Barcelona acaba 151 viviendas públicas de producción industrializada, usando madera y módulos tridimensionales

El ayuntamiento de Barcelona ya cuenta con cuatro promociones de vivienda pública, 151 nuevos pisos, en el distrito de Sant Martí, que se han construido con métodos de producción industrializada. Es decir, los componentes estructurales se hacen en fábrica y se colocan y montan en la ubicación final. De esta forma, aseguran desde el consistorio, se han podido acabar en menos de dos años, gracias a que se han usado métodos industrializados más rápidos y sostenibles. Las promociones están situadas en las calles Binèfar, Lola Iturbe, Pallars y Marroc.

En tres de estos bloques, la madera ha sido el principal material usado, porque uno de los objetivos, y así constaba entre los objetivos del concurso, era el de reducir las emisiones. De esta forma, se han construido a través de panales prefabricados de madera CLT. Estamos hablando de forjados, muros, bigas, escaleras y las piezas necesarias de madera laminada, que han sido cortados y preparados de forma automatizada a partir de materia prima procedente de bosques explotados de forma sostenible. Es lo que aseguran desde el Ayuntamiento.

En el caso de la promoción de la calle del Marroc, no lugar de madera, la producción industrializada ha consistido en la producción y equipamiento en fábrica de 104 módulos tridimensionales. Y cada una de las 45 viviendas está formada por dos módulos que, previamente, se les ha equipado con mobiliario de cocina, baño, ventanas y otras instalaciones.

El objetivo del Ayuntamiento es entregar las viviendas este mismo año. Tres de estas promociones serán de alquiler y la cuarta de derecho de superficie. Se han invertido unos 19 millones de euros. La teniente de alcalde, Laia Bonet, ha anunciado que el ayuntamiento de Barcelona ha pedido al ministerio de Vivienda y Agenda urbana que este tipo de licitaciones deja de ser «una excepción».

¿De qué licitación habla Bonet? Estas viviendas se han construido gracias a la licitación y contratación conjunta del proyecto arquitectónica y de la obra, y no en dos licitaciones por separado, como se hace habitualmente. De este modo, se ha conseguido que el proceso sea más rápido, se han reducido los plazos en un 35%.

Bonet quiere que esta sea una posibilidad, sobre todo «en aquellas ciudades declaradas zonas de mercado tensionado de vivienda», porque necesitan reducir tiempos y «estos proyectos nos ayudan». Además, ha destacado que se ha podido reducir en un 30% las emisiones de CO₂ con relación a una construcción convencional.