
El portavoz de Vox en las Cortes Valencianas, José María Llanos, tras intervenir, junto a Carlos Mazón
Los Presupuestos valencianos llegan a las Cortes con un clima de urgencia social e incertidumbre política
Solo el apoyo de Vox daría luz verde a unas cuentas públicas de Mazón centradas en la reconstrucción
Desde el pasado 29 de octubre, día en que estalló la dana, todo lo relativo a la política en la Comunidad Valenciana se cuece en una curiosa mezcla entre el famoso día de la marmota y alguna que otra novedad. Al respecto de este segundo ámbito, que las Cortes autonómicas vayan a recibir esta semana la Ley de Presupuestos de la Generalitat para 2025 es reseñable. Las cuentas estaban prácticamente completas a la vuelta de las vacaciones de verano, pero la gota fría lo cambió todo.
Sin embargo, y a pesar de la envergadura de la tragedia y de la reconstrucción, el Consell no ha apartado su misión de presentar ante el Parlamento, es decir, ante los representantes de los más de cinco millones de valencianos, unos Presupuestos. Un hecho que, llamativamente, troncha con lo dicho y hecho por el Gobierno central, incapaz de poner sobre la mesa unas perspectivas económicas y financieras como consecuencia de su retahíla de pactos con partidos de todo pelaje.
Las cuentas llegan a la Cámara presidida por Llanos Massó (Vox) este martes, pero el calendario al respecto ya está fijado. Así, entre los días 7 y 10 de marzo los diferentes consejeros comparecerán en comisión y allí explicarán las líneas maestras a seguir por sus respectivos departamentos.
Mazón y ‘sudar la camiseta’
Posteriormente, el trámite parlamentario irá avanzando con los debates de enmiendas a la totalidad y parciales hasta que se llegue a su discusión final, algo que se alargará hasta el mes de abril. Que las cuentas salgan o decaigan solo depende de Vox, puesto que PSPV-PSOE y Compromís es altamente dificultoso que las respalden.
El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y el portavoz de Vox en las Cortes Valencianas, José María Llanos
Es por eso que el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, y su equipo se afanan en amarrar un acuerdo con la formación de Santiago Abascal que permita una doble vertiente: aferrar los Presupuestos para dar aún más cobertura económica e institucional a los afectados por la dana y, al mismo tiempo, dotar al Ejecutivo autonómico de mayor estabilidad.
Ahora bien, Mazón tendrá que ‘sudar la camiseta’ casi hasta el último minuto. Con la negativa cerrada ya anunciada a que socialistas y nacionalistas se brinden a apoyarle, tan solo Vox puede darle ese balón de oxígeno. No le resultará sencilla dicha tarea, dado que Abascal y su núcleo más cercano siguen en su estrategia de ver al Partido Popular como enemigo y, por ende, de bloquear la aprobación de unos presupuestos a los que, hasta hace escasos meses, eran compañeros de no pocos consejos de Gobierno.
No obstante, y consciente de la dificultad extrema y sobrevenida, Mazón ha ido lanzando manos tendidas a Vox en las Cortes regionales, unos guantes que el portavoz de la formación en el Parlamento valenciano, José María Llanos, en ningún momento a rechazado.
Cosa bien distinta es lo que vaya a hacer, siguiendo la disciplina de voto, junto a sus compañeros de grupo en el Palacio de los Borja. La experiencia es un grado y de eso algo sabe Vox. Si no, que le pregunten al entonces vicepresidente primero y consejero de Cultura, Vicente Barrera, qué tal le sentó que, de manera unilateral, Abascal decidiera romper los gobiernos autonómicos en los que estaba con el PP.