Paula Badanelli

Paula BadanelliJesús Caparrós

Paula Badanelli, presidenta provincial de Vox

«Tengo libertad y tengo ganas»

Hablamos con la responsable provincial de Vox en Córdoba tras la pasada Asamblea General Extraordinaria

Hace justo una semana que Paula Badanelli (Jerez, 1971) andaba por Madrid, en la Asamblea General Extraordinaria de Vox en la que se reeligió a Santiago Abascal como presidente. Una reelección y una asamblea no exentas de polémica porque todo lo que rodea a Vox es polémico, parece ser, para una gran mayoría de medios nacionales, líderes de opinión, politólogos, señoras con el pelo azul, locutores estrella, el Wyoming, moderados, ofendiditos, y tertulianos.

Contrasta ese ruido, generalmente exagerado, con la tranquilidad de la sede de Vox en Córdoba, a la hora en la que nos hemos citado con la flamante presidenta provincial, y con el talante que no solo desprende ella sino el equipo de gentes que se patean la provincia para tratar de seguir construyendo una de las bases de las que adolece todavía una formación relativamente nueva como Vox.

Badanelli tampoco parece proclive a alterarse. Está en política porque le mueven unos ideales innegociables, según confiesa, y es algo que ciertamente transmite cuando siempre sostiene la mirada con su interlocutor: la sinceridad no agacha la cabeza. Compaginar la portavocía de Vox en el Ayuntamiento de Córdoba, cargo que repite en el actual mandato, con la presidencia provincial, no debe ser fácil. Pero charlando con Paula Badanelli se adivina parte de la gasolina que le mueve: estar segura de que el que resiste, vence, y sobre todo saber que la verdad solo tiene un camino. Eso sí, cargado de baches, rasantes e inconvenientes. Pero eso a la presidenta provincial no parece que le amilane. Más bien todo lo contrario.

Paula Badanelli

Paula BadanelliJesús Caparrós

- ¿Cuál es el estado de salud provincial de Vox ?

- Es bueno. Podría ser mejor, pero creo que todo el camino recorrido y todo el trabajo realizado ha dado sus frutos y lo que tenemos que hacer es asentar lo que tenemos y, avanzar en aquello que nos falta.

- ¿Y el diagnóstico de la provincia cuál es?

- Regular , sin más. El principal problema es la denominada despoblación de las zonas rurales, que responde a que cada vez es más difícil vivir en los pueblos y, sobre todo, vivir de esas zonas rurales. Se precisan héroes para poder sacar adelante un negocio y una familia en un pueblo de esta provincia. Es muy complicado.

- Esta semana se ha presentado en Diputación el proyecto de presupuestos provinciales. ¿Ha tenido oportunidad de leerlos?

- Todavía no. La verdad es que nos hemos enterado por la prensa, como lamentablemente es habitual con el gobierno del Partido Popular, que presume de que somos sus socios preferentes cuando les conviene, pero cuando también le interesa nos trata como si fuéramos enemigos. Estamos acostumbrados a los vaivenes del PP y a los cambios de criterio. Pasan de los besos a los palos en función de sus necesidades. Nosotros no cambiamos. Siempre mantenemos lo mismo. Estamos aquí para cualquier cosa que sea buena y dispuestos a hablar, pero no a regalar nada, desde luego. .

- En su presentación como presidenta provincial dijo que el trabajo de Vox en la institución provincial debía ser un poco más visible.

- En realidad no tanto el trabajo que creo que se está haciendo bien, sino, quizás, lo que se traslada de esa labor. Intentar transmitir lo que estamos consiguiendo. Creo que ese es el camino que tenemos que andar, y es lo que dije en enero y reitero hoy. Puerta a puerta, «calle, calle, calle», como dijo nuestro recién reelegido presidente Santiago Abascal en la asamblea del pasado sábado. Tenemos que estar en la calle, hay que salir de los despachos y contar de primera mano lo que estamos haciendo, que son cosas importantes que la gente debería saber para poder valorar y decidir su voto.

