Los síndicos de Compromís y PSPV en las Cortes Valencianas, Joan Baldoví y José Muñoz

Los síndicos de Compromís y PSPV en las Cortes Valencianas, Joan Baldoví (izqda.) y José Muñoz (dcha.)Manuel Bruque / EFE

Comunidad Valenciana

PSPV y Compromís salen en defensa de la Ser frente a Camps solo un mes después de iniciar su cruzada mediática

La izquierda valenciana, que hace apenas 30 días elaboraba una suerte de lista negra de «pseudomedios», se indigna ahora tras la discusión del expresidente 'popular' con un dirigente de la radio de Prisa y se erige como férrea defensora de la libertad de prensa

La acalorada discusión mantenida este lunes entre el expresidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps y el director de la cadena Ser en la Comunidad Valenciana, Bernardo Guzmán, ha provocado una fuerte indignación en la izquierda regional.

Camps, que acaba de ser absuelto de su décima causa judicial, la última que tenía pendiente, se enganchaba ante las cámaras de la televisión autonómica valenciana, À Punt, con el periodista de la radio de Prisa, quien le afeaba al exdirigente del Partido Popular que seguía teniendo responsabilidades políticas, pese a su triunfo en los tribunales.

Camps, aunque luego acabaría cediendo, en un primer momento se negaba a responder al dirigente de la Ser, quien, en sus palabras, lleva «15 años» atacándole «personal y políticamente». Este rifirrafe lo aprovechaban a continuación el PSPV y Compromís para atacar al antiguo líder del Ejecutivo regional y de paso al Partido Popular, haciendo una defensa de la libertad de prensa que contrasta sobremanera con la cruzada contra la prensa crítica emprendida hace solamente un mes.

Así, el síndico del PSPV en las Cortes Valencianas, José Muñoz, apuntaba a que el encontronazo entre Camps y el informador era «una demostración más de que no acepta la libertad de expresión y que quiere amordazar a los periodistas». «El problema no es Camps, sino el ADN del Partido Popular», se despachaba el portavoz socialista, según declaraciones recogidas por Europa Press.

Cabe recordar que Muñoz, hace poco más de 30 días, se refería a El Debate como un «pseudomedio de comunicación» que publicaba «mentiras y bulos», alimentando, así, la campaña del presidente del Gobierno y su jefe de filas, Pedro Sánchez, de confrontación contra los medios que no le son afines. Un movimiento iniciado después de su supuesto periodo de reflexión tras conocerse las informaciones comprometedoras sobre su mujer, algunas de ellas desveladas por este diario.

Francisco Camps y el director de la Cadena Ser en la Comunidad Valenciana, durante su discusión

Francisco Camps y el director de la Cadena Ser en la Comunidad Valenciana, durante su discusiónÀ Punt Mèdia

La diputada del PSPV Mercedes Caballero emitía después un comunicado en el que indicaba que «queremos que quede constancia del intento de censura por parte del PP, esta vez en boca del expresident Camps pero con la responsabilidad del actual president de la Generalitat, Carlos Mazón, porque vuelven estas actitudes antidemocráticas y de censores de los medios de comunicación públicos donde los representantes del PP creen que tienen el poder absoluto para hacer, decir y gestionar como a ellos más les convenga».

«Retrotrae los peores tiempos del PP»

Desde Compromís tampoco se quedaban atrás. Un partido que hace solo un puñado de semanas, al igual que el PSPV, elaboraba una relación de medios críticos a los que no había que financiar publicitariamente desde el Ayuntamiento de Valencia. Todos ellos con líneas editoriales críticas con la izquierda y el nacionalismo, y en ambos casos con El Debate encabezando esa suerte de lista negra.

El portavoz de Compromís en la Cámara autonómica, Joan Baldoví, tachaba la discusión de «espectáculo en la televisión pública valenciana que retrotrae los peores tiempos del Partido Popular». Según Baldoví, Camps «quiere decidir qué periodistas le pueden hacer preguntas, qué periodistas no le pueden hacer preguntas y qué tipo de preguntas le pueden hacer».

Asimismo, aseguraba que el Gobierno de coalición de PP y Vox, liderado por el 'popular' Mazón, quiere ejercer «un nuevo control de los medios de comunicación», a raíz de la futura nueva ley de À Punt, evidenciando, como en el caso socialista, su doble vara de medir respecto a los medios de comunicación en función de si son más o menos favorables a sus planteamientos y prácticas políticas.

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