Lucía Bosé en el monasterio de San Jerónimo
De este grupo de Los Tiesos de Pastrana ya no queda nada más que el salón y su mesa redonda con sus asientos
En aquellas visitas turísticas que con el Padre Guillermo Santomé OP realizábamos muchos domingos en la Universidad Laboral de Córdoba, y dada la gran versatilidad de este excelente fraile, lo mismo ibas a visitar a los presos de la Prisión Provincial que íbamos a prestarle colaboración al «Padre Ladrillo». Se trataba de ayudar a quien lo necesitara. Fueron una serie de visitas que realizábamos durante los fines de semana de aquellos años 1958 y 1959, y la verdad es que nos resultaban muy interesantes.
Un día también nos tocó hacer una visita turística. Nos llevó el autobús de la Universidad Laboral a las ruinas de Medina Azahara. El guía se llamaba Ortega y hablaba con voz algo ronca. Como éramos muchos nos tuvimos que dividir en dos turnos para realizar la visita.
Mientras esperábamos a los del primer grupo, estuvimos andando de un lado para otro, y tuvimos la oportunidad de ver como llegaba un coche Volkswagen de color negro, y se bajaban tres personas. Estas personas eran conocidas: Ángel Palomino Jiménez (1919-2004), comentarista de TVE y que era el director del hotel Córdoba Palace; Francisco Muñoz Martín (1919-2003), el que fuera jugador del Córdoba y jefe de barra del citado hotel, y por último vimos que se bajaba Félix Sánchez Aguilera (1927-2002), cocinero del hotel y que durante algún tiempo estaría al frente del Bar Miami de la calle Marqués del Boil. Al parecer esperaban una furgoneta con los enseres y viandas para la cocina.
Efectivamente, al poco tiempo y con ciertas dificultades para dar con el destino llegó una furgoneta DKW de color blanco y matrícula de Málaga, de donde bajaron enseres de cocina, viandas y otros cacharros, y nos llamó mucho la atención una serie de lebrillos de aquellos que había en las casas antiguas para lavar los platos. Todo fue cargado en el Land Rover que conducía un tal Pepe Sibajas que era el encargado del Monasterio de San Jerónimo, que iba acompañado de Rafael Luque, el eficiente hortelano que era conocido nuestro, ya que se trataba del cuñado de Alfonso «El Droguero» y yerno de «El Pisto», tabernero del Alcázar Viejo.
El príncipe de Kuwait
Nosotros nos quedamos allí pendientes de todo aquel trasiego de perolas, sartenes, lebrillos y viandas, siendo el chófer de la furgoneta el que al maniobrar para dar la vuelta en dirección a Córdoba, nos diría: «Ha venido un príncipe de Kuwait con un gran séquito y lo han traído aquí para darle un banquete a base de un popular menú de olla podrida", y ensaladas preparadas por el Hotel Córdoba Palace.
Luego por la prensa nos pudimos enterar de que el príncipe Sheikh Jaber al-Ahmad al-Sabah, visitaba Córdoba y se hospedaba en el Hotel Córdoba Palace.
Por lo que se ve el menú de la olla podrida era muy común en el Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso, pues en los años 1990, ya con la actual marquesa, fueron varias veces las que el restaurante El Caballo Rojo, preparó y sirvió allí varias comidas. El Chico Medina, el amigo Reyes, y Pedro Montes Polo, pueden dar fe de ello, y hasta pueden asegurar que el menú iba elaborado nada más que para calentar y distribuir en los platos. No obstante para su presentación y su distribución en el comedor refectorio del Monasterio, se utilizaron los lebrillos y demás utensilios antiguos, acorde con la Edad Media. Hasta el ascensor para subir las comidas desde la cocina al refectorio, era manejado con polea y manubrio.
Los tiesos de Pastrana
Luego nos enteramos de que el que hizo las veces de mantenedor y cronista de la ceremonia de la comida fue don Feliciano Delgado León, que con el tiempo sería uno de los fundadores del grupo Los Tiesos de Pastrana (1978), un grupo de amigos que se solían reunir un día a la semana, primero en cualquier casa de un amigo y terminaron por hacerlo en el Restaurante El Churrasco, y allí departían y hablaban de lo que se les antojara, eligiendo siempre un menú que estuviera acorde con las propias tradiciones. A modo de Academia, en el restaurante tenían su cuarto y sus asientos alrededor de una mesa redonda, donde cada uno tenía asignado su asiento.
