José Vicente y Charo en la playa de San Gabriel

José Vicente y Charo, en la playa de San Gabriel de AlicanteEFE

El doble desahucio de Charo y José Vicente: primero de su casa y ahora de una playa de Alicante

Esta familia ha sido desalojada de su vivienda por una deuda de 1.200 euros y ahora la Policía Local ha ordenado retirar la tienda de campaña con la que se resguardaban en el arenal de San Gabriel

Charo Ortiz y José Vicente Roca, una pareja de Alicante, se encuentran en una situación límite. Tras 27 años juntos, han tenido que trasladar su vida a un trastero y, desde julio, vivir en la playa de San Gabriel, después de ser desahuciados de la vivienda que alquilaban. A pesar de contar con unos ingresos de aproximadamente 1.000 euros al mes, el elevado coste del alquiler y la falta de acceso a una vivienda social han dejado a esta familia sin techo.

El desahucio ocurrió en julio, cuando la pareja acumuló una deuda de 1.200 euros por impagos en su alquiler, un piso en el que vivían desde hacía siete años. Aunque Charo consiguió una ayuda de 900 euros para saldar parte de la deuda, no fue suficiente para evitar el desalojo. Desde entonces, no han encontrado un nuevo hogar, enfrentándose a los altos precios de los alquileres en la ciudad. «Los alquileres están tan altos que es imposible», lamenta Charo en declaraciones a Efe.

Con una hija de 18 años estudiando un grado medio de Atención a la Dependencia, Charo y José Vicente priorizan los estudios de la joven, a quien han alquilado una habitación por 250 euros mensuales. «Es una chica de dieces y lo más importante es que siga con sus estudios», explica Charo a Información. Mientras tanto, el matrimonio paga 290 euros adicionales para almacenar sus pertenencias en un trastero, donde han guardado los recuerdos de casi 30 años de vida en común.

Ocho años esperando una vivienda

La pareja lleva ocho años en las listas de espera para acceder a una vivienda social, pero no han recibido ninguna respuesta. «Tenemos un informe de vulnerabilidad y el Ayuntamiento reconoce que nos correspondería una vivienda, pero nos dicen que no hay ninguna disponible», explica José Vicente a la prensa local Según datos del propio Ayuntamiento, hay casi 100 familias en la misma situación de emergencia habitacional.

Desde el 19 de julio, la pareja se ha visto obligada a vivir en la playa de San Gabriel, inicialmente en una tienda de campaña. Sin embargo, hace pocas semanas, la Policía Local les ordenó retirarla, ya que acampar en la arena está prohibido. Ahora duermen al raso, protegidos únicamente por un parasol que montan y desmontan diariamente. «Nos dijeron que nos marcháramos, pero ¿adónde vamos a ir?», se pregunta José Vicente según recoge el mismo medio.

Según relatan, la situación es aún más dolorosa para su hija, quien, aunque vive en una habitación alquilada, sufre al ver la condición en la que están sus padres. «Ella nos ve aquí y se pone a llorar. Está sufriendo», explica el padre. Pese a todo, la pareja no se rinde: «Aguantaré lo que sea necesario para que mi hija no se quede en la calle», afirma Charo. «Si llega un día que no pueda pagar la habitación de mi hija, lo siento en el alma, pero le voy a meter una patada a una puerta para que mi hija no se quede en la calle», añade con determinación.

La falta de alternativas ha llevado a esta pareja a un callejón sin salida. Con unos ingresos que apenas cubren los gastos de su hija y el trastero, se encuentran atrapados en una situación insostenible. «No queremos que nos regalen nada, solo una vivienda que podamos pagar, aunque esté destrozada. Yo la arreglaré», reclama José Vicente, según recoge Información, mientras siguen esperando una solución que no llega.

El caso de Charo y José Vicente no es único. Como reconoció el vicealcalde de Alicante, Manuel Villar, antes del verano, casi un centenar de familias en la ciudad están a la espera de una vivienda social, un recurso que no cubre la creciente demanda.

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