
La isla de Galicia que forma parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas
La isla de Galicia con el bosque de laurel más extenso de Europa
Ofrece un paisaje virgen y un ecosistema singular que ha sobrevivido al paso del tiempo
En el corazón de la ría de Arosa, discretamente resguardada por la naturaleza, se encuentra la isla de Cortegada, la menos conocida del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia.
A diferencia de sus hermanas mayores, como las Islas Cíes u Ons, este rincón permanece en un segundo plano, ofreciendo un paisaje virgen y un ecosistema singular que ha sobrevivido al paso del tiempo.
Bajo sus aguas se conservan algunos de los ejemplos más representativos de ecosistemas marinos atlánticos, que atesoran una gran riqueza biológica.
Las islas Cíes, Ons y Sálvora emergen creando una barrera natural que protege a las Rías Bajas de la dureza del océano, mientras que Cortegada se resguarda dentro de la ría.Bosque de laureles y residencia real
Uno de los mayores atractivos de la isla es su espectacular bosque de laureles, considerado el más extenso en estado natural de Europa. Este tipo de vegetación, más común en climas subtropicales, ha encontrado en Cortegada un refugio inusual.
Bajo la sombra de árboles centenarios, sus senderos envuelven al visitante en un entorno donde la naturaleza se convierte en la verdadera protagonista.
Sin embargo, la historia de la isla de Cortegada pudo haber sido muy diferente. A principios del siglo XX, se iniciaron gestiones para donarla al rey Alfonso XIII con el objetivo de convertirla en su residencia de verano.
Tras un largo proceso de compra y expropiaciones de las propiedades de Cortegada, se firmó la escritura de cesión de la isla a la casa real. Sin embargo, el Palacio de la Magdalena en Santander ya estaba en construcción, por lo que la isla quedó como coto de caza del rey. En 1931, durante la II República, el Estado se hizo con la isla.
En 1958, Don Juan de Borbón recuperó la propiedad. Más tarde, en 1978, la isla fue vendida a una inmobiliaria, pero los defensores de una Cortegada pública lograron paralizar la urbanización para preservar sus valores naturales.
Finalmente, en 2002, Cortegada fue declarada parque natural, y en 2007, la Xunta la adquirió para garantizar su conservación y abrirla al público.
Cómo visitarla
A pesar de su exclusividad, Cortegada es accesible para los visitantes mediante excursiones organizadas que parten desde la localidad de Carril.
No cuenta con transporte regular, por lo que es necesario planificar la visita con antelación. Es una isla en la que se pueden hacer rutas sencillas que permiten recorrer sus rincones más emblemáticos, desde la ermita de la Virgen de los Milagros hasta los restos de una aldea abandonada que atestigua su pasado habitado.
Se trata de dos rutas circulares, que permiten explorar la isla en menos de dos horas, que comienzan y terminan en el antiguo poblado. La primera rodea la isla y ofrece vistas panorámicas de la ría de Arosa, mientras que la segunda atraviesa el bosque, permitiendo apreciar su biodiversidad.
Es decir, Cortegada ofrece una experiencia alejada de las rutas turísticas habituales, permitiendo a los visitantes disfrutar de un entorno natural bien conservado y alejado de las aglomeraciones. Su acceso limitado y las rutas disponibles facilitan una visita tranquila, centrada en el paisaje y la biodiversidad de la isla.