Tecnología aérea X-59, la bestia sónica que permitirá viajar a cualquier parte del mundo en la mitad del tiempo que hoy
En enero de 2018, un avión de combate que realizaba prácticas militares sobre localidades de las comarcas de la Campiña y la Sierra Sur de Sevilla rompió la barrera del sonido y provocó decenas de llamadas de alerta de ciudadanos que avisaban de un ruido similar a una explosión. Más recientemente, en noviembre de 2023, los vecinos del sur de la provincia de Alicante y especialmente de La Vega Baja, vivieron un sobresalto al escuchar un fuerte estruendo causado por un Eurofighter Typhoon de las fuerzas aéreas del Reino Unido (Royal Air Force), que estaba realizando pruebas aéreas. Son solo dos ejemplos de la inquietud ciudadana que pueden crear los «estampidos sónicos». Una explosión sónica es básicamente el ruido que origina un avión cuando supera la velocidad del sonido. Al sobrepasar la velocidad Mach 1, la onda de choque provoca ese «boom».
Minimizar ese sonido no es un reto fácil, y es uno de los objetivos de una de las misiones más innovadoras y sorprendentes que se llevan a cabo en la actualidad: el X-59 del gigante norteamericano Lockheed Martin, una aeronave experimental supersónica con un impresionante diseño que parece sacado de una película de ciencia ficción. El objetivo del programa es recopilar datos sobre la aceptabilidad de un «estampido sónico silencioso» generado por el diseño único de la aeronave, que separa las ondas de choque que producen las explosiones sónicas.
Esos datos ayudarán a la NASA a proporcionar a los reguladores la información necesaria para establecer un estándar aceptable de ruido supersónico comercial para levantar la prohibición de los viajes supersónicos comerciales sobre tierra. La empresa estadounidense Lockheed Martin considera que este avance «abriría la puerta a un mercado global enteramente nuevo para los fabricantes de aeronaves, permitiendo a los pasajeros viajar a cualquier parte del mundo en la mitad del tiempo que lleva hoy».
El equipo de Lockheed Martin Skunk Works trabaja en colaboración con la Misión Quest de la NASA. El X-59 puede alcanzar una velocidad de 1.4 Mach y una altitud de crucero de 55.000 pies (16,764 kilómetros). Según la empresa, las pruebas han determinado que el sonido generado gracias a su peculiar diseño es más suave que el cierre de la puerta de un coche. Este diseño permite que el ruido percibido en tierra sea similar al sonido de un golpe sordo, conocido como «thump», en lugar del tradicional estruendo explosivo. Su fuselaje largo y estilizado mide alrededor de 29 metros, mientras que su envergadura alcanza los 9 metros. Una característica clave es su morro puntiagudo, de unos 9 metros, que minimiza las ondas de choque producidas durante el vuelo supersónico.
El X-59 está propulsado por un único motor General Electric F414-GE-100, el mismo que impulsa algunos aviones de combate como el F/A-18 Super Hornet. Este motor proporciona suficiente potencia para alcanzar velocidades supersónicas de hasta Mach 1.4 (unos 1,512 km/h) a altitudes de aproximadamente 55,000 pies (16,764 metros). La colocación del motor en la parte superior del fuselaje reduce el impacto del ruido hacia el suelo. Incorpora nueva tecnología junto con sistemas y componentes provenientes de diversos aviones militares a reacción, como su tren de aterrizaje de un F-16 y su sistema de soporte vital adaptado de un F-15.
El X-59 utiliza un sistema avanzado llamado eXternal Vision System (XVS). Este sistema combina cámaras de alta definición y pantallas en la cabina para proporcionar al piloto una visión clara del entorno exterior. El XVS utiliza dicha combinación de cámaras, sensores y tecnologías informáticas para crear una visibilidad de vuelo análoga a las ventanas orientadas hacia adelante en los aviones convencionales.
El X-59 representa un paso clave para reabrir la puerta de los vuelos supersónicos comerciales. Si las pruebas son exitosas y se establecen normativas favorables, las aerolíneas podrían desarrollar nuevas rutas supersónicas que reduzcan significativamente los tiempos de vuelo, iniciándose sin duda una nueva era en la aviación civil.