El Córdoba no tiene defensa (2-0)

No hay manera. El Córdoba seguirá siendo, una semana más, el peor equipo de la categoría lejos de su estadio. Esta jornada tenía un duelo propicio. Al menos para competir y dejar la sensación de ser capaz de sacar también puntos a domicilio. Pero es que el equipo blanquiverde no es fiable. Demasiados regalos. Demasiadas concesiones. Y todo eso, ante un rival plagado de jugadores de Primera División, termina condenándote. Y así pasó.

Los 10’ fatales que destrozaron un inicio alentador

Iván Ania eligió darle continuidad a la reacción de la segunda parte frente al Castellón. Theo sentó a Álex Sala y Jacobo a Kuki, pero poco más modificó el asturiano de un equipo que dejó muy buenas sensaciones en esa reacción ante el cuadro orellut. Pero es que da igual. Porque el Córdoba es el equipo de los regalos infinitos. Poco importó que se hiciera un primer acto correcto, de los mejores de la temporada. Que Antonio Casas se estrellara con el larguero o que el Cádiz tuviera que lidiar con varios problemas musculares que desembocaron en la lesión de Zaldúa y la entrada de Fali. Porque da igual. Porque siempre llegara el momento en el que el Córdoba desquicie al más tranquilo.

Es lo que ocurrió en apenas 10 minutos. El VAR destruyó al conjunto blanquiverde entrando de lleno en dos acciones polémicas, de las que generarán debate, pero que no pueden esconder una realidad: el Córdoba es una absoluta vergüenza en defensa. El 1-0 llega de un pelotazo largo sin ningún tipo de peligro que convirtió en un absurdo penalti Carlos Marín. Corregido por el vídeo arbitraje. Y, por si fuera poco, Ontiveros anotó a la segunda. Exactamente igual que hace siete días ante el Castellón. El drama no había hecho sino comenzar. Y es que el equipo blanquiverde, que buscó el empate con un disparo escorado de Jacobo que casi termina empujando Carracedo dentro, tuvo que lidiar todavía con una nueva decisión del VAR, que determinó como gol de Roger una acción en la que no hay ni una sola toma que demuestre al 100% que la pelota termina entrando. Parece que sí, pero solo eso. Parece. En el Nuevo Mirandilla se dio gol. No obstante, la acción volvió a ser evitable y dejaba en evidencia el desastre defensivo del equipo de Ania, concediendo en un balón parado una ocasión que jamás debió darse.

Y, por si todo eso fuera poco, Albarrán vio la quinta amarilla, por lo que no estará disponible ante el Zaragoza. Rezará Ania porque se recupere Carlos Isaac, de lo contrario el desajuste defensivo ante los maños es más que notable. A pesar de todo, el cuadro cordobesista lo intentó y estuvo a punto de acortar distancias por mediación de Antonio Casas, que remató fuera de cabeza un envío desde la izquierda de Jacobo.

Poca continuidad en una segunda parte sin historia

En la segunda mitad, poco más. El Cádiz vivió de los espacios que dejaban los blanquiverdes cuando perdían la pelota, pero sin hacer mucho. Exactamente igual que en la primera, pero sin los regalos visitantes que le sirvieron para firmar una victoria vital para sus intereses. Los de Ania pelearon dándole bastante importancia a la banda derecha, donde Albarrán y Carracedo fueron lo único salvable. De hecho, de ahí nació la mejor oportunidad cordobesista en el segundo acto, con un gran envío del lateral catalán que Theo, después de un buen control en el área, mandó arriba.

Ni los cambios de Sala, Adilson o Kuki activaron al Córdoba, que terminó recurriendo al fútbol directo y a los dos delanteros con la entrada de Obolskii en el 83’. Nunca dio la sensación de que los de Ania se pudieran meter en el partido, pero si eso hubiera ocurrido, habría sido gracias a la aportación del ruso, que tuvo el 2-1 en sus botas con un disparo secó que detuvo David Gil y con un gran servicio desde la derecha al que no pudo llegar Adilson.

De ahí al final, lo más destacado fue la expulsión de Iván Ania, que tendrá que seguir el choque ante el Zaragoza desde la grada después de ver la roja directa ya en el descuento. Y en noviembre todavía quedan los maños, el Almería y el Sporting. Esos dos últimos a domicilio. Como para ser optimista…