La A-57, tras su inauguración en diciembre de 2024

La A-57, tras su inauguración en diciembre de 2024Ministerio de Transportes

Autovías a ninguna parte: Galicia ya cuenta con dos, la A-56 y la A-57

Los dos viales carecen de continuidad y solo sirven para tráficos locales

El Ministerio de Transportes puso en servicio a finales del pasado mes de diciembre el primer tramo de la autovía A-57, ideada como una circunvalación de la ciudad de Pontevedra. Por el momento, y la previsión es que esta situación se mantenga durante años, solo tiene utilidad para tráficos locales, ya que no tiene continuidad. Ocurre lo mismo en otra vía de alta capacidad que discurre entre las provincias de Lugo y Orense, la A-56, que ya lleva cuatro años así.

En el caso pontevedrés, la obra recién inaugurada se compone de 7,7 kilómetros que discurren entre los municipios de Vilaboa y A Ermida, a los que el Gobierno central ha destinado 94 millones de euros. Del itinerario abierto al tráfico, 5,7 kilómetros tienen sección de autovía (cuatro carriles, dos para cada sentido) y los otros de dos tienen un formato 2+1, con dos carriles de subida y uno de bajada separados por una barrera. Este último tiene la función de ramal de conexión de la A-57 con el remodelado enlace de Figueirido (Vilaboa), donde conectan la AP-9, la N-550 y la N-554.

La principal amenaza que se cierne sobre esta carretera es que suscita el rechazo de los vecinos de varias parroquias y de asociaciones ecologistas, que han presentado una denuncia ante la Audiencia Nacional para intentar detener la construcción del segundo tramo (contra el primero ya nada pueden hacer al ya estar ejecutado). Alertan de un posible fraude de ley al haberse realizado los trámites de evaluación ambiental de cada tramo de forma independiente, y no de forma conjunta. También advierten de posibles impactos ambientales en la zona.

Los afectados, en un comunicado reciente, aseguraron que se «oponen frontalmente» a que este «error histórico» se «prolongue en el tiempo y en el espacio, destruyendo el territorio y dilapidando fondos públicos» para conectar el polígono de Barro con Vigo, para lo que «solo es necesario» liberalizar el peaje Vilaboa-Curro. Al mismo tiempo, el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, confirmó que «a buen seguro» la autovía A-57 continuará hacia el norte.

La A-56, en pañales

Vista aérea de la A-56, tras su inauguración en 2020

Vista aérea de la A-56, tras su inauguración en 2020Ministerio de Transportes

El proyecto de la A-56, ideado para conectar Orense y Lugo mediante una autovía, es víctima del olvido. A finales de 2020, Transportes puso en funcionamiento el primer tramo, que tiene una longitud de 8,8 kilómetros, de los que 8,3 discurren en la provincia de Lugo y 0,5 en Orense. El tronco de la autovía tiene una sección transversal formada por dos calzadas de dos carriles. Su coste ascendió a 53 millones de euros.

El único tramo abierto al tráfico circunvala el ámbito rural de A Barrela (Carballedo) y no tiene continuidad en ninguno de sus extremos, con lo que apenas es usado por los vecinos de la zona. Según los datos del Ministerio de Transportes, apenas lo utilizan 1.300 vehículos de media cada día.

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