Lugar donde el BNG quiere construir el parque

Lugar donde el BNG quiere construir el parque

La solución del BNG para que los niños jueguen los días de lluvia: un parque debajo de un viaducto

El lugar elegido ha sido el foco de las críticas al ser un espacio húmedo, oscuro y en el que la contaminación atmosférica y acústica es muy elevada

Santiago de Compostela es una de las ciudades en las que más llueve de España. Llega la temporada de lluvias y los más pequeños quieren seguir jugando. Una de las soluciones de la comunidad es la instalación de parques cubiertos en los que poder disfrutar del aire libre sin mojarse.

Sin embargo, este tipo de parques techados son muy escasos y el número de días en los que es necesario usarlos, muy abundantes. Ahora, el Ayuntamiento de la capital gallega quiere instalar un nuevo emplazamiento aprovechando la zona cubierta por el viaducto de la SC-20.

El lugar elegido ha sido el foco de las críticas al ser un espacio húmedo, oscuro y en el que la contaminación atmosférica y acústica es muy elevada. Además, tal y como ha puesto de manifiesto el Partido Popular, es posible que caigan objetos de la propia autovía. «Los nacionalistas, decidieron que se construya una instalación para niños y niñas debajo mismo de la carretera SC-20, un lugar que, con independencia de que sea legalmente posible instalar en ese lugar un parque infantil, existen serias dudas. Lo que esta claro es que no parece el entorno idóneo como lugar de esparcimiento de los niños puesto que es una zona donde pueden caer cosas de la propia autovía», han apuntado.

Lugar donde el BNG quiere construir el parque

Lugar donde el BNG quiere construir el parque

La construcción de espacios donde los niños puedan jugar los días de lluvia es una reivindicación histórica de los vecinos de Santiago que consideran que la escasa oferta no cubre la necesidad real. Además, los vecinos de Pontepedriña han mostrado en varias ocasiones su disconformidad con la decisión del ayuntamiento por considerar, de la misma manera que la oposición, que no es el mejor espacio para el recreo de los más pequeños.

Falta de alternativas

Pero este no es el único problema al que se enfrentan los padres en los meses de más lluvia. La ciudad, enfocada en el turismo, no dispone apenas de alternativas de ocio para los niños.

Aunque existen ciertas alternativas privadas como parques de bolas o de multiaventura, estos lugares están más indicados para menores a partir de 6 años y, por lo tanto, los más pequeños quedan, de nuevo, sin lugares de juego y recreación.

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