La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, durante la Ofrenda a la Virgen de los Desamparados

La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, durante la Ofrenda a la Virgen de los DesamparadosAyuntamiento de Valencia

Catalá devuelve el fervor religioso institucional a Valencia: asiste a la Ofrenda y mete la Señera en la Seo

La regidora valenciana consolida que la etapa de Joan Ribó contra la Iglesia queda atrás y da un paso al frente en favor de las tradiciones locales

La gestión política que entre 2015 y mediados de 2023 llevó a término el ahora exalcalde de Valencia, Joan Ribó, con los siempre pertinentes e inquebrantables apoyos de sus socios del PSPV-PSOE, tuvo varios ámbitos de análisis y actuación. Sin embargo, el mínimo común denominador de todos ellos fue el mismo: un constante barniz ideológico en la mayoría de sus medidas aplicadas. El urbanismo fue una de sus claves de bóveda, apoyado por una ejecutoria del tráfico siempre criticada por los vecinos. Pero hubo un aspecto, si cabe, aún más claro y evidente: su radicalismo hacia todo lo que fuera y representara la Iglesia Católica.

Para muestra basta un botón. Y éste fue que el exdirigente de Compromís decidiera que la Real Señera, la bandera de la Comunidad Valenciana, no entrara en la Catedral de la capital levantina el 9 de Octubre, día de la región, mientras en el templo cristiano se celebraba el Te Deum. Esta actitud fue una constante mientras el nacionalista ostentó el bastón de mando a lo largo de ocho años.

Compromiso en campaña electoral

Sin embargo, con la llegada a la alcaldía de la 'popular' María José Catalá hace casi dos años todo dio un giro de 180 grados. Lo dijo en la campaña electoral que le llevó al bastón de mando y lo sigue cumpliendo por mucho que socialistas y nacionalistas se lo echen en cara una y otra vez, sea el punto del día algo sobre ello o, simplemente, porque les toca escandalizarse a fecha fija.

Catalá, portando la Real Señera en la entrada a la Catedral de Valencia, junto al arzobispo, monseñor Enrique Benavent

Catalá, portando la Real Señera en la entrada a la Catedral de Valencia, junto al arzobispo, monseñor Enrique BenaventAyuntamiento de Valencia

Así, en las procesiones cívicas del 9 de Octubre de 2023 y 2024, la Real Señera volvió a entrar en la Catedral, un gesto que hasta la llegada de Compromís al poder siempre había pasado. Lo hizo, incluso, aunque los de Baldoví y entonces de Mónica Oltra diesen una tan impostada como incómoda vuelta a la plaza de la Reina con tal de no entrar al santuario. El último ejemplo de este 'postureo' anticlerical se vivió 20 días justos antes de la dana, cuando la portadora de la enseña autonómica y portavoz de Compromís en el Ayuntamiento, Papi Robles, se la cedió a la primer edil poco antes de que hiciera su entrada en la Catedral.

Pero Catalá en todo momento ha permanecido impasible ante estos gestos, unos provocados por las urgencias demoscópicas de unos y otros subyugados al sofrito ideológico de la anterior coalición gobernante. Es por ello que la alcaldesa este pasado martes tuviera un gesto que, mal que le pese a la oposición local, no deja de ser algo histórico.

Éste se refiere a que desfiló en la Ofrenda ante la Virgen de los Desamparados, enmarcada en el contexto de las Fallas de Valencia que ya han acabado. Un símbolo, sí, pero va mucho más allá de lo estrictamente visual o lo meramente fotográfico, ya que se convirtió en la primera alcaldesa que ha desfilado ante la Geperudeta en el ejercicio de su cargo. Desfiló en 2024, pero como particular, algo muy diferente a lo de este año.

Lo hizo, además, como presidenta nata de la Junta Central Fallera (JCF) y, siempre, sabiendo mantener su rol, pocos metros por detrás de la fallera Mayor de la ciudad, Berta Peiró, no solo durante todo el recorrido que ambas hicieron en la Ofrenda, sino también en la misma Basílica, donde, después de unas plegarias y cantar los himnos regional y nacional, terminó el acto más emotivo de las fiestas josefinas.

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