Estamos acostumbrados a los vaivenes del PP y a los cambios de criterio. Pasan de los besos a los palos en función de sus necesidades.

- Precisamente en la calle y en los medios de comunicación en general parece que prevalece más la contrafigura de Vox que el propio trabajo que realizan. ¿Cómo afecta esto a la afiliación?

- Por fortuna creo que somos el partido que tiene más afiliados reales, no solo en España sino también en Córdoba. Nos movemos en una cifra en torno a los 1.200 afiliados que si lo relacionamos proporcionalmente al número de votos significa que tenemos unos votantes muy comprometidos. Sobre todo porque la afiliación es secreta y quizás los que no se atreven a dar el paso públicamente sí lo hacen en privado. Entran en la página web, se afilian y ese es su compromiso con nosotros. Más del cincuenta por ciento, como también se ha visto en la asamblea pasada, están al corriente de cuotas. Son personas que se comprometen y pagan mensualmente, algo que tampoco pasa en otros partidos. Es cierto que las subidas y bajadas de afiliados, salvo alguna que otra crisis puntual que pueda venir y de las que nadie está exento, responden más a los movimientos nacionales. Cuando hay un gran problema de Estado, la gente siempre mira a Vox porque en la defensa de ciertas cosas sólo queda Vox. Entonces es cierto que cuando pasan cosas importantes al final afecta a los afiliados, y esto se incrementa en toda España más o menos por igual.

- Los analistas políticos de los grandes medios señalan que el liderazgo de Abascal ha sufrido una merma.

- Al contrario, creo que cada vez Abascal es más líder, cada vez es más presidente y cada vez suma más gente. El liderazgo de Santiago Abascal nunca ha sido cuestionado. Son interpretaciones malintencionadas a los que ya estamos acostumbrados y creo que se ha demostrado en la Asamblea con el nuevo Comité Ejecutivo Nacional, donde cada vez hay más gente y sobre todo por el ambiente que se respira. He tenido la suerte de poder estar en Madrid el fin de semana y hay buen ambiente, hay buena gente, hay capacidad, hay ganas y sobre todo hay principios, hay valores y hay convicciones. Cosa que en otros partidos echamos de menos.

Paula Badanelli

Paula BadanelliJesús Caparrós

- Lo que ocurre es que eso después hay que explicarlo. Usted es periodista. ¿Hay un problema de comunicación en Vox?

- Hay un problema de comunicación con Vox, que no es lo mismo. Nosotros tendremos muchos defectos pero decimos las cosas muy claras. Y a pesar de que decimos las cosas super claras siempre sale lo contrario. Siempre. Entonces al final, como periodista que soy, sé que la verdad nunca es absoluta. Se pueden decir medias verdades que hacen quizás más daño que la verdad. Yo no digo que la prensa mienta pero sí que saca conclusiones equivocadas, que a veces publica cosas sin ningún rigor y sin ningún contraste y en el noventa y nueve coma nueve por ciento siempre con la intención de perjudicar a Vox y cuestionarnos.Luego el tiempo siempre acaba poniendo las cosas en su sitio. Ya hemos aprendido a vivir con eso y confío en que con el tiempo las cosas se pongan en su lugar.

- ¿Cuál es su relación actual, o la relación del partido, con los medios locales?

- Siempre hemos tenido buena relación con los medios locales, la verdad. No sé si es porque yo soy compañera de profesión, porque la responsable de comunicación también haya trabajado en medios locales o por cualquier otro motivo. Lo cierto es que nunca hemos tenido problemas serios con ningún medio. Es más, en Córdoba, siempre pidiendo autorización a Madrid, nunca hemos vetado a ningún medio, y más allá de que haya días en los que te gusta las cosas que publican más y otros que te gustan menos, creo que la relación es buena desde el respeto mutuo. También a la política se viene llorado de casa. Hay gente que tiene la piel muy fina y no tolera la más mínima crítica. A mí, como a estas alturas de mi vida ya me han llamado de todo, es muy difícil que algo me altere o me haga tener una reacción desproporcionada o desafortunada.

