Edificio de La CIBA

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Cataluña

El ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet ofrece un curso ocupacional solo para mujeres inmigrantes, aunque no tengan papeles

Vox ve «discriminación» por razón de sexo y de nacimiento

El 10 de octubre empieza en La CIBA, de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), un curso ocupacional para ser instructora de circulación urbana en bicicleta. Instructora, en femenino, porque va dirigido exclusivamente a «mujeres de origen inmigrante que quieran capacitarse para enseñar con la metodología 1bici+ a circular de forma segura por la ciudad». Así consta en el folleto que se ha distribuido informando del curso en cuestión.

Y, en concreto, en el curso se ofrecen 115 horas de formación, entre circulación ciclista, mecánica, y también se ofrece prácticas en actividades escolares en Santa Coloma. En enero, las participantes podrán tener su diploma. Se asegura que, con este proyecto, lo que se busca es «promover el uso de la bicicleta entre personas migradas y sus familias». Y en el formulario de preinscripción, se deja claro que el curso en cuestión también está abierto «a personas en situación administrativa irregular».

Información y requisitos para inscribirse en el curso

Información y requisitos para inscribirse en el cursoVox

Para Aitor Navarro, concejal de Vox en Santa Coloma, este curso demuestra que hay «ciudadanos de primera y de tercera». De entrada, asegura, porque hay «discriminación por razón de sexo», porque solo pueden optar mujeres. Pero es que, además, apunta, también hay «discriminación por razón de nacimiento, porque solo se pueden inscribir mujeres inmigrantes, incluso si están en una situación irregular». Y para el concejal esto es «vergonzoso».

Para Navarro, el gobierno municipal, «que se hace llamar de la igualdad, ha creado una desigualdad nunca vista». Y precisamente contra esto, asegura, es que van a luchar desde la formación. Pero el concejal también carga contra el «macrochiringuito de Santa Coloma», como así ha definido a La CIBA.

Se trata de un espacio impulsado por el ayuntamiento del municipio y que se define como «un espacio de recursos para mujeres, innovación y economía feminista», y al que se destinan, asegura, «millones de euros». Para empezar, ha recordado, solo la reforma del edificio costó casi cinco millones, un dinero que se podía haber destinado «a personas que lo necesitan y que no llegan a fin de mes».

Pero también destaca que en el espacio, desde luego, lo que «no se promueve es la igualdad entre hombres y mujeres». Aitor Navarro defiende que «el inicio del proyecto fue bueno, ofrecer un escape a las mujeres que sufren violencia, pero se ha convertido en un chiringuito»

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