El Museo Naval de Ferrol luchará contra un peligroso gas cancerígeno con una reforma
Defensa contrata la elaboración de un proyecto para modernizar las instalaciones
el Museo Naval de Ferrol, que muestra la vinculación de la Armada con la ciudad, se someterá a una rehabilitación para mejorar su «eficiencia energética» y luchar «contra el radón» (un peligroso gas cancerígeno). Así consta en las bases del contrato que el Ministerio de Defensa ha formalizado para redactar los proyectos técnicos para definir los trabajos necesarios para lograr estos dos objetivos.
Los documentos servirán para concretar cómo se realizará «la rehabilitación del edificio y su entorno, incluyendo las modificaciones interiores y exteriores que se indiquen para aumentar o mejorar las capacidades del mismo», según señala el Gobierno.
Las obras que se realizarán en el museo y que quedarán definidas en estos proyectos serán la rehabilitación de fachadas, reemplazo de carpinterías y aislamientos, sustitución de todas las instalaciones de climatización, electricidad, saneamiento, fontanería, contraincendios, comunicaciones, seguridad, iluminación, incluyendo los equipos y sistemas para su correcto funcionamiento.
También se acometerá la redistribución y rehabilitación de los espacios interiores, traslado de oficinas del museo y sus equipamientos, la instalación de un ascensor y la urbanización del entorno del edificio que acoge el museo.
Las bases del contrato establecen que «se contempla la posibilidad de que los proyectos sean ejecutados en fases, por lo que se proyectará en fases con proyectos».
El arquitecto Francisco Jorquera será el encargado de redactar los documentos tras resultar adjudicatario de la licitación por un importe de 33.000 euros (con impuestos.
Luchar contra el radón
Uno de los objetivos de la reforma del museo es luchar contra el radón, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como «un gas radiactivo incoloro, inodoro e insípido» que se produce por desintegración radiactiva natural del uranio presente en suelos y rocas".
El radón emana fácilmente del suelo y pasa al aire, donde se desintegra y emite otras partículas radiactivas. «Al respirar se inhalan esas partículas, que se depositan en las células que recubren las vías respiratorias, donde pueden dañar el ADN y provocar cáncer de pulmón», señala la OMS.
El radón es una de las principales causas de cáncer de pulmón. Según detalla la OMS, «las estimaciones actuales sobre la proporción de los casos de cáncer de pulmón atribuibles a este gas varían entre un 3 % y un 14 % según la concentración media de radón en el correspondiente país y de la prevalencia del consumo de tabaco». La forma de impedir que se acumule este gas en el interior de edificios es ventilar con frecuencia.