Denuncian la «presión» y el «asedio» nacionalista a las familias para que escojan valenciano en los colegios
Las asociaciones pancatalanistas se movilizan antes de la votación de la lengua en los centros educativos de la Comunidad Valenciana entre las críticas de las entidades en defensa del español
Antes de Navidad, las familias de la Comunidad Valenciana deberán votar cuál quieren que sea la lengua base en los centros educativos donde estudian sus hijos. La medida, contemplada en la Ley de Libertad Educativa, elaborada por el PP y apoyada por Vox, no ha entusiasmado a los defensores del español en las aulas. Pero mucho menos lo ha hecho en el caso de las asociaciones nacionalistas, separatistas o pancatalanistas, que están movilizándose contra la norma y presionando a las familias para que escojan el valenciano no pensando en el futuro de sus hijos, sino en el de la lengua en aras de la construcción nacional.
Lo dejaban a las claras recientemente en un coloquio organizado en Valencia por Plataforma per la Llengua, la «ONG del catalán», en el que resaltaban que «el nacionalismo político es importante porque da voluntad de seguir utilizando la lengua en un contexto que no lo hace fácil». «Una minoría de un 30 % activa es imparable. Hay que hablar en valenciano siempre y reclamar nuestros derechos», apuntaba uno de los ponentes en la charla, titulada, a las claras, «Lengua e identidad en el País Valencià».
Desde esta entidad comenzaban recientemente una campaña de presión en los exteriores de los centros educativos de la Comunidad Valenciana para «sensibilizar» a las familias de que «sólo la opción de estudiar en valenciano garantiza la competencia plena en las dos lenguas oficiales». «Debemos hacer del valenciano la 'lengua base' en la mayor parte de los centros educativos, tanto en las escuelas públicas como en las concertadas y tanto en la zona de predominio valencianohablante como en la que no lo es. ¡Movilízate!», apuntaban.
A esta organización, y a otras como Escola Valenciana, se sumaba hace unos días Famílies pel Valencià, que critica que «la ley deja en manos de las familias la elección de la proporción de asignaturas que vehiculará cada lengua durante las distintas etapas educativas». Para esta entidad, esta decisión no debería estar en otras manos que en la de «profesionales docentes, lingüísticos y pedagogos», ya que hay que «confiar en los y las profesionales de la educación cómo confiamos en el personal sanitario para recetar el mejor remedio contra las enfermedades». Unos «profesionales con los que deberíamos confiar para remontar, desde las evidencias científicas, la situación de minorización lingüística del valenciano».
Derecho a votar en libertad
Estas acciones han sido denunciadas desde las plataformas en defensa del español. Así, desde la Asociación Idiomas y Educación, que considera que «la mal llamada ley de libertad educativa es una imposición de libro para que avance la hoja de ruta separatista», apuntan a que «a los radicales no les parece suficiente». Sobre el manifiesto fundacional de Famílies pel Valencià critican que «no propone libertad de elección de lengua, en castellano o valenciano, sino que sean los dictadores de la imposición los que decidan el absurdo de minorizar la lengua española, a pesar de ser la lengua materna de la mayoría de los niños y también una de las tres más importantes del planeta».
«El español en la Constitución -recuerdan- es derecho y es deber, mientras que el valenciano solo es derecho en la legislación actual. ¿Nos estamos volviendo locos en este país? Lo entidad solo propone priorizar las segundas intenciones separatistas que se esconden detrás de esa imposición». Desde Hablamos Español, a su vez, llaman a que las familias puedan «elegir en libertad» que sus hijos puedan estudiar en su lengua materna, como defiende la Unesco, y lamentan que «los intolerantes los están presionando».