- ¿Entonces si Madrid dice de vetar a un medio se le veta?

Eso son futuribles o hipótesis. A nosotros no nos ha ocurrido. Es decir, hubo un problema puntual con un medio de comunicación nacional y Madrid tomó una decisión. Cuando llegó el momento en Córdoba de hacer campaña, trasladamos que aquí la relación era buena y que en las provincias tal vez se deberían manejar las cosas de otra manera. Soy consciente de que hubo compañeros de otras provincias que trasladaron lo mismo y al menos, a nosotros, se nos respetó y permitió hacer nuestro trabajo.

- Este es un terreno espinoso, porque la idea fuerza de Vox es la defensa de la libertad. ¿Qué piensa usted sobre el que se pueda vetar a algún medio?

- Yo no veto a ningún medio porque creo en la libertad de expresión. Lo que sí es cierto es que yo a mi casa puedo invitar a quien quiera. Puedo aportar más información o tener más afinidad o más deferencias con quien quiera. Es como si usted me dice que por no invitar al vecino del cuarto estoy vetando a gente. Ese vecino tiene derecho a vivir y es hijo de Dios como todos, pero me permito no invitarlo a mi casa porque hace ruido, o porque molesta o porque no tengo relación con él. Nuestra libertad no puede entrar en conflicto con la libertad de los periodistas. Todos los medios tienen derecho a existir y cada uno puede publicar lo que crea conveniente, pero no me pidan que participe, facilite o sea cómplice de lo que se publica, sobre todo cuando no dicen cosas que entendemos que no reflejan la realidad que nosotros trasladamos.

Paula Badanelli, durante la entrevista

Paula Badanelli, durante la entrevistaJesús Caparrós

- ¿Cómo compagina la portavocía municipal con la presidencia provincial?

- Por ahora, bien. Tengo la suerte de que mi situación familiar actual me permite trabajar de 12 a 14 horas diarias, de lunes a domingo porque tengo un marido que es un santo y unos hijos que ya son mayores. Probablemente en otras circunstancias de mi vida hubiera tenido que priorizar otras situaciones. Ahora mismo tengo libertad, tengo ganas, y le dedico mucho tiempo a la capital y mucho tiempo a la provincia que espero que se vaya incrementando. Encantada, además. No me pesa por ahora.

- En su faceta municipal se caracteriza por no tener pelos en la lengua en la labor de oposición.

- Bueno, en la oposición y en la vida en general. Creo que los circunloquios no ayudan mucho a que el mensaje llegue. Sin ofender a nadie y desde el respeto las cosas hay que decirlas claras. Sobre todo creo que facilita la labor de los periodistas, porque los que se enrollan mucho en las ruedas de prensa obligan a trabajar el triple y yo soy muy considerada con mis compañeros (ríe).

- Algunos pensarán que no hay peor cuña que la de la misma madera.

- Efectivamente (Ríe). Conozco la profesión, os conozco prácticamente a todos, sobre todo a los que tenéis ya cierta edad y peináis canas. Sé lo que tengo que decir y cómo hacerlo, y vosotros agradecéis que las ruedas de prensa duren un poquito menos.

Creo que los circunloquios no ayudan mucho a que el mensaje llegue. Sin ofender a nadie y desde el respeto las cosas hay que decirlas claras

- ¿Se hacen más enemigos en la política que en el periodismo?

- No. Creo que hay pocas cosas más ingratas que el periodismo, porque publiques lo que publiques siempre hay gente a la que no le gusta, mientras que al final en política por lo menos los tuyos te quieren. En el periodismo ni eso (ríe).

- ¿Echa de menos la profesión?

