(Foto de ARCHIVO)
El mercado del Ninot acoje una prueba piloto para estimar el aforo en espacios públicos mediante WiFi.

AYUNTAMIENTO DE BARCELONA
18/4/2021

Fachada del mercado del Ninot, en una imagen de archivoAyuntamiento de Barcelona

Barcelona

El mercado de Barcelona que tiene su origen en el vino barato y en un mascarón de Proa

Un pequeño grumete da nombre a uno de los mercados más emblemáticos de la ciudad

El Mercado del Ninot, ubicado en el Eixample de Barcelona, tiene un origen curioso que remonta a finales del siglo XIX. Su nombre proviene de una figura de madera, un mascarón de proa que presidía una popular taverna en la zona.

Este mascarón representaba a un joven grumete con gorra y certificado náutico, y era la pieza central de la taberna de Rafael Martí, ubicada en el número 9 de la calle de València. La historia cuenta que la hija del dueño, al ver la figura durante el desmantelamiento de un barco en la Barceloneta, se enamoró de ella y la instaló sobre la puerta del establecimiento. Pronto, la taberna se hizo famosa por vender vino barato, y la gente comenzó a decir que iba «a comprar vino al Ninot».

La zona fue adquiriendo notoriedad comercial y acabó siendo conocida como «El Ninot». A finales del XIX, cerca de la fábrica Batlló, se montó un mercado ambulante que tuvo mucho éxito, aunque el Ayuntamiento de Barcelona presentó varios conflictos por considerarlo una competencia desleal. Fue en 1892 cuando el Ayuntamiento de las Corts de Sarrià decidió habilitar un solar cerca del actual mercado para instalar un nuevo espacio comercial, que abrió en 1893.

De mercado ambulante a referente de la ciudad

El mercado original fue a cielo abierto y, aunque la gente lo conocía como el Mercado del Ninot, oficialmente se le dio el nombre de Mercado del Avenir. No fue hasta 1933, con la construcción de una estructura metálica diseñada por Antoni de Falguera y Joaquim Vilaseca, cuando el mercado se cubrió, y durante la Segunda República adoptó su nombre definitivo. Sin embargo, tras la Guerra Civil, la dictadura franquista prohibió este nombre. Afortunadamente, con la llegada de la democracia, el mercado recuperó su nombre popular.

En 1983, una copia de la figura del grumete fue instalada en la fachada del mercado en bronce, y la figura original, que representa a un niño con un certificado náutico, se encuentra actualmente en el Museo Marítimo de Barcelona.

Un mercado renovado y moderno

El actual Mercado del Ninot fue completamente renovado en 2015, tras una reforma que duró cinco años, diseñada por el estudio MAP Arquitectes. Durante la remodelación, los comerciantes se trasladaron a una carpa provisional. Hoy en día, el mercado cuenta con 41 puestos de alimentación, 14 de restauración y una variedad de artículos como moda, cosmética y lencería, convirtiéndose en un referente comercial y cultural de la ciudad.

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