Elecciones 28-M Sánchez saca pecho de la ley de Vivienda y llama a «llenar las urnas de puños y rosas» el 28-M
El presidente del Gobierno asegura que el texto arreglará un «problemón» y ve «optimismo en la calle» frente al «apocalipsis» previsto por el PP
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha celebrado este mediodía uno de los principales actos de la campaña electoral con vistas a los comicios del próximo 28 de mayo. Para movilizar a los suyos, el líder socialista les ha instado a «llenar las urnas de puños y rosas».
Desde Valencia, donde la formación no solo se juega mantener la presidencia autonómica, sino buena parte del futuro político de su líder a partir de diciembre, el jefe del Ejecutivo ha pronunciado un discurso centrado buena parte de él en defender la ley de Vivienda que saldrá adelante esta misma legislatura.
Así, ha calificado el texto aprobado con sus socios de gobierno y con sus habituales aliados parlamentarios de Esquerra Republicana de Cataluña y EH Bildu como «un gran hito, un logro», pero «no del Gobierno progresista, sino de la gente» porque viene a solucionar el «problemón del acceso a la vivienda».
Para Sánchez, la política de Vivienda que se ha llevado en España ha sido «la del Partido Popular», enfocada a convertir «un derecho constitucional en mercancía», algo que todavía a día de hoy el país sigue «pagando en términos de desigualdad».
Especulación y «sobrecitos»
Por contra, el modelo que el Ejecutivo y el Partido Socialista sostienen se orienta a derribar «el viejo mantra neoliberal» que propone «liberalizar el suelo» y que en su día ya produjo «cebar la burbuja inmobiliaria» y auspició «la especulación, además de los sobrecitos».
Asimismo, el presidente se ha mostrado en contra de llevar a cabo políticas «de bonificaciones fiscales» porque, según ha indicado, «solo benefician a los promotores». También ha rechazado la «privatización de la vivienda pública».
Sobre ello, el líder de los socialistas ha señalado que con la derecha en las instituciones «siempre pasa lo mismo» y se «privatizan las ganancias y cuando vienen mal dadas se socializan las pérdidas».
Siguiendo con el eje de su intervención, Sánchez ha lamentado que el parque público de viviendas en España solo sea del 3% frente al 9% de la Unión Europea o el 20% de algunos «países avanzados». Con tal de lograr una equiparación al respecto, se ha comprometido a que en un futuro, el país tendrá el 20% de la vivienda de titularidad pública. Ahora bien, no ha puesto fecha para ello.
Con el nuevo texto que saldrá adelante, el presidente del Gobierno busca revertir el contexto actual de la vivienda, que es «un derecho constitucional, pero no real» y una muestra de ello es la «absoluta incapacidad» de los jóvenes para poder emanciparse.
Como consecuencia, el secretario general del PSOE ha asegurado que «el 70% de la desigualdad es producto de la dificultad cuando no imposibilidad para acceder a una vivienda digna». En comparación con Europa, España es, ha dicho el líder socialista, «el cuarto país con más sobreesfuerzo financiero para pagar el alquiler».
De hecho, tal como ha detallado, la evolución del precio del metro cuadrado entre 2014 y 2021 de la vivienda en propiedad ha aumentado un 11%, mientras que el de los alquileres lo ha hecho un 45%.
Más allá de la ley de Vivienda y con un tono electoral aún más explícito, Sánchez ha afirmado que el 28 de mayo «merece la pena votar al Partido Socialista». En apenas un mes se tratará de «elegir» entre la opción de la derecha que identifica «reformas con recortes» frente a una izquierda que lo hace con «dignidad».
En este sentido, le ha augurado «poco futuro y porvenir» al Partido Popular como «profetas» por vaticinar «el apocalipsis económico» cuando las playas y los hoteles están «llenos» y se respira «optimismo en la calle».
En este sentido, ha vuelto a repetir la manida frase que pronuncia en casi todos sus mítines y comparecencias institucionales. Esta es la de que aunque el Gobierno ha tenido que gestionar enfrentándose a una pandemia, a un volcán, a ‘Filomena’ y ahora a una guerra en Ucrania, todo irá a mejor «cuando el viento sople a favor».
A pesar de que el Ejecutivo ha hecho frente «a muchas dificultades», Sánchez ha pedido a los asistentes al mitin que hagan un análisis de la situación con «perspectiva» y así verán que España está «creando empleo como no ha creado nunca». Igualmente, ha presumido de tener una inflación «de las más bajas de la Unión Europea» a la par que ha despreciado los discursos propios de «curanderos y telepredicadores».
La polémica de Doñana
En cambio, ha definido al Partido Socialista como «el arquitecto del Estado del Bienestar», a lo que ha añadido que su formación se muestra orgullosa de sentirse «feminista y ecologista».
Respecto a lo primero, el presidente ha aseverado que ni él ni su formación tienen «ningún problema en compartir la bandera del feminismo con nadie». «Todo lo contrario», ha insistido, porque el movimiento feminista «no es cosa de mujeres, sino transversal», en una clara alusión a Unidas Podemos.
Sobre el ecologismo, Sánchez ha alertado de que la emergencia climática está «acelerándose de forma vertiginosa» y para frenarlo ha apostado por la «descarbonización» de cara a una «transición verde» y «legar un planeta habitable».
El secretario general del PSOE ha hecho una expresa mención a la polémica sobre Doñana, un parque «patrimonio mundial». Así, ha afeado al PP en general y a Juanma Moreno en particular su «mala costumbre de no hacer caso a la Comisión Europea, a la ciencia ni a la Unesco».
En esta línea, les ha reprochado su «soberbia, arrogancia y empecinamiento» a la hora de «no reconocer un error» que es un «atropello» y que el Gobierno va a «frenar» con «todos los instrumentos del Estado».
El discurso de Sánchez ha sido la clausura de la Conferencia Municipal de la formación en aras de coordinar y movilizar a los candidatos locales del 28 de mayo. Arropando al presidente han estado destacados alcaldes socialistas como el de Vigo, Abel Caballero, el de Valladolid, Óscar Puente, y candidatas como Reyes Maroto o Carolina Darias.
También buena parte del Consejo de Ministros, el presidente del Senado, Ander Gil, y altos dirigentes de la organización como Santos Cerdán. Al celebrarse en Valencia, el anfitrión ha sido el presidente regional, Ximo Puig, cuya relación con Sánchez está rota.
De hecho, los gestos de complicidad entre ellos han sido prácticamente los justos si se dejan a un lado los que el protocolo y la propia escenificación política marcan.