Marius Dima, en la sede de la cooperativa Con+pasión, en Badalona

Marius Dima, en la sede de la cooperativa Con+pasión, en BadalonaG. Altarriba

Reportaje

De vivir en la calle de Badalona a fabricar en familia jabones artesanos: «Sin Dios esto no podría existir»

Nacida en la parroquia de San Sebastián, la cooperativa Con+Pasión emplea a doce personas rescatadas de la exclusión social

Cuando uno entra en el despacho de la cooperativa Con+Pasión, al primero que se encuentra es a Rembrandt. En concreto, una reproducción de El retorno del hijo pródigo, un óleo que encarna el núcleo de este proyecto nacido en la parroquia de San Sebastián, en Badalona: un camino de vuelta a casa para aquellos que, como el protagonista de la parábola, estaban perdidos y han sido hallados.

Con+Pasión se presenta a sí misma como una cooperativa sin ánimo de lucro «que desarrolla proyectos e iniciativas económicas sostenibles que ayudan a desarrollar el talento, recuperar oficios manuales y fomentar la inclusión laboral de personas en riesgo de exclusión». En la práctica, esto se traduce en un equipo entusiasta formado por personas rescatadas de la calle o de la adicción que fabrican jabones artesanos, galletas o mochilas portabebés.

Algunos de los jabones elaborados por la cooperativa

Algunos de los jabones elaborados por la cooperativaSalvia Vera

«Creo que nadie tenía previsto que esto fuera posible, pero al final se juntaron muchas cosas», explica Magalí, una de las voluntarias que colaboran en la cooperativa, codo con codo con los doce empleados que forman parte actualmente de Con+Pasión. «A mucha gente le puede parecer una utopía, pero la realidad es que funciona: además, por estatutos aquí todo el mundo tiene el mismo sueldo, independientemente de si está rallando jabones o dirigiendo la empresa», añade.

«Techo y comida no son suficiente»

El origen de Con+Pasión tiene nombre propio: el sacerdote diocesano Felipe Simón, que llegó a la parroquia de San Sebastián en 2010 con muchas ganas de hacer cosas. Entre otros proyectos –fue pionero en acoger retiros de Emaús, y abrió una capilla de Adoración Perpetua–, reunió a un grupo de voluntarios para salir cada semana a repartir comida a las personas sin techo, como «excusa» para conocerlas y poder ayudarlas.

En una de estas salidas conocieron a Marius Dima, un joven que se escondía de ellos, pensando que eran unos frikis… y que hoy es uno de los pilares de la cooperativa. Recuerda con agradecimiento cómo, a pesar de su reticencia, se preocuparon por él: «En mi vida pasada yo trabajaba, pero era un trabajo malo, en clubes nocturnos… pasé por un periodo muy malo y llegué a la calle», relata.

«Cuando quieres ayudar a una persona a salir de la calle –explica Dima– no es suficiente con techo y comida, tienes que darle un trabajo para ayudarla a evolucionar». Eso fue, precisamente lo que el padre Simón y otros miembros de la parroquia hicieron con él y otros. Crearon la Fundación Domus Misericordiae Sant Josep y les ofrecieron un piso de acogida, pero faltaba la tercera pata, el empleo. «A alguien se le ocurrió hacer jabones naturales», comenta Magalí.

Dicho y hecho. En 2022, la Cooperativa Con+Pasión echó a rodar fabricando jabones en los propios locales de la parroquia, y poco a poco fue añadiendo áreas de trabajo, todas sobre la marcha y de forma providencial. El actual jefe de la cooperativa, por ejemplo, vivió una conversión tras sufrir un coma y decidió reorientar toda su vida laboral para ayudar a los demás, así que cedió su máquinas de bordar y empezó a trabajar en la cooperativa.

Guiados por la providencia

«Lo que hemos formado es como una gran familia», asegura Dima. Esta forma de vivir el trabajo, priorizando a las personas, se percibe en todos los niveles de la empresa. Desde la hora de la comida –«desde el primer día comemos todos juntos, para estrechar lazos y conocernos mejor»– a la gestión de los beneficios: «Cuando facturamos más de lo normal, no nos subimos el sueldo, sino que cogemos a un empleado más, le damos una oportunidad a una persona más», explica el trabajador.

Fachada de la parroquia de San Sebastián, en el barrio del Pomar, en Badalona

Fachada de la parroquia de San Sebastián, en el barrio del Pomar, en BadalonaG. Altarriba

Dima, además, tiene muy clara la dimensión vertical de su trabajo, ya que también vivió su propia conversión en esta parroquia. «Yo nací en Rumanía y fui bautizado en la iglesia ortodoxa, pero no tenía fe», explica, y señala que conoció a Dios en esta comunidad de Badalona. De hecho, reconoce la mano de la providencia en todo lo ocurrido: «Sin Dios esto no podría existir», asegura.

Para Dima, la presencia de Dios se nota en todo: «Empezando de la nada, hemos encontrado muchísimas barreras, pero siempre ha habido una solución: cuando menos te lo esperas, llega», asegura. «Xavi [el jefe de la cooperativa] siempre dice que san José quiere que esto salga adelante, y la verdad es que siempre, cuando parece que no llegamos a fin de mes, entra un pedido grande», explica Magalí, e insiste: «Las nóminas se pagan de los pedidos, no queremos vivir de subvenciones».

Cuatro marcas

Actualmente, Con+Pasión abarca cuatro marcas: los jabones y champús naturales Salvia Vera –que se pueden comprar online o en varios puntos de venta físicos, incluyendo las tiendas de la cadena Natura–; la marca de sastrería y ornamentos litúrgicos FilGod –aunque también fabrican camisetas o portabebés–; la firma de merchandising Bigger Things, y las galletas Sabe a gloria, que por el momento solo se pueden comprar en esta parroquia de Badalona.

Desde la cooperativa aseguran que sus clientes «vienen por lo que somos, pero se quedan por lo bien que hacemos el producto». ¿Y mirando hacia adelante? Adelantan proyectos para consolidar la infraestructura de los talleres, y no se cierran a explorar nuevas vías, como expandir el negocio de Sabe a gloria más allá de la parroquia. Todo ello con el convencimiento de que el futuro del proyecto depende, en última instancia, de aquel que, abrazando al hijo pródigo, corona su despacho.

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