editorialLa Voz de córdoba

El mayor reto supone ser valientes


Actualizada 05:00

En las XII Jornadas Católicos y Vida Pública organizadas por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) en Córdoba y que han tenido lugar esta semana en nuestra capital, se han llegado a conclusiones que no son nuevas y que interpelan a los católicos a una misión que es obligada por cuanto va implícita en el propio mensaje evangélico: dar testimonio. Ese testimonio se ha presentado en estas jornadas desde distintos ámbitos: la comunicación, el compromiso social, y hasta la alimentación. Porque nada le es ajeno al catolicismo y menos en una sociedad que tiende al propio desorden precisamente con la destrucción de los valores cristianos, como advertía Mayor Oreja en las jornadas.

Se ha vuelto a hablar de batalla cultural y además con una advertencia muy seria, la que constata y avisa de que se está perdiendo una contienda que no es sino la propia destrucción de los valores antes mencionada. Nos atrevemos a decir que debido a un factor como es la comodidad. Se está más seguro en la cotidianidad pequeña y doméstica mientras nos van cambiando el mundo poco a poco para que el truco no se vea. Pero hay otro factor determinante que es el miedo. Ese miedo a enfrentarse a lo que se sabe objetivamente malo desde lo más profundo del corazón. Es el miedo que hace que empresas, colectivos, políticos, consumidores y administraciones compren y fomenten los mensajes que desde la globalidad a la que nos llevan - y que han sido el tema principal de esta jornadas- vayan construyendo esa nueva sociedad no solo alejada de Dios, sino de la propia naturaleza humana. Y quizá ese sea el mayor reto, porque enfrente cada vez hay más muros que saltar: ser valientes para recuperar una sociedad basada en la verdad y en lo objetivamente bueno y que se ha ido difuminando desde que aparcó la fe al ámbito privado. Y desde ahí no se propaga la luz.

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