Detractores del proyecto de Altri se manifiestan en Santiago y la izquierda se apunta para atacar a la Xunta

Ni es la primera, ni será la última protesta contra el proyecto de la la empresa portuguesa que pretende instalar una macroplanta de fibras textiles en Palas del Rey.

Unas 100.000 personas, según cifras de la organización de la protesta, se han reunido este domingo en Santiago de Compostela para mostrar su rechazo al proyecto. Decenas de autobuses fletados aumentaron la concurrencia de esta manifestación a la que acudieron las organizaciones ecologistas y los partidos de izquierdas, los que cuentan con representación en el Parlamento de Galicia y los que no.

A las 12:00 del mediodía, los manifestantes partieron desde la Alameda de la capital gallega hasta llegar a la plaza del Obradoiro donde los turistas quedaron desplazados por la manifestación.

Antes del inicio de la marcha, los presidentes da Plataforma Ulloa Viva, Marta Gontá, y de la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA), Xaquín Rubido, criticaron el modelo industrial de la Xunta que aseguran que acabará con el corazón natural de Galicia. «Somos vecinos y vecinas que mandamos un mensaje a Altri, a Greenalia y a la Xunta: nuestras hijas van a heredar una ría productiva, una tierra fértil y aire y agua limpios. Y no es negociable», ha asegurado Gontá, que ha incidido en que este proyecto «no va va a traer nada de esto» y por eso muestran su rechazo.

Desde un principio, la Xunta de Galicia se posicionó neutro ante el proyecto al que dijo apoyaría si pasaba los trámites ambientales necesarios para ello.

Entre los manifestantes se ha podido ver a la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, la viceportavoz del Grupo Socialista, Lara Méndez, el secretario general de Sumar Galicia, Paulo Carlos López y el diputado de Sumar por La Coruña, Manuel Lago, entre otros.

Pontón exigió al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que escuchase la «marea de dignidad» que se ha movilizado para decirle «alto y claro al Partido Popular Galicia, Altri, no» y que pare la «bomba ambiental» de esta macrocelulosa contaminante que «es una hipoteca para el futuro del país», en alusión a Galicia.

Este mismo sábado, la consejera de Medio Ambiente gallega, Ángeles Vázquez, defendió la tramitación del proyecto al argumentar que se hace bajo el paraguas de la Ley. «Cumpliendo estrictamente con la ley, las empresas pueden instalarse en el territorio», sentenció.

Vázquez apuntó que también es «muy bueno» que en el interior de Galicia se instalen empresas con puestos de trabajo. «No hay nada peor que ver cómo la gente se acaba yendo para las zonas de costa, para las zonas industrializadas, incluso cómo acaba marchando fuera de Galicia por no tener una opción en su tierra».