Mazón recompone relaciones con sus socios mientras Sánchez no presenta Presupuestos y retuerce la Constitución

Parlamentariamente hablando, la semana que acaba no le ha sentado nada bien al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya que no pocos puntos de su hoja de ruta se le han venido abajo. Aquel castillo de naipes que con tanto ahínco como cesiones por doquier construyó hace año y medio ha terminado por derruirse. Lo está haciendo en el ámbito judicial, cuyo último varapalo tiene el remite de la Audiencia Provincial de Sevilla en relación al escándalo de los ERE fraudulentos. Pero la debilidad en San Jerónimo también ha tenido su particular derivada en varias votaciones de especial relevancia perdidas.

Más allá de Franco e Isabel Díaz Ayuso, el jefe del Ejecutivo cree que tiene otro as bajo la manga, esa carta que utiliza de una manera u otra se vaya 'a setas o a Rolex'. Este naipe no es otro que el del presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, a quien acusa de todo lo acusable y más allá y a quien cuela en sus declaraciones derivadas de argumentarios venga al caso o no.

Sin embargo, el mandatario valenciano ha conseguido dos aspectos tras su pacto presupuestario con Vox que no ha logrado el líder socialista. Cabe destacar que la postura de Mazón sobre el reparto de menores inmigrantes ilegales no acompañados (menas) sigue siendo la misma aunque los satélites mediáticos y políticos cercanos al Palacio de La Moncloa lo nieguen. Así, ya el pasado 8 de julio, el alicantino advirtió de que los centros de internamiento de este colectivo en la Comunidad estaban «al borde del colapso», por lo que la región tenía «dificultades extraordinarias» para alojar a más.

«Tan útil como un coche sin gasolina»

Del mismo modo, el presidente autonómico va a llevar a las Cortes Valencianas un proyecto de ley de Presupuestos para el presente año, un hito que Sánchez lleva, a pesar de que así se lo mandata la Constitución, sin hacer desde hace años y está en el aire ver si para este ejercicio y los siguientes puede hacerlo. Esto no es casualidad. Algunos lo llaman aritmética parlamentaria o juego de equilibrios entre los diferentes partidos que componen una u otra cámara.

Sea como fuere, el caso es que Mazón ha podido recomponer con Vox una alianza que, tras la decisión unilateral en julio tomada por Santiago Abascal y su núcleo duro de romper todos los gobiernos regionales en los que estaban con el PP, se vio francamente truncada, cuando no hecha añicos. Por tanto, salvo volantazo inesperado de última hora, la Comunidad tendrá unas cuentas públicas hasta ahora nunca tan necesarias y, de paso, el bloque de centro-derecha que en 2023 cosechó una holgada mayoría absoluta vuelve a tomar fuerza e impulso.

El contraste, una vez más, viene por cuenta de Sánchez, su Gabinete de coalición y toda la amalgama de aliados en el Congreso que, muy débilmente, le sostiene: «Un Gobierno sin Presupuestos es tan útil como un coche sin gasolina», dijo en su día un entusiasta líder de la oposición para echarle en cara al entonces presidente, Mariano Rajoy, que prorrogara las previsiones económicas. En su opinión, y así lo dijo, las cuentas sirven «para dar confianza a los agentes económicos, seguridad a la ciudadanía y para dar credibilidad y estabilidad a la vida política de nuestro país».

Pero no se quedó ahí, sino que fue mucho más allá un 27 de febrero de 2018: «Elude sus responsabilidades ante las instituciones», remarcó en referencia a Rajoy, al mismo tiempo que aseguró que «vivir de la prórroga es prorrogar los problemas de la gente». «La reflexión que deberíamos compartir, y que debería hacerse el presidente, es que un gobierno que no tiene Presupuestos es un gobierno que no puede gobernar, que no puede hacer nada», aseveró justo antes de reclamar elecciones anticipadas.