El parque temático republicano que evidencia el sectarismo urbanístico que legó el tripartito en Castellón
El anterior equipo de gobierno creó esta ruta en 2019 para ensalzar lo que consideraba «un régimen democrático con una línea política de avances sociales considerables»
Hasta las elecciones municipales y autonómicas de 2015, la Comunidad Valenciana era una de las principales plazas electorales del Partido Popular. No solo llegó a gobernar la Generalitat durante 20 años, sino que también estaba al frente de los principales ayuntamientos de la región. Sin embargo, a rebufo de la crisis económica, el nacimiento de nuevos partidos y los casos de corrupción, la izquierda logró darle la vuelta a la situación y entrar en las instituciones.
Desde el primer momento, el PSPV-PSOE, Compromís y Podemos no disimularon en evidenciar que sus intenciones pasaban por revertir no solo la gestión del PP, sino también implantar de la manera más súbita posible su ideario. Una herramienta para ello fue el revisionismo histórico y buen ejemplo de ello todavía se puede ver a día de hoy en Castellón. En la capital de La Plana el tripartito de socialistas, nacionalistas y comunistas creó a principios de 2019 una suerte de parque temático para ensalzar los supuestos logros que a juicio del anterior Ejecutivo municipal trajo a España la Segunda República.
Esa iniciativa del todo ideológica tuvo como objetivo elogiar el «esfuerzo modernizador, con importantes transformaciones sociales y económicas, acompañadas de un relevante impulso cultural en muchos sectores» entre 1931 y 1939 (el Consistorio incluyó la Guerra Civil), una etapa «no exenta tampoco de efervescencia y conflictividad social» y corrió a cargo del Museo de la Ciudad de Castellón (MUCC). La ruta consta de diez paradas a lo largo de la ciudad más un panel informativo inicial. En este ya se empieza a notar el primer elemento polémico, ya que el monolito que explica el recorrido está en el mismo lugar donde anteriormente había una cruz cristiana y que fue retirada a tal efecto.
«Régimen democrático»
El primer homenaje donde se rinde homenaje al régimen republicano es en el Templete de la plaza Ribalta. A partir de ahí, los elogios son numerosos: «Será un régimen democrático con una línea política de avances sociales considerables que quedarán reflejados en la Constitución de 1931, como la autonomía de municipios y regiones, el laicismo del Estado y la renuncia a la guerra como instrumento de política nacional». Todo ello, apunta el cartel, «con la oposición de la derecha conservadora y el discurso eclesiástico».
Otra de las paradas significativas es la que se hace frente al Ayuntamiento, ya que fue un lugar clave para «el advenimiento de la Segunda República en Castellón». De hecho, allí fue donde se proclamó tras las elecciones locales del 12 de abril de 1931 fruto de un «rechazo a la monarquía y, por otra parte, por la fuerza hegemónica del republicanismo en la ciudad, que además contaba con el apoyo del movimiento obrero a sus propuestas». En definitiva, fue, según la organización, «una conquista del pueblo castellonense que lanzó al Partido Republicano Autónomo hacia el poder municipal».
El séptimo punto de visita a los tintes propagandísticos históricos le suma los lingüísticos. Se trata de Las Normas de Castellón. Esto era «la normativa ortográfica vigente en el País Valenciano en diciembre de 1932, con un total de 34 reglas ortográficas que asumieron las Normas Ortográficas de 1913 del Instituto de Estudios Catalanes impulsadas por Pompeu Fabra, y las adaptaron a las particularidades de nuestro territorio». Dicho con otras palabras, la política del tripartito del PSPV-PSOE, Compromís y Unidas Podemos pero casi un siglo antes.
Error histórico mayúsculo
El recorrido finaliza en Casas Baratas, un lugar icónico en La Plana para el republicanismo y el movimiento sindical, puesto que se recuerda «la creación de una cooperativa obrera para construir casas» como «respuesta a la falta de viviendas». En concreto, hubo dos grandes acciones al respecto: la Cooperativa de Casas Baratas Pablo Iglesias, de la UGT, y la Cooperativa Obrera de Casas Baratas, tutelada por el Centro Obrero La Unión.
La obsesión de la izquierda por la Segunda República es tan grande que le lleva a llevar la bandera con la franja morada a otras épocas históricas. En lo que respecta a Castellón, en el parque de la plaza Ribalta (donde empieza la ruta) hay una plaza en honor al primer alcalde de la Primera República, Francisco González Cherma. El distintivo está con tres bastones con los colores rojo, amarillo y morado. No obstante, el error histórico es mayúsculo, pues la bandera de ese periodo era, simplemente, roja y amarilla. El violeta se instauró en 1931.