La izquierda fía todo al Orgullo para desgastar los gobiernos de PP y Vox en Valencia y la Generalitat

Pocas polémicas tan pasajeras habrán tenido tanto recorrido mediático y político como la celebración del Orgullo en 2024. Años atrás se hizo, sí, pero con mucha más calma social. A pesar de que la Generalitat Valenciana ha aumentado las partidas dedicadas al colectivo LGTBI y que el propio Ejecutivo autonómico ha apostado por esta festividad, hay determinadas asociaciones que parece que no quieran sumarse a tal evento.

Y es que el Orgullo está siendo el gran foco de polémica en la recta final del periodo de sesiones antes del comienzo de las vacaciones de verano. Y lo ha sido tanto en el Ayuntamiento de Valencia como en el ámbito autonómico. Por empezar por lo local, el último episodio se vivió cuando la portavoz de Compromís, Papi Robles, y otros concejales de su grupo quisieron colgar la bandera del colectivo aludido desde uno de los balcones laterales del Consistorio.

Lo estaba haciendo cuando un agente de la Policía Local le dijo que eso no lo podía llevar a cabo, lo que provocó una airada reacción no solo de la síndica nacionalista, sino también de sus compañeros de grupo, especialmente del que fuera edil de Movilidad durante la etapa de Joan Ribó, Giuseppe Grezzi, una persona siempre acostumbrada a las trifulcas.

Insultos a la alcaldesa de Valencia

Siguiendo en lo local, la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, ha sido objeto en las últimas horas de numerosos insultos en redes sociales por unas palabras sobre el hecho de no colgar la bandera LGTBI en el balcón del Ayuntamiento. Semejante hecho le ha valido en internet improperios tales como «hija de la grandísima puta»; «muy fea» o «vales menos que una mierda seca de una mosca». Cabe recordar que ni el PSPV-PSOE ni Compromís condenaron tales insultos.

Esa misma circunstancia la vivió el alcalde de Elche, Pablo Ruz. Tal como dijo el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, en sede parlamentaria, al primer edil ilicitano «le llamaban en el colegio maricón» y, por si no fuera suficiente, en los últimos días han propagado por su ciudad pegatinas y carteles aludiendo a su condición sexual. De nuevo, la respuesta de la izquierda fue callar: «¿Es porque es del PP?», se preguntó hasta cierto punto irónico Mazón.

Pero entre socios de gobierno la política también va servida de polémica en lo que al Orgullo se refiere. En términos autonómicos, la presidenta de las Cortes Valencianas, Llanos Massó, se ha desmarcado personalmente de la bandera LGTBI que se ha puesto en la sede de la soberanía regional, una iniciativa que ha salido adelante con los votos a favor del Partido Popular, PSPV-PSOE y Compromís y con el rechazo de Vox.

En lo referente a lo provincial, la votación ha sido, cuanto menos, llamativa. En esta ocasión, ha sido la izquierda la que se ha unido a Vox. Aún con esa curiosa alianza, el Ayuntamiento de Valencia se suma a la declaración institucional de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) con motivo del Día Internacional del Orgullo LGTBI. Así, la Junta de Gobierno Local aprueba este sábado la propuesta de adhesión, que ha presentado la concejal de Igualdad, Rocío Gil, en la que subraya la importancia del 28-J como «una fecha marcada en el calendario para ratificar el compromiso de las instituciones con la igualdad y con la defensa de los derechos de la comunidad LGTBI+ en nuestro país».

Por último, y dejando atrás el relato intencionado de la izquierda según el cual el Ayuntamiento de Valencia ignora la celebración del Orgullo, hay que recalcar que los eventos al respecto que se vienen llevando a cabo desde hace días se completan con la iluminación de la fachada del Consistorio con los colores de la bandera arco iris, que ya se llevó a cabo durante el fin de semana pasado, y que repite en los mupis digitales junto al edificio municipal.