De este grupo de Los Tiesos de Pastrana ya no queda nada más que el salón y su mesa redonda con sus asientos, formando parte de un recuerdo simpático y cultural de este grupo gastronómico que fue fundado hace más de 45 años. Otra cosa que pasa a engrosar la «Córdoba que se nos fue...», y que es que hoy en cualquier bar o restaurante la comida es algo precipitado y enseguida tienes al camarero con esa pantalla digital en la mano diciéndote: «¿Falta algo?» y da la impresión de que no te dejan ni comer con la tranquilidad que ello requiere.
Tenemos que decir que Los Tiesos de Pastrana era un simpático grupo de amigos amantes de la gastronomía, y la tertulias culturales, que fue fundado por el catedrático don Feliciano Delgado, en unión de sus amigos el pintor Rafael Orti Meléndez-Valdez y el librero José Luis Escudero. Al principio solían reunirse en casa del pintor todos los primeros jueves del mes, y allí entre todos preparaban el menú que iban a saborear. Lo de Los Tiesos de Pastrana, era por el Duque de Pastrana, al que el pintor Rafael Orti lo utilizaba como un referente suyo. A este grupo inicial de hace 45 años, se fueron uniendo amigos hasta formar un grupo de quince miembros. A la muerte del pintor, esta reunión se trasladó al restaurante El Churrasco, en donde su dueño, Rafael Carrillo, habilitó un salón con su mesa redonda a la que llamaban la Mesa del Rey Arturo de las Gastronomía, en donde cada miembro tenía su sitio adjudicado. Y el salón fue decorado con diplomas, medallas y reconocimientos que les llegaban de toda España.
Este grupo de amigos de la gastronomía sobrevivió a la muerte del pintor e incluso a la muerte de don Feliciano Delgado, pero como en todas las cosas de la vida, hay que reconocer que el germen inicial de aquellos tres amigos, el pintor, el jesuita y el librero, eran el centro de gravedad de aquél simpático grupo de amigos en donde había artistas, joyeros, poetas, y hasta el propio dueño de El Churrasco.
Las ancas de rana y Lucía Bosé
Don Feliciano Delgado disfrutaba hablando de gastronomía. Recuerdo que un día hablando a la hora del café en El Caballo Rojo con Manuel Nieto Pulido sobre el 'Cancionero de Baena', del que don Feliciano era un erudito, salió el tema de la gastronomía y el Monasterio de San Jerónimo, y habló del menú de ancas de rana que una caprichosa Lucía Bosé quiso comer el día de su cumpleaños, durante el rodaje de la película 'La Casa de la Palomas' (1972), que se rodó buena parte en el citado Monasterio de San Jerónimo.
Recordaba don Feliciano que Pepe García Marín, dueño de El Caballo Rojo, comentó que los productores de la película se habían dirigido a él para que les indicara quién podía preparar las dichosas ancas de rana en Córdoba, y él les dijo que posiblemente fuera en la taberna El Pisto donde les podían dar norte sobre este asunto.
Gracias a Rafael Luque Muñoz, hortelano, jardinero y a veces etiquetado camarero del Monasterio de San Jerónimo y cuñado de El Pisto, colaborador en el rodaje de la citada película como un tramoyista más, pudo oír que la famosa actriz italiana, madre de Miguel Bosé, tenía el capricho de comer ancas de rana. Este menú no era muy habitual en Córdoba, y fue el bueno de Rafael Luque el que se ofreció con su pequeña moto vespa para que su cuñado José López Muñoz 'El Pisto' le proporcionara el citado menú de cumpleaños a la mujer que ganó el concurso de Miss Italia de 1947, en clara competencia con Gina Lollobrigida y Silvana Mangano, entre otras. Hay que decir que toda la tramoya eléctrica de aquella película en el Monasterio estuvo a cargo de Jodas Páez, que fuera uno de los fundadores de la peña Los Birundis de San Agustín.
«El Pisto» recurrió a Pepe 'El Leones', el tipo más completo que había en Córdoba, en la captura de estos animales anfibios. Lo localizó, cómo no, en la taberna El Tomate, cerca de la calle Antón de Montoro (La Redonda donde ahora existe un supermercado), y éste le aseguró que para la mañana del día siguiente le entregaría a Miguelito, en el Campo de la Verdad, ranas para un guiso con tomate, e incluso le habló de otro lote para la taberna Casa Villoslada de San Pedro, que las servía en adobo, y lógicamente le prometió también ranas suficientes a 'El Pisto para que pudiera hacerle el guiso de cumpleaños para Lucía Bosé.