El laberinto catalán
La negativa de Illa a verse a solas con Puigdemont envenena las relaciones entre Junts y los socialistas
El presidente de la Generalitat evitó una reunión a solas con el líder de Junts en Bruselas esta semana
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, visitó esta semana Bruselas, pero su esperado encuentro con Carles Puigdemont no se ha producido. Desde la Generalitat cursaron invitación a Puigdemont para que este asistiera, como un invitado más, al acto que Illa protagonizó en la delegación de la Generalitat en Bruselas.
El objetivo del entorno del presidente autonómico era plantear el encuentro como algo normal, sin la formalidad que han tenido las recepciones que Illa ha realizado con el resto de expresidentes. Sin embargo, Puigdemont pinchó el globo a través de X, su medio de comunicación preferido, donde escribió:
Su actitud es todo un discurso que se entiende perfectamente. Ni él ni su partido querían la amnistía. Ni la judicial, ni la política, y por eso se niegan a aplicarme políticamente una ley que está en vigor desde hace meses. Que los del Supremo la boicoteen es una anomalía, que lo haga el representante de todos los catalanes, miembro de un partido que se supone que cree en la necesidad de la amnistía es inexplicable por muchas vueltas que se le dé.
Es evidente que negarse a mantener una reunión institucional similar a la que ha mantenido con el resto [de expresidentes] solo se explica por su resistencia a aplicar la amnistía y eso no depende de los jueces del Supremo. Depende exclusivamente de él y de su partido. El no reconocimiento es una decisión política, impropia de alguien que debería ser el presidente de todos los catalanes.
El mensaje está recibido y no insistiremos más. No es que no toque, es que no quiere».
La visita de Illa a Bruselas se ha visto trufada de mensajes en forma de puyas de Puigdemont. En especial, el expresidente y líder de Junts ha sido crítico con las reuniones que Illa y su consejero de Acción Exterior, Jaume Duch, han mantenido para intentar conseguir la oficialidad del catalán ante las instituciones europeas.
Puigdemont en otro tweet ha criticado a Duch «por no hacer nada por el catalán cuando trabajaba en Bruselas». También ha insinuado que si bien ahora es consejero en un gobierno socialista, hasta «hace cuatro días trabajaba para otro partido de forma entregada y entusiasta», en referencia a que la presidenta del parlamento europeo es del PPE y Duch era directora general de comunicación de la eurocámara antes de ocupar la consejería.
En relación al tema del catalán en Europa, Illa colgó en sus redes una foto de su reunión con la presidenta del Parlamento Europeo y el texto: «Hemos abordado el uso del catalán en el parlamento europeo. Le he explicado por qué es importante para Cataluña y le he agradecido su actitud constructiva y rigurosa a la hora de resolver esta cuestión tan importante para nosotros (en referencia a los catalanes)». No obstante, por su parte Metsola no ha hecho referencia alguna a su encuentro con el presidente del gobierno regional catalán.
Encuentro con Puig
A la recepción en la delegación de la Generalitat en Bruselas sí asistió Lluís Puig, el exconsejero de Cultura que huyó de Cataluña en 2017 junto a Puigdemont y Toni Comín, pero que en los últimos tiempos se ha alejado de ellos. De hecho, abandonó a Boye como abogado y contrató a Miquel Samper, que ahora es consejero de Empresa en el gobierno de Illa.
El objetivo de Puig es llegar a algún acuerdo con el Tribunal Supremo y poder volver a España, como ya hizo la exconsejera también prófuga Meritxell Serret. Illa y Puig departieron distendidamente en las oficinas del gobierno catalán en la capital comunitaria. Puig declaró a los medios que «me guste o no, es el presidente de la Generalitat».
Relación envenenada
La relación entre Illa y Puigdemont, y el hecho de que no se haya celebrado ninguna reunión entre el líder de Junts y el presidente de la Generalitat –y tampoco con el presidente del Gobierno– está envenenando, cada vez más, las relaciones entre Junts y los socialistas.
Desde el inicio de la legislatura, los de Puigdemont son el socio más inestable e imprevisible de Sánchez, pero ahora se suma el hecho de que Puigdemont se siente engañado por el el presidente del Gobierno, por la no aplicación de la ley de amnistía, y despreciado por Illa, al no ser recibido con honores como el resto de expresidentes.
Desde el PSOE se ha intentado calmar y complacer a Puigdemont mediante llamadas y contactos con José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, para Puigdemont esto ya no es suficiente. El líder de Junts quiere reconocimiento además de influencia, y está exigiendo que las concesiones que el gobierno de Sánchez hace a Junts se hagan más evidentes aún con una foto.
La reunión entre Illa y Puigdemont era, en la estrategia de Junts, un paso previo a la cita entre Sánchez y Puigdemont. El hecho de que este encuentro no se haya producido puede tener consecuencias en las negociaciones para los Presupuestos Generales del Estado para los que el voto de los siete diputados de Puigdemont es imprescindible.
Atentos a la agenda de Sánchez e Illa en las próximas semanas, en las que deberemos marcar en rojo sus viajes a Bruselas y estar muy atentos a si se produce el encuentro que Puigdemont tanto desea.