En el centro, Francesc Macià y Lluís Companys, fundadores de ERC

En el centro, Francesc Macià y Lluís Companys, fundadores de ERC

Historias de Cataluña

Las mentiras del victimismo nacionalista sobre la represión a los expresidentes de la Generalitat de Cataluña

Un 'meme' independentista asegura que diez de los últimos doce presidentes de la Generalitat fueron represaliados por ello, pero omite parte de la verdad

Hace unos años, la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC) compartió en redes sociales un montaje en el que se asegura que diez de los últimos doce presidentes de la Generalitat hasta aquel momento —antes de que llegaran Quim Torra, Pere Aragonès o Salvador Illa— habían sufrido represalias por parte del Estado español.

En los últimos días, la imagen ha resurgido a través de algunos canales nacionalistas, pero se trata de un resumen lleno de falsedades: se omite la verdad en lo referente a cinco de los doce personajes que aparecen. Vamos a ver cuál es la verdad histórica tras el relato victimista.

El montaje compartido por la ANC en 2020, recientemente recuperado

El montaje compartido por la ANC en 2020, recientemente recuperado

Empecemos por poner las bases para entender la tergiversación que plantea el nacionalismo. El 14 de abril de 1931, el entonces líder de ERC, Francesc Macià, proclamó desde el balcón del Ayuntamiento de Barcelona «el Estado Catalán que con toda la cordialidad procuraremos integrar a la Federación de Repúblicas Ibéricas». El 17 de abril Marcelino Domingo, Luis Nicolau d’Olwer y Fernando de los Ríos se entrevistaron con Macià.

Este renunció a la República Catalana a cambio de que se creara la Generalitat de Cataluña, como órgano de gobierno, y se aprobara un Estatuto de Autonomía. Esta nueva institución no debe confundirse con la Diputación del General del Principado de Cataluña, que dependía de las Cortes Generales, se encargaba de recaudar y administrar impuestos y era, por así decirlo, una agencia tributaria. Por lo tanto, la Generalitat se fundó en 1931 y no en el 1289, como pretenden los nacionalistas.

Volviendo a la citada imagen, los dos primeros personajes que aparecen son Enric Prat de la Riba y Josep Puig i Cadafalch, pero estos nunca fueron presidentes de la Generalitat. Sí que encabezaron una institución política, que duró poco más de 11 años, llamada Mancomunidad de Cataluña, una institución que agrupó, de 1914 a 1925, a las cuatro diputaciones catalanas en un único ente regional.

Su misión era recuperar la unidad rota por la división provincial de 1833. En su momento se la consideró un instrumento al servicio de la burguesía catalana, pues la promovieron los dirigentes de la Lliga Regionalista. Nunca tuvo poder legislativo ni de gobierno, pero sí consiguió cohesionar el territorio.

Enric Prat de la Riba es el fundador de la Lliga Regionalista y primer presidente de la Mancomunidad. Los nacionalistas dicen que estuvo en prisión, lo cual es cierto, pero no por motivos políticos, sino porque era el director del diario La Veu de Catalunya, vinculado a la Lliga.

Prat de la Riba (tercero por la izqda), junto a otros político de la Lliga, en 1912

Prat de la Riba (tercero por la izqda), junto a otros político de la Lliga, en 1912Wikimedia

En 1902 reprodujo una carta publicada en el diario L’Indépendent de Perpiñán, firmada por los dirigentes de un sindicato vitícola que especulaban con una Cataluña libre. Se sometió a un consejo de guerra, acusado de delito de rebelión, estuvo encarcelado del 2 al 7 de abril de 1902. Dos años después fue nombrado presidente de la Mancomunidad y nunca más volvió a la cárcel.

Por su parte, Puig i Cadafalch fue, junto a Lluís Domènech i Muntaner y Antonio Gaudí, uno de los más importantes arquitectos catalanes de ese periodo. Miembro de la Lliga, a la muerte de Prat de la Riba fue nombrado segundo presidente de la Mancomunidad, y estuvo en el cargo de 1917 a 1924. Nunca estuvo en la cárcel. Al estallar la guerra civil huyó a Francia, por miedo a que lo asesinaran. Pero no temía al llamado «bando nacional», sino a los anarquistas y miembros de ERC que dominaban la represión en la retaguardia catalana.

Francesc Macià

Francesc Macià estuvo en la cárcel y exiliado, es cierto, pero no por ser presidente de la Generalidad, sino por intentar dar un golpe de Estado en 1926. En el conocido como Complot de Prats de Molló, intentó invadir militarmente Cataluña para conseguir su independencia. En ese momento proclamaría la República Catalana, cosa que también hizo en 1931, de manera ilegal pero sin efectivos militares. Es decir, Macià es el hombre de los dos golpes de Estado frustrados.

Detenido y trasladado a París para ser juzgado. Lo condenaron a dos meses de cárcel y, como ya llevaba un tiempo encarcelado, lo pusieron en libertad. Tuvo que pagar una multa de 100 francos por tenencia ilícita de armas. El gobierno francés lo expulsó a Bélgica, país al que se fugaría, décadas más tarde, Carles Puigdemont.

Joan Casanovas

Aunque lo señalan como tal, Joan Casanovas nunca fue presidente de la Generalitat de Cataluña. Su trayectoria política lo llevó a ser consejero primero, primer vicepresidente y consejero de Fomento, en los gobiernos encabezados por Macià y Companys. De 1933 a 1938 fue presidente del Parlamento de Cataluña.

Su exilio se debió al miedo que los suyos lo asesinaran, ya que Casanovas formó parte del complot que quería asesinar a Companys. Al fallar, tuvo que exiliarse a finales de noviembre de 1936. En 1937 se entrevistó con Franco y le prometió que Cataluña le sería fiel, pero a cambio debía mantener sus instituciones. Franco no le hizo caso. Al no estar bien visto ni por los anarcosindicalistas ni por la ERC, que lo consideraban un traidor, se exilió definitivamente en 1938, antes de que lo asesinaran.

Jordi Pujol

Es cierto que Jordi Pujol estuvo en prisión, pero —de nuevo— no por ser presidente de la Generalidad. Fue entre 1961 a 1962, en la cárcel zaragozana de Torrero. Tras repartir una serie de campañas antifranquistas, fue detenido y torturado la madrugada del 22 de mayo de 1960 en Barcelona. Lo juzgaron en consejo de guerra el 13 de junio de 1961. Politizó el juicio y lo convirtió en una lucha contra la dictadura.

Lo condenaron a siete años de cárcel. En octubre de 1961 se publicó en el Boletín Oficial del Estado la noticia de que, para conmemorar los 25 años de Franco como jefe del Estado, se concedería un indulto. Pujol redactó una carta para poderse beneficiar de él y se la mandó al Capitán General de la Cuarta Región. Le rebajaron la pena y lo indultaron el 24 de noviembre de 1962.

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