Chantada

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La matanza de Chantada: 35 años del misterioso crimen que se saldó con siete asesinatos

El autor de la masacre en esta localidad de Lugo prendió fuego a su propia casa con él dentro

En 1989, el mismo año en que se produjo la masacre de Tiananmén que conmocionó al mundo, Galicia vivió su particular tragedia con uno de los episodios más negros que se recuerdan en mucho tiempo. Se trata de la matanza de Chantada, ocurrida el 8 de marzo, y que se saldó con un total de siete muertos, ocho si se cuenta al propio autor del crimen, Paulino Fernández, que se suicidó en su casa tras prenderle fuego. Los motivos que le llevaron a cometer esta atrocidad se fueron con él.

Este episodio, del que se cumplen 35 años, conmocionó a esta localidad situada al sur de la provincia de Lugo. Los hechos ocurrieron en una pequeña aldea que hoy cuenta con 16 habitantes, Surribas. El alcalde de Chantada, Sergio Vázquez, fue una de las últimas personas que habló con Fernández antes de que ocurriese esta masacre. Acudió a él para realizarle una consulta sobre unas propiedades que había adquirido recientemente y que tenía miedo de perder en un conflicto con sus vecinos. La crónica publicada por el periódico La Vanguardia en 1989 recoge que el regidor «le aconsejó, como abogado, que no tenía importancia su preocupación, pero confirmó que le había encontrado muy apesadumbrado». «En un momento de la conversación, Paulino Fernández estuvo a punto de romper a llorar». Una vez acabada esta gestión y otros recados, regresó a su vivienda en Surribas.

La tragedia empezó después de comer. Este labrador gallego, de 64 años y casado (su mujer estaba inválida y había pérdida la visión tras sufrir un accidente), salió de casa con un cuchillo para la matanza de cerdos y apuñaló a su vecino, José Gamallo, que consiguió escapar. No se paró ahí y continuó una ruta macabra por las aldeas de Quinzán da Vila y Quinzán do Carballo (esta última pertenece al vecino de Taboada), donde hirió a quien se le cruzaba en su camino, dejando a varios heridos. No tuvieron tanta suerte otras siete personas, que perdieron la vida tras el ataque de este hombre. Seis de ellas fallecieron ese mismo día y otra lo hizo en jornadas posteriores. Fueron Avelina Moure, Emilio Ramos, José Lago, Celsa Sanmartín, Aurora Sanmartín, Maximino Saa y Amadora Vázquez Pereira.

Este paseo de la muerte acabó en el mismo lugar en el que había comenzado, en la casa de Paulino Fernández. Antes de que llegase la Guardia Civil, allí se encerró, le prendió fuego y falleció a causa de las llamas, llevándose a la tumba el móvil del crimen.

El entonces alcalde, Sergio Vázquez, relató en un programa emitido por la TVG en 2010 que «a este hombre se le fue la olla, se le metió en la cabeza que le querían quitar las fincas, pero no había pleito ni mucho menos». «Fue una cosa rarísima», aseguró. Después de 35 años, el motivo del crimen es una incógnita.

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