El rodadero de los lobosJesús Cabrera

El poder de las palabras

La intención no ha sido sumar, sino realmente ordenar a la extrema izquierda bajo una nueva obediencia

Actualizada 05:05

Hay quien cree que cambiando el nombre de una cosa se cambia su realidad, cuando todos sabemos que las leyes de la semántica van por otro lado. En los últimos tiempos asistimos a una cascada de nuevos términos para designar lo que se conoce de otra manera, como si así se revistiera de un nuevo traje, o de un barniz, con el que sacar ventaja.

Estos cambios, nacidos siempre a la izquierda del arco político, se han extendido y asumido con éxito generalizado. Es tarea difícil, si no imposible, encontrar, por ejemplo, un concejal del PP que siga hablando de tráfico y no de movilidad, que es lo que se lleva. O de migrantes, sin especificar sin son los que van o los que vienen. (Lo del lenguaje inclusivo lo dejamos para otro día).

Sobre esto habría mucho de qué hablar, pero la actualidad de los últimos días -y los venideros- está marcada por la irrupción en esta precampaña electoral de un partido nuevo llamado Sumar, un término claro, entendible por todos, pero que ha sido elegido con un carácter eufemístico. A la vista de los hechos, esta agrupación, plataforma o como quieran llamarla es más una recolección de restos que una verdadera unión de intereses. ¿Y Podemos? Ah, Podemos ha sido ha demostración más clara de que la intención no ha sido sumar, sino realmente ordenar a la extrema izquierda bajo una nueva obediencia, algo a lo que los podemitas se han resistido hasta que al toque de la campana no les ha quedado más remedio que humillar la cerviz y tirar por la borda a sus hasta ahora valores más preciados.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz (i), y la ministra de Igualdad, Irene Montero

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz (i), y la ministra de Igualdad, Irene MonteroEFE

Vale, Sumar ya existe, ya es una realidad, con Podemos pero sin lo más incómodo de Podemos. ¿Y a partir de ahora qué? Pues que viene lo más sabroso, como es la elaboración de las listas, ese proceso que en cualquier partido político hace que las amistades se suspendan durante unos días hasta que dejen de volar los cuchillos, navajas, hocinos y cualquier objeto cortante.

En el caso de Sumar, como todos son unos recién llegados a la obediencia de Yolanda Díaz ven con pavor extremo cómo pueden quedar las listas. Será la consumación de la venganza diseñada desde antiguo. Los heridos más graves en este proceso serán los que píen cómo ha sido, pero mientras tanto me lo imagino como el avión que pierde altura, que va directamente a estrellarse contra la escarpada cordillera. Lógicamente hay pánico del bueno entre los 200 pasajeros, no porque se vayan a estrellar sino porque saben que sólo hay 20 paracaídas y que quien los va a repartir se llama Yolanda Díaz.

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