La curiosa medida de Valencia para evitar atropellos: ocultar a los coches los semáforos de peatones
El Ayuntamiento ha elaborado un estudio sobre siniestralidad en la ciudad y ha avanzado una serie de soluciones para tratar de reducirla
Valencia ha realizado la primera auditoria de los cruces y puntos urbanos que registran una mayor siniestralidad, con el objetivo de detectar las circunstancias que potencian la mayoría de los incidentes, y tomar medidas dirigidas a reducir el número y la gravedad de éstos. La más curiosa, ocultar a los coches los semáforos de peatones.
En concreto, en el tramo Cardenal Benlloch-avenida del Puerto, donde de los accidentes con víctimas que se han analizado, en un 44 % están implicados turismos, en un 29 % motocicletas y en un 17 % usuarios vulnerables (ciclistas, VMP y peatones).
En este modelo de intersección en cruz semaforizada donde existe presencia de transporte público y carril bici de diferente tipología en los dos ejes que la intersectan, uno de los mayores problemas son las colisiones entre los vehículos que apuran la marcha cuando el semáforo está en ámbar y los que salen antes de tiempo al ver parpadear el semáforo de los peatones/ciclistas. La propuesta de solución consistiría en este caso en evitar la coincidencia de estas fases semafóricas y, también, en colocar viseras en los semáforos de peatones para ocultar la fase semafórica a los vehículos.
Otro conflicto es la ocupación del carril bici por parte de los vehículos que provienen de la avenida del Puerto y van hacia Cardenal Benlloch. Las soluciones pasarían por canalizar el giro con señalización y mejorar la visibilidad del cruce retirando el mobiliario que dificulta ver con antelación a las personas usuarias del carril bici.
También se generan situaciones de peligrosidad en el giro de Eduardo Boscá hacia la avenida del Puerto, por lo que se propone señalizar los carriles y marcar la dirección para evitar los cruces indebidos.
Finalmente, se plantea trasladar la marquesina de la EMT de la avenida del Puerto y aumentar la longitud de parada para mejorar la seguridad peatonal, evitando así bloquear el paso de peatones transversal. Las propuestas incluyen también estrechar los carriles del tramo, para calmar el tráfico y evitar los excesos de velocidad, modificar la señalización vertical para aclarar las direcciones de cada uno de los carriles (buscando un correcto posicionamiento de los vehículos), y generar puntos de almacenamiento de bicis en la infraestructura ciclista, según ha informado el Consistorio levantino en un comunicado.
«Hasta la fecha no se había realizado este tipo de estudios específicos, que son similares a los que realiza el Estado», ha explicado el concejal de Policía Local y Movilidad, Jesús Carbonell, quien ha subrayado que el objetivo de esta acción «es identificar la deficiencias y omisiones, a la vez que determinar las posibles soluciones, a corto y largo plazo». «Además –ha añadido– si las medidas funcionan, se podrán extrapolar a otros puntos de la ciudad». De hecho, el proyecto, que ha presentado el edil este lunes, ya adelanta alguna de las medidas a tomar.
El trabajo de los auditores se ha basado en los datos sobre siniestralidad de que disponen la Policía Local y el Centro de Gestión de Tráfico, así como un «exhaustivo trabajo de campo», tal como ha explicado Carbonell. Se han analizado los ámbitos de la plaza de Zaragoza, los tramos de la avenida Cardenal Benlloch-Blasco Ibáñez y Cardenal Benlloch-avenida del Puerto, así como la Gran Vía Fernando el Católico-Ángel Guimerà. Los criterios para elegir los enclaves a auditar han sido los registros de accidentes significativos desde 2012, los problemas en la interacción entre las personas usuarias más vulnerables (peatones, bicicletas, vehículos de movilidad personal, VMP...) y el resto de los usuarios de la vía (transporte público, vehículos privados...). También se tenido en cuenta que haya habido reclamaciones de mejora de la infraestructura por parte de la ciudadanía, y que las soluciones técnicas sean extrapolables a otras infraestructuras asimilables de la ciudad.
