Monseñor Demetrio Fernández durante el oficio de la misa a la Virgen de la Salud.

Monseñor Demetrio Fernández durante el oficio de la misa a la Virgen de la Salud.

La Palabra de Dios, «alimento del alma»

El obispo de Córdoba aconseja en su carta semanal diversas prácticas para la aproximación a las Escrituras

Una de las más recientes celebraciones incorporadas al calendario de la Iglesia Católica es la del Domingo de la Palabra de Dios, instituida hace seis años por el Papa Francisco para su celebración cada último domingo de enero.

En su carta semanal, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, se centra en ese hecho para recordar que el Concilio Vaticano II ya dio un fuerte impulso a la Palabra de Dios y que la constitución 'Dei Verbum' «ha situado en el primer plano la importancia de la Sagrada Escritura, como cauce de revelación por el que Dios se comunica con su Pueblo, y la armonía que existe entre Escritura, Tradición y Magisterio».

Son diversas las iniciativas que se han puesto en marcha sobre la Palabra de Dios y el prelado destaca la revalorización del ministerio de lector, «que no es simplemente el que lee en altavoz durante la celebración litúrgica, sino el «pregonero» de esa Palabra en la asamblea de los fieles, procurando ser un digno mensajero de lo que Dios dice a su pueblo».

Unos consejos

Además, el prelado cordobés propone a los fieles otras iniciativas, como puede ser la lectura comentada del Evangelio de cada día o la participación en los grupos de lectura creyente, de formación bíblica o los Adoremus. «En fin, otras muchas iniciativas que hacen de la Palabra de Dios alimento, a veces muy sencillo, pero muy eficaz a la larga», añade.

También aprovecha para vincular esto con el Año Jubilar de la Esperanza, porque «nuestra esperanza está en el cielo, más allá de la muerte, y allí está nuestra ancla de salvación».

Demetrio Fernández termina su carta semanal recordando el salmo 129 -«Mi alma espera al Señor como el centinela la aurora»- porque «la Palabra de Dios es alimento del alma y recuerda continuamente las promesas de Dios».

Puede leer íntegramente esta carta semanal en este enlace.

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