Armada El desafiante mensaje de la Royal Navy en el que se apodera de aguas de soberanía española en Gibraltar
La Royal Navy Gibraltar Squadron ha lanzado en sus redes sociales un provocador mensaje a España, en un momento especialmente delicado de la interminable negociación entre Reino Unido y la UE tras el Brexit sobre el estatus del Peñón. El mensaje de la Royal Navy afirma: «Feliz Año Nuevo desde Royal Navy Gibraltar Squadron en nuestra primera patrulla de soberanía de las aguas territoriales británicas de Gibraltar en 2025. Continuaremos realizando operaciones todos los días, y este año promete ser aún más emocionante que el anterior».
Obviamente, la Royal Navy se apropia en las redes sociales de aguas de soberanía española, y desafía a España, que históricamente invoca el Tratado de Utrecht para defenderlas. Gibraltar viene llevando a cabo una utilización permanente, y por la vía de los hechos consumados, de las aguas que rodean el Peñón. Sencillamente, consideran que son de soberanía británica, por lo que se han producido numerosos incidentes en los últimos años con la propia Armada española, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y embarcaciones pesqueras.
El pasado mes de diciembre de 2023, por ejemplo, el Buque de Acción Marítima (BAM) Meteoro (P-41) de la Armada Española patrullaba en aguas próximas a Gibraltar, en la zona de Levante. Fue allí donde fue hostigado por el buque HMS Dagger de la Royal Navy. A lo largo de agosto 2023, ocurrieron tres incidentes graves en aguas territoriales españolas cercanas al peñón. En el primero, el barco metanero Gas Venus, de bandera panameña, derramó combustible en Gibraltar y afectó a la costa española. En el segundo caso, tres embarcaciones del servicio aduanero británico y de la Royal Navy intentaron impedir que la embarcación Colimbo II, del Servicio de Vigilancia Aduanera español, abandonara una misión de lucha contra el contrabando. En el último incidente, el pesquero español Mi Daniela y su patrón fueron hostigados por embarcaciones de la policía marítima gibraltareña en aguas españolas cercanas al Peñón.
España no reconoce en ningún caso las supuestas aguas territoriales británicas alrededor del Peñón. El Tratado de Utrecht, firmado en 1713, establecía que España cedía a Gran Bretaña «la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, junto con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen». Sin embargo, el texto no hace ningún tipo de referencia a las aguas circundantes. El Reino Unido sostiene que las aguas territoriales alrededor de Gibraltar se extienden hasta 3 millas náuticas desde la costa y le pertenecen. España, en cambio, argumenta que nunca cedió dichas aguas en el Tratado de Utrecht y que, por tanto, estas forman parte de su soberanía.
La Royal Navy utiliza tres imágenes generales del Peñón, tomadas desde alguna de sus embarcaciones. La primera da una imagen frontal de los rascacielos que Gibraltar construye ganando terreno al mar a costa de España, en un megaproyecto urbanístico que consta de viviendas de lujo, espacios comerciales, un hotel de 200 habitaciones, un parque y un puerto deportivo. La empresa de origen vietnamita TNT Global Foundation tiene luz verde para tramitar la edificación del gigantesco complejo urbanístico Eastside en la zona de La Caleta –Catalan Bay– a partir del levantamiento de unos espigones forjados en el mar. No es la primera vez que Gibraltar usa la técnica de expandirse comiendo metros al mar para ejecutar sus proyectos urbanísticos.
La Bahía de Algeciras es un área especialmente conflictiva, ya que Gibraltar y el Reino Unido reclaman una porción de como parte de sus aguas territoriales. La presencia de embarcaciones pesqueras españolas y las actividades de las autoridades británicas han generado episodios de fuerte tensión.
Hay que señalar el inquietante mensaje de Año Nuevo que lanzó el Viceministro Principal de Gibraltar y líder del Partido Liberal, Joseph García. El viceministro ha avisado que en 2025 se producirán «profundos» cambios en la forma en que interactuarán con «la Unión Europea en general y con España en particular, tanto si el Tratado llega a buen puerto como si no lo hace».
«Las cosas serán diferentes, pase lo que pase. Sin embargo, no cabe duda de que un Tratado hará que la transición a la vida fuera de la UE sea mucho más suave para todos, sobre todo en lo que respecta a la circulación de personas».