Ximo Puig y Diana Morant, en una imagen de archivo

Ximo Puig y Diana Morant, en una imagen de archivoEduardo Manzana / Europa Press

El PSPV trata de dejar atrás la gestión bajo sospecha de Puig con una nueva etapa teledirigida desde Ferraz

Los socialistas valencianos consuman este viernes la entronización de Diana Morant como nueva líder en un momento en el que la gestión de su predecesor está más en entredicho que nunca

Casi dos meses después de que Ferraz dinamitase las primarias en el PSPV e impusiese a la ministra de Ciencia, Diana Morant, como nueva líder, se produce el relevo oficial que pone punto y final a los 12 años en los que Ximo Puig ostentó la secretaría general, ocho de ellos como presidente de la Generalitat Valenciana, en una época en la que según pasan los meses le afloran más sombras que luces.

Los socialistas valencianos celebrarán a partir desde este viernes hasta el domingo en Benicasim (Castellón) el congreso extraordinario con el que escenificarán la apertura de una nueva etapa en la que tejerán los mimbres para intentar recuperar el Gobierno regional de la mano de la dirigente de Gandía.

El evento contará con la presencia de algunos de los principales políticos del PSOE y de Moncloa, con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al frente, quien lo cerrará con un discurso el domingo. Además, asistirán la vicepresidenta primera del Gobierno y titular de la Cartera de Hacienda, María Jesús Montero, y la portavoz del Ejecutivo y ministra de Educación, Pilar Alegría.

Todos los apoyos son pocos para aupar a Morant como la séptima secretaria general en la historia de un PSPV-PSOE ávido de cambios tras el fracaso electoral de las elecciones municipales del pasado 23 de julio. La ministra de Ciencia, quien ha multiplicado las apariciones públicas en la Comunidad Valenciana en estos últimos meses, se convertirá en la primera mujer en liderar la federación socialista valenciana, será proclamada el sábado.

Es entonces cuando planteará su propuesta de ejecutiva, en la que ocuparán cargos destacados los presidentes provinciales del PSPV de Alicante y Valencia, Alejandro Soler y Carlos Fernández Bielsa, quienes pasarán a hacerse cargo de la presidencia y la vicesecretaría del partido en la región después de que el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, los llamara a filas a Ferraz para que desistieran de presentarse a las primarias y allanasen el camino a su nueva jefa.

Cerco a la gestión de Puig

Y si Morant pasa a ser la cara visible de los socialistas valencianos, Puig, quien está previsto que intervenga con un discurso de despedida, quedará opacada, al poner tierra de por medio con su nuevo puesto en París: embajador de España ante la OCDE. Por el momento, el de Morella ya ha enviado una carta a la militancia en la que apunta a que deja el cargo en un momento en el que el PSPV afronta su nueva etapa con «cohesión interna» y con «una líder más preparada que nunca».

Omite Puig en su misiva hablar de que esa «cohesión» es en realidad ausencia de democracia interna y tampoco se refiere a su última etapa de gobierno, que está ahora bajo sospecha después de que un informe de la Intervención General de la Generalitat correspondiente a la ejecución del Plan Anual de Auditorías del Sector Público 2023 sobre el ejercicio de 2022 haya aflorado distintas «irregularidades», según ha denunciado el Gobierno de Carlos Mazón, que llevará a cabo una «auditoria forense» para analizar «cómo se ha gastado el dinero de los valencianos».

Y es que la Intervención ha detectado en sus controles ordinarios, ha comprobado cómo, por ejemplo, durante ese periodo se efectuaron más de 5.000 contrataciones temporales sobre un total de 8.000 sin la preceptiva autorización, o que se recibieron bienes y servicios sin expediente de contratación por 117,2 millones y que 18 entidades realizaron un uso incorrecto de contratos menores.

Estos y otros hechos vienen a «corroborar esa preocupación que tenemos en el Consell por los desmanes y por la forma de gestionar» durante el mandato del Botánico, encabezado por Puig, en palabras de la portavoz del Ejecutivo valenciano y consejera de Hacienda, Ruth Merino. Desde las filas socialistas, sin embargo, contraatacan aludiendo al expresidente valenciano Eduardo Zaplana, que está siendo juzgado desde este jueves, para compararlo con Mazón y su Gobierno que, al menos por ahora, sigue inmaculado.

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