El PSC ostenta la mayor cuota de poder de su historia en Cataluña y confía en aguantar hasta finales de 2027

El partido socialista ostenta la cuota de poder más grande que jamás ha tenido en Cataluña, y eso es percibido en La Moncloa como una garantía de estabilidad para completar de la legislatura, que tiene fecha de caducidad a finales de 2027.

El PSC es hoy hegemónico, si no casi partido único en Cataluña. Tiene más poder del que acaparó entre 2004 y 2010, cuando encabezaban el Ayuntamiento de Barcelona –con Joan Clos y luego Jordi Hereu–, la Generalitat –con Pasqual Maragall y luego José Montilla– y el gobierno central, con José Luis Rodríguez Zapatero.

Desde 1979, fecha de las primeras elecciones municipales, hasta hoy han trascurrido 45 años, pero solo durante seis años los socialistas habían ocupado el poder a ambos lados de la Plaza de Sant Jaume, sede de los edificios que albergan la presidencia de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona.

Desde el día de la toma de posesión de Salvador Illa como presidente de la Generalitat, los socialistas viven una nueva era dorada de su historia en Cataluña, tras pasar una travesía del desierto en la que se llegaron a ver superados por Ciudadanos.

Ayuntamientos socialistas

Hoy el PSC, aunque en minoría, gobierna en solitario en el Ayuntamiento de Barcelona. Además, tiene la alcaldía en Tarragona y Lérida, así como la presidencia de la Diputación de Barcelona, que es la administración provincial con más presupuesto de España.

Los socialistas también están en el gobierno de las diputaciones de Lérida y Tarragona con ERC, y gobiernan en la gran mayoría de las ciudades del cinturón de Barcelona. De entre las más grandes solo se le escapan Badalona (PP), Terrasa (gobernada por un grupo disidente del PSC) y Sant Cugat (Junts). Fuera de la provincia de Barcelona las únicas capital y diputación que escapan al control socialista son las de Gerona.

Dominio del presupuesto

El partido hermano del PSOE, además de ostentar casi todo el poder municipal, ahora gobierna en solitario la Generalitat, por primera vez en su historia. Esto hace que domine el 100% del presupuesto autonómico, que asciende a 43.673 millones de euros.

Para los socialistas, la decisión tanto de ERC como de los Comunes- Sumar de apoyar la investidura sin entrar en el gobierno es una ventaja, dado que así pueden controlar todos los resortes de poder. En 2003 y 2006 Maragall y Montilla presidieron el gobierno regional, pero tuvieron que compartir Consejo de Gobierno con ERC e ICV (hoy Comunes-Sumar), formando un inestable tripartito que dio grandes dolores de cabeza a los socialistas.

Entre ellos, por ejemplo, cuando Carod Rovira, líder de ERC y por aquel entonces vicepresidente de Maragall, se reunió en Francia con la cúpula de ETA para pedirles que, en caso de atentar, no lo hicieran en Cataluña para no perjudicar sus intereses políticos.

Más allá del poder local y autonómico, el PSC también se sienta en el Consejo de Ministros a través de Jordi Hereu, ministro de Industria. También ocupa secretarias de Estado clave, como la de Comunicación, encabezada por Francesc Vallès, o la de Cooperación, dirigida por Eva Granados.

Empresas públicas

No terminan ahí los tentáculos del PSC, dado que también tiene a militantes suyos al frente de importantes empresas públicas con presupuestos multimillonarios como AENA (Maurici Lucena), Renfe (Raúl Blanco) Paradores (Raquel Sánchez) o Indra (Marc Murtra).

Este poder a nivel nacional se sustenta en que el PSC aporta 19 diputados al Congreso de los 48 que se eligen en Cataluña, casi la mayoría absoluta, muy por delante de los siete que consiguen los Comunes, ERC y Junts o los 6 del PP y los 2 de VOX. La fuerza del PSC y estos 19 escaños, que suponen una ventaja de 13 sobre el PP que se hace insalvable con las victorias populares en otras comunidades autónomas, es la clave sobre la que Pedro Sánchez sustenta su permanencia en La Moncloa.

El PSC ha iniciado un proceso de reorganización interna, dado que ha tenido que mover diversas piezas del mundo municipal como la alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet o el gerente del Ayuntamiento de Barcelona hacia puestos relevantes en el gobierno catalán. Ahora debe hacer frente al reto de nombrar a casi 1.000 cargos de segundos niveles de la administración. Su objetivo ahora es consolidar su poder y lograr una mayoría que perpetúe a Sánchez en La Moncloa.