Consolidar el liderazgo interno y construir relato ante el juicio a Oltra: el doble gran reto de Baldoví

Apuntarse al gimnasio, dejar de fumar, aprender idiomas… Los propósitos que los españoles se hacen cada comienzo de año son tan extensos como, en no pocos casos, difíciles de que se terminen cumpliendo. Los de los políticos, siguiendo la misma línea, también suelen ser ambiciosos. Así, si el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, le confesó a un niño que a los Reyes Magos le había pedido que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se fuera, el portavoz de Compromís en las Cortes Valencianas, Joan Baldoví, desea que en 2025 su partido esté «más unido» y sea «más eficaz y mucho más reivindicativo».

No lo va a tener fácil el nacionalista, ya que a lo largo de los próximos 12 meses tiene un doble objetivo más que arduo, uno en términos generales y otro más en particular. Este último se refiere a que la que fuera líder de la coalición y vicepresidenta primera de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, se sentará en el banquillo de los acusados por su imputación sobre un supuesto encubrimiento de los abusos sexuales de su exmarido a una niña de 14 que el Ejecutivo regional tenía tutelada en un centro de menores.

Acusaciones de ‘lawfare’

Desde que la investigación se inició años atrás, el discurso de Compromís ha sido el de cargar contra los jueces y, al igual que varios ministros en casos como los de Begoña Gómez, el hermano de Sánchez o el fiscal general del Estado, apuntar a un lawfare de determinados togados:

«Hoy es un día en el que muchos demócratas perdemos un poco más de confianza en alguna justicia. Hoy algunos comencemos a pensar seriamente que si eres militante del PP predomina la presunción de inocencia y que si eres militante de algún otro partido progresista lo que vale es la presunción de culpabilidad» dijo Baldoví, erigiéndose en portavoz de la democracia, el día en que la Audiencia Provincial de Valencia reabrió la causa contra Oltra y la procesó.

Mientras el sumario iba engordando y las actuaciones sucediéndose, la formación nacionalista no ha cambiado nada de su relato, obviando que el caso Oltra fue una de las claves de bóveda para el descalabro electoral que Compromís sufrió el 28 de mayo de 2023 y que le apartó de los gobiernos de las principales instituciones autonómicas que hasta esa fecha integraba.

El segundo frente importante que deberá afrontar Baldoví en 2025 es el de su liderazgo interno. Tras el tropezón en las urnas, su cuestionamiento orgánico fue a más. Su gran rival de puertas hacia dentro por liderar la organización fue, precisamente, la que fue sucesora de Oltra, Aitana Mas, y a quien el síndico, haciendo valer su amplia trayectoria política, supo hacer renunciar a sus aspiraciones.

A los pocos meses de comenzar la presente legislatura en las Cortes Valencianas, la alicantina anunció que padecía un cáncer de mama, con lo que se vio obligada a apartar sus responsabilidades institucionales. Afortunadamente, antes de acabar 2024 fue la propia Mas la que anunció que se había recuperado de la enfermedad.

Sin embargo, Baldoví sabe a la perfección que el panorama en Compromís es más que complicado. A la pérdida de gran parte de su poder en distintos gobiernos y a la siempre complicada relación entre sus tres ‘familias’ (Més, el partido de Baldoví; Iniciativa del Poble Valencià, el de Oltra, y Els Verds) se le une el proceso de reconfiguración del partido, que aspira a dejar de ser una suma de multitud de siglas para convertirse en una formación al uso.