- No, porque creo que mi verdadera vocación es la de comunicar y al final la principal función de un político es comunicar. Si lo que tú haces no llega, si no eres capaz de trasladar los mensajes a la gente, es como si no hicieras nada. No entiendo mucho los políticos de despacho. Creo que esos son funcionarios. Pienso que el politico tiene que estar en la calle, tiene que ser cercano, tiene que ser capaz de comunicar, de llegar a la gente y tocar el corazón. Transmitir lo que de verdad es y lo que de verdad siente. Me pasa igual con el periodismo. Creo que nosotros no somos volcadores de notas de prensa. Es importante que al final haya una línea editorial ,que haya un estilo que ya casi se ha perdido desgraciadamente, pero política y periodismo van un poco de la mano en cuanto a eso, a llegar a la gente, a transmitir mensajes. De hecho en Vox bueno hay bastante gente que viene del periodismo. La vicesecretaria de organización, María Ruiz, es periodista.

- En Vox se da un fenómeno que es la transversalidad, a pesar de la etiqueta de ultraderecha que muchas veces se le pone ¿Cómo aprovechan esa variedad que Vox aglutina, con gente de distintos pareceres y profesiones?

- Nosotros hemos dicho muchas veces que Vox, más que un partido, es un movimiento. Esto va de ideas. Es verdad que ya hay muy pocos partidos que defiendan una ideología. Nosotros hemos venido para sacar a la luz debates que ya no existían por el adoctrinamiento, por el pensamiento único y porque la gente está como anestesiada. Todo aquel que comparta que la familia es el pilar de la sociedad, que esté de acuerdo en que no se puede freír a la gente a impuestos para gastos absurdos y fiestas, que piense que la Agenda 2030 es una ruina, que crea que lo nuestro tiene que ser primero, que comparta que la inmigración tiene que ser legal y controlada, o que la vida es sagrada, pues tiene cabida en Vox. ¿Esto tiene etiquetas? Yo conozco gente de todos los colores políticos que defiende la vida, de todas las edades y de todos los orígenes sociales. Es absurdo poner una etiqueta a la defensa de la vida. Me pasa exactamente igual con el campo. Hay agricultores de todo tipo y color. El que cultiva la tierra ¿de dónde es? ¿De derechas o de izquierdas? Yo es que no lo sé. Cuando me dicen a veces que soy de derechas siempre pido que me lo traduzcan sobre el papel. ¿Esto qué significa? Porque luego, estar con el más débil, con el que necesita ayuda, parece que es de izquierdas. Entonces yo tengo que ser de izquierdas porque creo que nuestra principal obligación como políticos es ayudar al que lo necesita y estar al lado de los más débiles, y no de las élites globalistas que van a acabar con todo. Entonces no es cuestión de transversalidad sino de ideología y principios. Y todo el que comparta esa ideología y esos principios que se suba al carro.

Nosotros hemos venido para sacar a la luz debates que ya no existían por el adoctrinamiento, por el pensamiento único y porque la gente está como anestesiada.

Lo apunté hace poco. La mayoría de la gente piensa como Vox. Eso no lo digo yo, lo dice la calle.Lo dice el panadero, el electricista, el empresario o el taxista. Tú hablas con cualquier persona y piensa como Vox en el noventa o noventa y cinco por ciento de los planteamientos. Entonces ¿por qué no votan como Vox? Porque al final nos ponen etiquetas, nos critican y nos insultan. Pero el problema no es nuestro sino de esos que ponen etiquetas. Al final creo que esto tiene los días contados. No hay más que mirar a nuestro alrededor, a lo que está pasando. Las redes sociales y los nuevos medios de comunicación digitales permiten que la gente acceder a la información si quiere. Si prefieres que te manipulen basta con que pongas la 1 de Televisión Española o la Sexta y que no te informes de otra manera. Pero si tú tienes acceso a la información y te interesa lo que está pasando sabes perfectamente lo que quiere Vox y lo que quieren los demás. Porque sólo queda Vox, eso lo tengo clarísimo. El PP ha tenido sus vaivenes, acercándose o alejándose de Vox, depende del día, pero ya está con el resto. El PP ya se han distanciado de Vox en estos planteamientos y sólo queda Vox en la defensa de todos estos principios. Ahí vamos a seguir. Y el que quiera venir, a su casa llega.

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