El estudio ha sido realizado por un equipo técnico acreditado por la legislación estatal de carreteras, que ha seguido un procedimiento similar al que emplea el Ministerio de Transportes en sus auditorías de seguridad vial. Se han analizado tanto las características fundamentales de la infraestructura como del comportamiento de las personas usuarias, con el fin de revisar los aspectos relacionados con la seguridad en la circulación con el nivel de detalle suficiente y en relación con la normativa aplicable en cada caso.
«El estudio ha identificado las deficiencias y omisiones que comprometen la seguridad de la circulación, así como la magnitud del riesgo que originan», ha continuado el concejal. «La finalidad es disponer de toda la información para poder definir soluciones tanto a corto y medio plazo (mejora de señalización, de pavimentos, de regulación de intersecciones…) como a largo plazo (por ejemplo, cambios en la infraestructura)».
«Además también se ha puesto especial énfasis en obtener soluciones de carácter extrapolable al resto de la ciudad para aquellos emplazamientos donde se repita un problema de seguridad vial», ha añadido el concejal Carbonell, quien ha señalado que «ya con las conclusiones del trabajo en la mano, ahora vamos a analizar las propuestas para ir implementándolas en el próximo año: algunas son más complejas y otras podrán ponerse en marcha de inmediato», ha asegurado.
Otras medidas
En el caso de la plaza de Zaragoza, de los accidentes con víctimas que se han producido durante el periodo analizado, en el 46 % han estado implicados turismos, en un 26 % motocicletas y en un 24 % usuarios vulnerables (ciclistas, VMP y peatones). Tal como recoge el estudio, una de las mayores problemáticas detectadas en esta rotonda semaforizada con carril bici son los trenzados a la hora de salir de la glorieta hacia los ramales, donde se generan colisiones y situaciones de peligrosidad. También se ha detectado una acumulación de vehículos sobre el carril bici en salidas, donde el semáforo queda en ámbar para el tráfico a motor y verde para peatones y ciclistas. Para mejorar la situación en este punto, el estudio propone como solución principal señalizar carriles para canalizar los movimientos de los vehículos y lograr un correcto posicionamiento de estos.
Otras soluciones pasan por cambios en la regulación semafórica y pequeñas modificaciones de trazado del carril bici para generar zonas de acumulación y mejorar la interferencia con peatones, así como mejorar la visibilidad y el firme en algún punto.
De los accidentes con víctimas que se han producido en el tramo de la avenida Cardenal Benlloch-Blasco Ibáñez durante el periodo analizado, en un 49 % están implicados turismos, en un 24 % motocicletas y en un 20 % usuarios vulnerables (ciclistas, VMP y peatones). Actualmente existe un modelo de cruce tipo rotonda partida semaforizada y con carril bici en los dos ejes de la intersección, y las mayores dificultades se generan en los trenzados de salida hacia los ramales y en las altas velocidades de los automóviles. La propuesta de solución pasa por señalizar los carriles y canalizar los movimientos de los vehículos.
También se plantea cambiar la configuración de la rotonda partida a una rotonda normal, y según ha adelantado el concejal de Movilidad, esta medida se incluirá en los Presupuestos Municipales para el próximo ejercicio, 2025. De manera paralela, también se proponen cambios en la regulación semafórica, como replicar mediante iluminación y bandas de led en calzada el estado de semáforos en el paso de peatones de Clariano, reforzar la señalización del carril bici central, y mejorar de la visibilidad mediante poda de vegetales y recolocación de MUPIS.
De los accidentes con víctimas que se han producido en la Gran Vía Fernando el Católico con Ángel Guimerá durante el periodo analizado, en un 36 % están implicados turismos, en un 29 % motocicletas, en un 18 % autobuses y en un 15% usuarios vulnerables (ciclistas, VMP y peatones).
Dado que uno de los accesos a la estación de Metrovalencia de Ángel Guimerá –una de las más concurridas–, se encuentra en la mediana ajardinada de la Gran Vía, se produce un flujo de peatones grande y constante, que genera situaciones de peligrosidad y atropellos. Para solucionar este punto sensible, se propone ejecutar dos nuevos pasos de peatones (uno por sentido) para aliviar la presión del existente, modificando la regulación semafórica. Estos pasos se ubicarían a unos 15 metros del anterior y alineados con la entrada a la boca de metro.
