ni en la legalidad ni en la regulación de las propias viviendas turísticas», por lo que el concejal ha alertado, textualmente, de que si se orientan mal o no tienen la base legislativa, agravarán la problemática de la vivienda en Barcelona.

A su juicio, la mitad de las licencias de viviendas turísticas que hay en la ciudad no operan y «pretender que todas estas 10.000 tendrán usos residenciales es un dato que no se corresponde con la realidad».

Ha criticado que Collboni actúa como si tuviese mayoría y ha lamentado que, junto con el mandato de la exalcaldesa y líder de BComú, Ada Colau, «son los autores de las nefastas políticas de vivienda» en la ciudad.

Calvet ha defendido que desde Junts quieren modificar la reserva del 30% para viviendas de protección oficial en suelo urbano consolidado, una tramitación de licencias «más ágil» y derogar la actual política de limitación de los precios de alquiler.

«Perjudicará al tejido económico»

El líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Daniel Sirera, ha alertado por su parte de que la medida «perjudicará al tejido económico y al turismo de Barcelona».

El presidente del grupo municipal del PP en Barcelona, Daniel Sirera

El presidente del grupo municipal del PP en Barcelona, Daniel SireraPP Barcelona

En un comunicado del grupo municipal, el líder popular ha criticado que estas medidas de Collboni «suponen un freno a la construcción, perjudicarán al turismo y lanzan un mensaje muy perjudicial para los empresarios».

Ha reprochado al alcalde intentar resolver el problema de vivienda al grito de «¡exprópiese!» y ha dicho que ni la exalcaldesa y líder de BComú, Ada Colau, fue tan lejos en sus ataques a la propiedad privada.

«No es ningún anuncio»

Por su parte, Barcelona en Comú ha reprochado al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, que la extinción de licencias para pisos turísticos prevista para noviembre de 2028 «no es ningún anuncio» porque le obliga la ley catalana. Para ellos, la medida es «una cortina de humo para esconder crisis como la Fórmula 1 o el desfile de Louis Vuitton».

Les preocupa que, «viendo el modelo de Collboni para la ciudad, con más privatizaciones, masificación turística y eventos de lujo», estos pisos se conviertan en alquileres de temporada o apartamentos de lujo.

Las mismas fuentes también han lamentado que el 2028 está muy lejos: «¿No hará nada hasta 2028 para bajar los alquileres?».

Por último, la líder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, Elisenda Alamany, ha reivindicado que «Barcelona necesita ambición y respuestas urgentes en vivienda», después de que el alcalde, Jaume Collboni, haya anunciado este viernes que prevé eliminar los pisos turísticos en 2028, aplicando el decreto ley aprobado por la Generalitat.

En un apunte en 'X' recogido por Europa Press, Alamany ha afirmado: «Lo entendió el Govern con ERC, poniendo en marcha el decreto de pisos turísticos que permite medidas como las que anuncia hoy el Ayuntamiento de Barcelona».

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