Así es la misteriosa cueva de Lugo sobre un acantilado con vistas al Cantábrico

En la provincia de Lugo, se encuentra una cueva situada entre acantilados que se adentran en el mar Cantábrico. De acceso complicado, la cueva está asociada a diversas leyendas y tradiciones locales, lo que la convierte en un destino de interés turístico.

Un rincón de leyenda e historia

Ubicada en la parroquia de Covas, en Viveiro (Lugo), la Cueva de la Doncella se ha convertido en un atractivo natural por su ubicación en los acantilados que bordean la playa de Abrela y sus vistas al mar Cantábrico.

La cueva tiene una longitud aproximada de 15 metros y, al final de su recorrido, ofrece una apertura desde la que se pueden disfrutar de dichas vistas.

El nombre de la cueva se debe a las historias que circulan sobre ella. Una de las leyendas más populares habla de una doncella encantada, de cabellera rubia y vestida de blanco, que, cada año, en la mañana de San Juan, emerge del acantilado para peinarse con un peine de oro.

Además de la historia de la doncella encantada, también se dice que la cueva fue utilizada por piratas y contrabandistas en tiempos antiguos. Según algunas versiones, los contrabandistas escondían sus mercancías y tesoros en el interior de la cueva, y difundieron historias sobre seres sobrenaturales para evitar que los curiosos se acercaran al lugar.

Acceso y recorrido: un auténtico desafío

El acceso a la Cueva de la Doncella no es sencillo. Se encuentra en una zona de alto riesgo, entre los acantilados de Punta do Cabalo y Punta Ínsua. La entrada es un estrecho pasadizo de solo 80 centímetros de diámetro, lo que obliga a los visitantes a avanzar agachados o incluso arrastrándose para poder llegar al interior.

Aunque los primeros metros pueden ser algo incómodos debido a la estrechez, el camino se va ampliando a medida que se avanza, lo que permite caminar con mayor comodidad hacia el final.

Al llegar al final de la cueva, los visitantes se encuentran con una apertura que ofrece unas vistas impresionantes del mar. Desde este mirador natural, a unos 10 metros sobre los acantilados, se puede contemplar el mar Cantábrico en todo su esplendor, con las olas golpeando las rocas a lo lejos.

Durante mucho tiempo, la Cueva de la Doncella fue un destino poco conocido. Sin embargo, su ubicación estratégica, entre la playa de Abrela y el famoso mirador de O Fuciño do Porco, ha contribuido a que este rincón escondido se convierta en una parada obligatoria para quienes visitan la costa de Lugo.