Otro punto conflictivo es el tramo de Ángel Guimerá sito entre Guillem de Castro y la Gran Vía, pues muchos ciclistas y usuarios de VMP utilizan el carril EMT-Taxi para incorporarse a la Gran Vía. Es un punto donde, además, algunos vehículos realizan maniobras de giro también hacia la Gran Vía desde el carril izquierdo de Ángel Guimerá, y acaban cruzándose con autobuses que realizan su itinerario en recto.
Una propuesta de solución para esta circunstancia sería prohibir a los vehículos el giro a la derecha por Ángel Guimerá, entre Guillem de Castro y la Gran Vía (a excepción de la EMT y taxis), dado que el giro se puede realizar por las calles de Jesús, Gandía, Mestre Palau, Simón Ortiz y Quart. Otra solución sería crear un carril único para todos con avance para bicis para evitar el trenzado; o una ciclocalle junto con el carril EMT-taxi también con avance para bicis.
En esta intersección se plantea, además, reforzar la señalización horizontal de destino de los carriles para giro, mejorar la visibilidad mediante la poda de setos, calmar el tráfico mediante cinemómetros e instalar controles foto-rojo para comprobar el cumplimiento de la detención de vehículos en los pasos de peatones semaforizados.
Por último, sobre el carril bici de Fernando el Católico, se traslada la conveniencia de reforzar la señalización ciclista para alertar sobre la presencia de bicicletas y VMP en todo el ancho del carril Bus-bici compartido, en atención a la Guía de recomendaciones para el diseño de infraestructura ciclista del Ministerio de Transportes, y comunicar y dar difusión a los itinerarios ciclistas alternativos ya existentes en el entorno.
Por último, la auditoría ha hecho balance de las ventajas e inconvenientes de la ubicación de los carriles bici cerca de las paradas de autobús y propone, cuando el carril discurre por delante de las marquesinas, reforzar la señalización; mientras que cuando lo haga por detrás de éstas, se plantea mejorar la visibilidad en el acceso peatonal. Asimismo, se estudiará la posibilidad de colocar semáforos para ciclistas activados ante la presencia de un autobús detenido o en la aproximación a paradas con elevada demanda peatonal.
También se ha observado que se generan conflictos en el momento en que los peatones han de cruzar el carril bici para acceder a los contenedores de residuos. Se plantea, en este caso, alcanzar un espacio de separación viable entre el carril bici y los contenedores, y señalizar pasos de peatones transversales suficientemente seguros.
Los próximos pasos
El concejal Jesús Carbonell ha asegurado que la Delegación de Movilidad ejecutará las actuaciones de señalización, regulación semafórica y mejora de la accesibilidad y la visibilidad propuestas en el próximo ejercicio presupuestario, 2025, lo mismo que el proyecto de transformación de la glorieta de la avenida Blasco Ibáñez- Cardenal Benlloch.
Asimismo, analizará la movilidad de los peatones alrededor de las paradas de autobús para determinar un criterio de señalización tanto horizontal, como vertical o mediante semáforos en función de la intensidad. De forma paralela, se llevará a cabo un proyecto piloto de instalación de semáforos con detección de peatones que suban y bajen del autobús para alertar o frenar el carril bici en aquellas ubicaciones donde la elevada intensidad peatonal lo aconseje.
Además de lo anterior, se estudiará también la movilidad en aquellos puntos de cruce conflictivos entre peatón y carril bici que han sido objeto de petición por parte de la Policía Local o de la ciudadanía para analizar la conveniencia de reforzar la señalización horizontal, vertical o con semáforos. Se realizará seguimiento y evaluación de los resultados de siniestralidad después de acometer las actuaciones propuestas.
El delegado de Movilidad ha concluido su intervención adelantando la voluntad del Gobierno municipal de continuar realizando este tipo de auditorías de seguridad vial en los próximos años sobre los puntos más conflictivos de la ciudad, «con el fin de garantizar la seguridad en la circulación de todos los usuarios de la vía».