Guardia urbana de Barcelona, en una imagen de archivo

Guardia urbana de Barcelona, en una imagen de archivoAyuntamiento de Barcelona

Cataluña

La Guardia Urbana de Barcelona tiene controlados 82 puntos de riesgo por el uso de armas blancas

Las peleas han aumentado un 143% en la capital catalana desde la pandemia, según datos facilitados por el jefe de la policía local, Pedro Velázquez

El Departamento de Interior está ultimando un plan específico contras las armas blancas en el espacio público y se va a reforzar, además, el Plan Daga, para reducir la presencia de estos instrumentos en los entornos de ocio y en grandes aglomeraciones. El uso de armas blancas preocupa, y mucho, a nivel policial.

De hecho, la Guardia Urbana de Barcelona tiene controlados 82 puntos de riesgo por esta problemática, según ha avanzado su jefe, Pedro Velázquez, durante su comparecencia en una comisión extraordinaria de seguridad sobre armas blancas. Se trata, mayormente, de espacios de ocio o en los que ya hay antecedentes de agresiones. La Guardia Urbana cuenta con 84 palas detectoras de metal.

Velázquez ha precisado que desde la pandemia, desde 2020, han aumentado un 143% las peleas. Aquel año se registraron 2.100, y en 2023, 5.106. El jefe de la Guardia Urbana ha reconocido que hay una «mayor agresividad en las calles», y desde hace unos años, esta situación es más notoria, junto con un incremento de la presencia de armas blancas. Sobre este tipo de instrumentos, ha explicado que, en un 42% de los casos, se enmarcan en un contexto de amenaza, y también están presentes en un 13% de los robos con violencia e intimidación.

Causas

¿Y cómo se ha llegado a esta situación? El jefe de la Guardia Urbana ha apuntado diferentes causas. Por un lado, el incremento del consumo de drogas y medicamentos que ha contribuido al empeoramiento de la salud mental; al hecho de que las armas blancas sean fáciles de conseguir y tienen un control «relativo», con una normativa que «no es disuasoria». Pedro Velázquez también dice que juega un papel importante los «comportamientos de imitación», como por ejemplo, bandas de jóvenes que tienen como ejemplo las que hay en otros países.

De hecho, el perfil de la persona que lleva un arma blanca es de un hombre, joven, de entre 16 y 34 años, la mayoría tiene antecedentes por salud pública o por delitos violentos. La presencia de estas armas es más habitual en horario nocturno y en contextos festivos de concentración de personas.

Ante este panorama, la Guardia Urbana y los Mossos han intensificado los trabajos de prevención. Y es aquí donde se han detectado esos 82 puntos en los que hay más riesgo de agresiones. Velázquez se ha mostrado satisfecho con los resultados que está dando todo este trabajo y que se ha intensificado en los últimos días, de cara sobre todo a las fiestas de la Mercè.

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