Análisis
Hallados errores en el informe de la Generalitat sobre la mayor fosa común de la retaguardia catalana
Un repaso a las imprecisiones históricas presentes en el documento presentado hace un mes sobre el cementerio de Montcada i Reixac
Recientemente se hizo público un estudio encargado por la Generalitat que pretendía aportar nueva luz sobre lo ocurrido en el cementerio de Montcada i Reixac en 1939, en la que fue la mayor fosa común de la retaguardia catalana. El estudio técnico estaba firmado por Oriol Dueñas Iturbe, y fue un encargo de la Dirección General de Memoria Democrática.
En su momento, la Generalitat trasladó que el estudio aportaba cuatro novedades significativas. La primera, y más destacable, es que establecía cifras fiables de víctimas. Además, revelaba la posible identidad de 164 de las 700 personas inhumadas en la fosa y que estaban sin identificar, enumeraba los nombres de 455 personas exhumadas e identificaba a siete de las ocho personas reinhumadas en el Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos.
Hasta aquí la información hecha pública por el departamento de Justicia y Calidad Democrática. No obstante, El Debate ha tenido acceso al estudio y se constatan varios errores que hacen tambalear las novedades que anunciaban.
Empezando por el final, el estudio identifica a siete personas que se trasladaron al Valle de los Caídos: Germán Torres Argilés, Manuel Molina Vinaxa, Jaime Ribas Ballbé, Rafael Ribas Francisca, Aurelio Castellote Sebastián, José Vallperez Ariño y Francisco Javier de Alós y de Dou. Un hijo de este último, Mauricio de Alós de Bobadilla, murió siendo miembro del Tercio de Nuestra Señora de Montserrat.
El octavo, que queda sin nombre en el estudio, era Vicente Mariner Gimeno. Nació en Nules el 19 de junio de 1883 y fue asesinado en Montcada i Reixac el 14 de diciembre de 1935. Era apoderado y director del Banco Catalán Hipotecario. Trinidad Mariner, su hija, pidió que no se lo llevaran al Valle y lo trasladaran a Nules, lo cual aceptaron las autoridades. Aquí sí que incluimos una novedad.
Errores en el informe
En la nota hecha pública por la Generalitat hay un error: Dueñas Iturbe no enumera las 455 personas exhumadas, sino que cita 461. Y esta cifra también es curiosa, teniendo en cuenta que dice lo siguiente:
Tenemos, pues, dos cifras: 483 y 444. ¿Por qué pone el nombre de 461, que no cuadra con ninguno de los dos datos? De los nombres, Dueñas Iturbe incluye a Joaquín Gómez Gómez, asesinado el 15 de diciembre de 1936, y no incluye a su hermano José, asesinado el mismo día también en Montcada i Reixac. Incluye el nombre de Vicente Mariner Gimeno, pero se equivoca en el segundo apellido, llamándolo Giménez.
De Estanislás Rico Ariza dice que es comerciante, cuando fue periodista de El Correo Catalán. En el listado de los 461, incluye a Josefa Martorell Carbonell y en el listado de los 164, a José Udina Cortiles, añadiendo que este segundo debe seguir enterrado en la fosa. La realidad es que este matrimonio los enterraron juntos en un nicho del cementerio de Montcada i Reixac, custodiados por su hijo, el historiador, archivero y catedrático Frederic Udina Martorell.
Y vamos por el segundo listado de los 164 nombres, que en realidad son 163, porque uno ya lo pone en el otro listado y aquí lo copia mal. En el encabezado leemos: «En los certificados de defunción de estas víctimas consta que fueron asesinados en Montcada i Reixach. Por tanto, es posible que fueran inhumados en la fosa común». A bote pronto, en el listado aparecen Antonio Alier Espada, Miguel Altés Arás, Luciano Cunill Poblet, José Forcada Muñoz, José Mir Pons, Luis S. Piñol Agulló, Tamás Rofes Escoda, que no están enterrados en esa fosa. Sus cuerpos fueron enterrados a sus familiares.
Exhumaciones
En una de sus conclusiones, el autor, afirma «valorar, siempre que haya demanda de familiares, y con el visto bueno del comité técnico de fosas, una exhumación de la fosa. En este sentido, entendemos que hay diversos aspectos que dificultarían la identificación de las víctimas».
En junio de 1937 el juez José María Bertran de Quintana llevó a cabo una primera aproximación de los asesinados en Montcada i Reixach y apuntó que allí se asesinaron unas 1.600 personas. Hasta marzo de 1938 exhumaron 450 cadáveres. A estos no se les pudo poner nombre, pero sí describirlos. Una segunda exhumación se produjo entre abril y julio de 1940.
En aquella ocasión se exhumaron 1.198 cadáveres. Hasta allí fueron los familiares para identificar a sus familiares. Hay que tener en cuenta que todos o casi todos estaban descompuestos y solo quedaban los huesos, y en algunos casos restos de la ropa. Pues bien, terminada la guerra civil y con los familiares allí se pudo identificar a 483 personas. Las otras 715 quedaron sin identificar, sin nombre, y las volvieron a enterrar en la fosa común.
Los 164 nombres que se incluyen en el informe son de personas identificadas por sus familiares. Quizás alguna de ellas prefirieron que siguieran enterradas en esa fosa o las trasladaron a nichos del mismo cementerio o se los llevaron a otros cementerios. Lo cierto es que esas 715 personas no tienen nombre, no fueron identificadas y el encabezado del listado tergiversa la realidad: que nunca sabremos quiénes son los enterrados en la fosa común del cementerio de Montcada i Reixac.