Madrid El deterioro de la Plaza Mayor: «Todos los días tenemos que limpiar nuestra acera»
Este problema ya no solo afecta a su estado, sino que todos los locales que están a su alrededor ven cómo el deterioro afecta a su situación y economía
Madrid tiene un serio problema con su cultura, uno de los lugares más emblemáticos e históricos de la ciudad está quedando en el olvido. Desde 1617 la Plaza Mayor ha sido el centro neurálgico de la capital, un lugar donde ha acogido a millones de madrileños y visitantes que han pasado por la ciudad. El Debate se ha acercado a este emblemático lugar para preguntar a los locales aledaños sobre la situación que viven a diario.
Una situación que agrava este deterioro son los días de partido de la Liga de Campeones (Champions). Miles de aficionados europeos, principalmente ingleses, alemanes e irlandeses, ven la Plaza Mayor como un lugar perfecto para hacer la previa del partido bebiendo litros y litros de cerveza. «Cuando están en las terrazas es muy peligroso. De hecho, hay gente que tiene mucho miedo a entrar en la plaza cuando hay partido porque beben demasiado y luego hay peleas y altercados», nos relata el dueño de uno de los locales vecinos.
Esta situación tan crítica afecta a las ventas de estos negocios. «Si estuviese más limpia haría que mucha gente quisiese entrar, con lo cual seguro que tendríamos un poco más de ventas». Aunque hay opiniones diversas acerca de este tema, «los turistas pese a este problema siguen viniendo a comprar, sí que es cierto que ha bajado un poco el número de asistentes, pero se mantiene más o menos», nos confiesa otro propietario de un local de la plaza.
La Antigua Relojería, uno de los negocios centenarios de la capital que es vecino de la Plaza Mayor nos afirma que «la situación ahora no está peor de lo que ha estado en los últimos años», nos subraya Ignacio García, propietario del local.
Muchos negocios afirman que esta situación se lleva prolongando desde hace ya más de 20 años. «Ninguno de los sucesivos alcaldes se ha metido a fondo con arreglar esto». «Tenemos un problema grave de limpieza, antes se baldeaban las calles, se limpiaban por la noche frecuentemente... ahora no», nos relata Isabel Valiente, co-propietaria de la tienda religiosa Santarrufina.
Otro factor que afecta y acelera el deterioro de este 'monumento' es la presencia de los sin techo. Con la llegada de la pandemia el Gobierno regional les dio un lugar donde hospedarse, pero con la desescalada y la vuelta a la normalidad, estos lugares cerraron y volvieron a dejar a estas personas sin un hogar. «Se deja que los mendigos estén en la calle de cualquier manera, es gente que está bebiendo todo el día y nosotros tendríamos que cuidar de ellos. Ahora las instituciones tienen capacidad para encargarse y cuidar de ellos», nos matiza Isabel Valiente.
La presencia de estas personas suele ser a partir de las 20:30 cuando se asientan en los soportales con sus cartones. «Por las noches hay muchos mendigos que duermen aquí, y evidentemente dormir implica hacer sus necesidades y hacer todo en la zona», nos explica un Ignacio García.
La solución ciudadana
Los dependientes y dueños de los locales aledaños a la Plaza Mayor creen que la solución a este problema radica en «el control, se podría controlar teniendo las terrazas con un poco más de seguridad, también concienciar a la gente de que tampoco es demasiado peligroso, sino que también hay bastantes controles en el centro de Madrid, y simplemente quitar el estigma de que el centro es peligroso porque no lo es tanto».
Otros son partidarios de «regular zonas específicas para que los aficionados tenga sus zonas de party, su zona de fiesta para tomarse sus cervezas como se hace en eventos de gran magnitud como las finales de Champions o de Europa League, y de esta manera no se deteriora y se ensucia tanto este lugar histórico».
«La solución es poner orden, y el orden solo se consigue con la autoridad ejerciéndola. Mientras aquí se siga permitiendo todo lo que se permite, no habrá nunca control sobre el deterioro». También existe la ayuda humanitaria, «la solución la intuyo, no porque sepa nada de política, sino porque he estado haciendo voluntariado con las Hijas de la Caridad y sé cómo se trata a esta gente en los lugares de acogida», nos relata la co-propietaria de Santarrufina Isabel Valiente.
La Plaza Mayor tiene un severo problema que ya no solo afecta a su estado, todos los locales que están a su alrededor ven como el deterioro afecta a su situación y economía. Este punto débil debe fortalecerse por el bien de los ciudadanos y la cultura de la capital.