Cataluña
Los hablantes de catalán envejecen: los jóvenes son los que menos lo usan, según una nueva encuesta
El estudio también refleja que un 40% considera que el catalán está amenazado y que la mitad de conversaciones son en castellano
El porcentaje de uso del catalán baja cuanto más joven es la franja de edad. Así lo refleja la encuesta sociopolítica del Centro de Estudios de Opinión (CEO). En concreto, si entre los mayores de 64 años el 49% de sus conversiones son en catalán, esta cifra cae hasta el 37% en la franja de 16 a 24 años. Y una cifra similar se da en el caso de las mujeres, el porcentaje baja de 46 al 39%. De forma general, los encuestados afirman que cinco de cada diez conversiones las mantienen en español y cuatro en catalán.
Además, un tercio aproximadamente los encuestados catalanoparlantes asegura que no pueden utilizar el catalán en todos los ámbitos de su vida, y un 37% dice que, en la mayoría de comercios, no les atienden en su lengua materna. También lago más de la mitad de los que han participado en el estudio asegura que acaban cambiando de lengua, se pasan del catalán al castellano, para evitar problemas.
El director del CEO, Joan Rodríguez Teruel asegura que las cifras del CEO demuestran que «no hay conflicto lingüístico o guerra de lenguas» en Cataluña, aunque sí hay una «percepción compartida» sobre la fragilidad que tiene el catalán en la vida social. De hecho, según la encuesta, el 40% de los ciudadanos cree que el catalán es una lengua que está amenazada y que podría desaparecer.
Un pesimismo que es mayor entre los catalanohablantes, que consideran, en un 80%, que la situación de la lengua ha empeorado en los últimos años. En el caso de los ciudadanos que tienen el castellano como lengua materna no hay la misma sensación. Solo lo ven así, un 36% de los encuestados.
Y si la situación ahora no es buena, para muchos encuestados tampoco va a mejorar en los próximos años. De hecho, un 67% de los catalanohablantes cree que el uso del catalán aún empeorará más en un futuro, frente al 33% de los castellanohablantes. Una sensación que está particularmente extendido entre los jóvenes de 16 a 34 años.