El entonces presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, durante el acto en que se firmó el Pacto Nacional por la Industria

El expresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, durante el acto en el que se firmó el Pacto Nacional por la IndustriaGeneralitat

Cataluña

La jungla de comités y chiringuitos de la Generalitat: «Tenemos mesas, pactos y hasta mesas para los pactos»

La Generalitat también cuenta con más de 200 organismos que pueden duplicar o triplicar estructuras entre consorcios, fundaciones o institutos

En un debate sobre geopolítica en el Colegio de Economistas de Cataluña, el catedrático de Economía Aplicada de la UAB, Josep Oliver, explicaba que, en Cataluña, los responsables políticos no se concentran en racionalizar la administración y mejorar la productividad. De este modo, aseguraba, «no avanzaremos». Durante su intervención, lanzaba otro titular demoledor: «Cataluña debe ser el país del mundo con más pactos nacionales». Es lo que aseguraba el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, durante su intervención en la sesión de control al gobierno catalán en el Parlament: «la Generalitat no gobierna, observa».

Y ese es el gran problema, según nos comentan algunos expertos consultados por El Debate, que cuando no se sabe qué hacer, se crea una comisión, un pacto nacional o cualquier otra figura parecida. Enumeraba Fernández todos los que existen en Cataluña, sin tener en cuenta organismos, fundaciones, consorcios u observatorios: Pactos Nacionales, Mesas, Mesas por el pacto o comité de expertos.

En concreto, Cataluña tiene en vigor hasta 12 Pactos Nacionales. Los hay y los ha habido de todo tipo. Estamos hablando, por ejemplo, del Pacto Nacional por la Lengua, por la Industria, por la Salud (y su derivada sobre salud mental), por la Movilidad, por la Vivienda, por la Infancia, por la Reforma de la Administración Pública, para la Sociedad del Conocimiento, y también el Govern tiene intención de impulsar alguno más, como el Pacto Nacional contra la Violencia Machista, según anunció la consejera de Igualdad y Feminismos, Eva Menor, en el Parlament.

Pero Fernández también apuntaba otra cuestión: cada pacto tiene su Mesa, y de «esas, tenemos 19». Y añadía: «¿Qué pasa si falla el pacto o falla la mesa? Que nadie se asuste, porque entonces, entran en escena las Mesas por el Pacto. De esas, concretamente, tenemos siete». Y se pueden dar situaciones, como que, en cuestiones como la lengua, la movilidad o la sanidad, se cuente con un Pacto Nacional, una Mesa, una Mesa por el pacto, además de la propia consejería.

Y si esto no fuera suficiente, aseguraba el presidente del PP catalán, «se aumenta la estructura con nuevos comités de expertos»: en sanidad, financiación, reforma de la administración, Y esto, para el dirigente popular, ya es el súmmum, porque en el caso de la sanidad, se cuenta con Pacto nacional, Mesa, Mesa para el Pacto, comité y Consejería. «Ya solo les queda anunciar un comité de expertos para que le asesoren cómo organizar un comité de expertos», decía Alejandro Fernández.

El presidente del PP catalán también dejaba claro que no hay economía en el mundo que aguante «una estructura parasitaria, tan voraz consumidora de recursos y totalmente antiproductiva». Pero a eso hay que añadir los más de 200 organismos «pagados con dinero público», entre agencias varias, fundaciones, institutos y consorcios, con el objetivo, según Fernández, de «colocar a amigos, familiares y cargos de partido a miles».

Así, por ejemplo, nos encontramos con la Agencia Catalana de Consumo, con la Agencia Catalana de Turismo, el Centro de Estudios de Opinión, el de Estudios Demográficos o el Centro de Investigación de Matemáticas, el Consorcio del Observatorio Paisaje; del Servicio Universitario de Cataluña o del Museo de Lleida; la Fundación Instituto de Bioingeniería de Cataluña o la de Ciencias Fotónicas, por poner solo algunos ejemplos de cada una. Y el problema, añaden los expertos, es que en algunos casos se tratan de estructuras duplicadas o triplicadas, y según Alejandro Fernández, como mucho, unas «25-30 serían las necesarias».

«Termitas aladas»

Por todo ello, Fernández describió a los diferentes gobiernos de la Generalitat como «termitas aladas», al tratarse de «una plaga silenciosa y destructiva que afecta a nuestros inmuebles y estructuras. Pequeñas criaturas destinadas a parasitar la economía catalana. No perdonan ni un euro.» Hay que tener en cuenta que, los que forman parte de estos 200 organismos, todos, cobran un sueldo. Así, por ejemplo, el director de la Agencia Catalana del Agua cobra algo más de 93.000 euros; el de la Agencia de Residuos de Cataluña, un poco más de 97.000; el director del Instituto Catalán de la Viña tiene un sueldo de 93.000 euros; 94.000 el del Instituto Catalán de la Energía, o casi 100.000 el de la Fundación Maratón de TV3, por poner solo algunos ejemplos.

En el caso de las personas que forman parte de las Mesas o los Pactos Nacionales, la clave, nos explican, son las horas extras y las comisiones de servicio de los funcionarios que participan. El problema reside, en que cuando se le pregunta a la Generalitat por esta cuestión, el Govern siempre responde con evasivas y es «imposible recabar datos».

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