Zambomba 'Los Segaores' de Luque, en la Posada del Potro

Zambomba 'Los Segaores' de Luque, en la Posada del Potro

Los frustrados campanilleros de la Navidad cordobesa

Un concurso no logró despertar el interés por esta modalidad musical

Una vez intentó Córdoba contar con una música propia para su Navidad. La referencia más cercana no podía ser otra que la de los campanilleros, esa vertiente que ocupa amplias zonas de Andalucía y que en el sur de la provincia de Córdoba tiene su mejor y más elevando exponente en localidades como Priego de Córdoba, Lucena, Cabra, Luque, Rute o Montilla, entre otras muchas localidades.

Suelen ser grupos de hombres que cantan y a la vez tocan los más variados instrumentos. La guitarra, la bandurria y el laud suelen ser invariables, pero según la localidad se incorporan otros como el violín, el acordeón o el saxofón, sin faltar el alegre acompañamiento de la percusión a base de panderetas, campanitas o cascabeles, según los casos.

En Priego de Córdoba salen a la calle en la medianoche de todos los sábados del años. Son los hermanos de la Aurora y no temen la frío, ni a la lluvia, ni al viento. En otros pueblos lo hacen en fechas concreta, ya sea para la Virgen de la Aurora, de gran devoción en las Subbéticas y su entorno, o en las respectivas fiestas patronales.

Lo normal es que en cada municipio tengan una melodía propia que repiten y repiten para acompañar unas letras generalmente cortas y que en muchos casos tienen un origen que se puede remontar con facilidad al siglo XVIII, el momento de mayor apogeo de los rosarios públicos.

Creación del concurso

Esta seña de identidad de la piedad popular de la provincia no podía pasar desapercibida en la capital, donde se quería implantar esta tradición en las fechas de la Navidad. El objetivo es que las calles se llenaran de esta música singular que, además, se podía aderezar con los villancicos autóctonos de Ramón Medina, como ‘Nochebuena cordobesa’, ‘La casa de paso’ o ‘La cuesta del Reventón’.

La iniciativa la abanderó una Federación de Peñas Cordobesas en 1965. Este colectivo, que había sido fundado un año antes, junto con el diario Córdoba pusieron en marcha el concurso pero al poco la cruda realidad se hizo patente: no había interés en los campanilleros. Así pues, el concurso se reformuló para dar cabida a otras modalidades y finalmente fue de villancicos, rondallas y campanilleros. Fue cuando la Comisión Municipal del Festejos cogió las riendas del mismo, junto con la Delegación del Ministerio de Información y Turismo, con la colaboración de la Federación de Peñas y del diario Córdoba.

Los participantes

El certamen se celebró los días 28 y 29 de diciembre en la plaza del Cardenal Toledo, al aire libre, ante el Belén instalado por el periódico local. El primer día actuaron el grupo de Juventudes de la Sección Femenina, el orfeón marista del Colegio Cervantes, la rondalla y coro de la parroquia de San Lorenzo y el grupo La Lira, perteneciente al Real Centro Filarmónico.

En la segunda jornada del concurso le correspondió a La Zambomba, de Luque; la rondalla y coro de la parroquia del Soterrano, de Aguilar de la Frontera; la rondalla y coro de El Grupo de Amigos de El Carpio, y el coro de la Sección Femenina de Montoro.

Este día, cada uno de los grupos participantes partió de un punto distinto de la ciudad en pasacalles hasta la plaza del Cardenal Toledo. El jurado estaba compuesto por destacadas personalidades de la cultura cordobesa como Ricardo Molina, Dámaso Torres, Francisco Melguizo y Juan Montiel, entre otros.

Al final, el jurado tuvo que dirimir entre los cuatro grupos de la capital y los cuatro de la provincia, y el primer premio, dotado con 10.000 pesetas, correspondió a La Zambomba, de Luque, que era lo más aproximado a lo que se pretendía con este concurso al que, finalmente, no concurrió ninguna formación de campanilleros.

Languidece la iniciativa

La frialdad con que fue acogida esta iniciativa marcó el languidecer de la misma. Al año siguiente sólo se volvieron a presentar los de La Zambomba, aunque también se inscribieron en la modalidad de campanilleros los de la agrupación lírica de la Peña Marcos Redondo, de Pozoblanco.

Los campanilleros en la Navidad cordobesa no pasaron de ser la ilusión de un año en el que un grupo de cordobeses cargados de buenas intenciones quisieron ejecutar una iniciativa que de haber cuajado habría llegado a nuestros días como una tradición más para estos días festivos.

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