136 muertos en accidentes de tráfico en Cataluña en 2024: estas son las carreteras más peligrosas

Las carreteras catalanas registraron 136 muertos a lo largo del 2024 en 121 accidentes mortales, además de 803 heridos graves. Si comparamos estas cifras con 2023, observamos que la cifra de muertos ha disminuido, pues en 2023 hubo 152 muertos en el mismo volumen de siniestros.

Por el contrario, en 2024 la cifra de heridos graves es superior, en un 11,5%, a 2023. El 50% se accidentaron por la tarde, que es la franja con más muertos (68 víctimas), seguida de la mañana (46); y los fines de semana y festivos siguen representado aproximadamente la mitad de los muertos (70). El Servicio Catalán de Tráfico (SCT) destaca que el número de muertos en 2024 es un 23% inferior a 2019, cuando murieron 175 personas en 161 siniestros.

El 45,5% de muertos de 2024 eran de colectivos considerados vulnerables: 47 motoristas (siete menos que el año pasado), ocho peatones (cinco menos), seis ciclistas (dos más) y un usuario de vehículos de movilidad personal (VMP). La proporción de motoristas respecto al total de muertos «sigue siendo de una tercera parte» (34,5%), y cerca se sitúan los ocupantes de turismos (53 muertos).

Por tipo de vehículo, «se mantiene un aumento» en la siniestralidad de furgonetas: 13 muertos iban en furgoneta, frente a uno en 2023 y nueve en 2019. En cuanto al tipo de siniestro, 44 de los 121 accidentes mortales tuvieron un vehículo implicado; del resto, 30 siniestros fueron choques frontales, 16 laterales y 15 encalces.

Las carreteras más peligrosas

La carretera con más siniestralidad fue la C-37, con siete muertos (tres en un accidente en Castellfollit del Boix), seguida de cuatro vías con seis muertos cada una: el Eix Transversal (C-25), la N-II y la N-420 (donde un mismo accidente en Riudecols tuvo tres muertos) y la AP-7.

El SCT ha destacado una reducción importante de la siniestralidad en la AP-7, donde se mantiene un descenso de víctimas mortales, con nueve menos que el año pasado y también nueve menos que en el mismo periodo de 2019 (antes de la gratuidad). Después de estas vías, las de más siniestralidad fueron la C-32 (cinco muertos), seguida de cuatro vías con cuatro muertos cada una: A-2, C-12, N-340 y C-31.

Por sexo, el 86% de los 136 muertos eran hombres (117, frente a 19 mujeres); y el 76% de los 803 heridos graves eran hombres, frente al 24% de mujeres. Por edades destacan los muertos de 55-64 años (29 víctimas) y los de 45-54 años (21 víctimas), aunque la franja que más sube es la de 65-74 (17 víctimas, un 89% más que las 9 del año anterior).

La mortalidad bajó en tres de las cuatro demarcaciones, y Barcelona sigue siendo la que tuvo más mortalidad (55), aunque son nueve menos que el año pasado (-14%). Las comarcas barcelonesas con más víctimas fueron el Baix Llobregat y el Bages, con nueve muertos, seguidas del Maresme (ocho); y en demarcación murieron 26 de los 47 motoristas de toda Catalunya y siete de los ocho peatones.

En Tarragona hubo 34 muertos (dos menos que 2023), sobre todo en diciembre (siete), y destaca la comarca del Baix Camp (con 12 muertos, el 35% de la demarcación). En esta demarcación murieron tres de los seis ciclistas fallecidos en Cataluña.

En Gerona murieron 21 personas (siete menos); destacan las comarcas del Alt Empordà (seis) y el Gironès (cuatro). Además, en esta demarcación murieron nueve motoristas, un peatón y ningún ciclista.

En Lérida hubo 26 víctimas mortales (dos más) y es «el único territorio donde ha aumentado ligeramente la accidentalidad mortal». La comarca del Segrià tuvo la mitad de los muertos (11), seguida del Pallars Sobirà (seis). En la demarcación murieron siete motoristas y dos ciclistas.